De Venecia habíamos oído decir muchas cosas. La mayoría de gente que la conoce sólo habla maravillas de ella. Algunos afirman que no es para tanto y que está muy sobrevalorada. Aún a riesgo de acabar decepcionados por las enormes expectativas puestas en esta ciudad, no dudamos en hacer una breve escapada otoñal para conocerla de primera mano y así poder opinar con conocimiento de causa.
Tras nuestra ruta veraniega de 12 días por Liguria y la Toscana, nos quedamos con las ganas de llegar hasta Venecia. Nuestra ruta en coche debía llegar hasta allí, pero finalmente hubo que recortar bastante la duración del viaje y nos fue imposible. César ya había estado en Venecia quince años antes, pero no lo importó repetir con tal de cumplir uno de los sueños viajeros de Marta. Y teniendo en cuenta que un mes antes habíamos celebrado nuestro decimoquinto aniversario, parecía que los astros se habían alineado para ayudarnos a celebrar una cifra tan especial de una manera única.
Cinco días en Venecia
Teníamos claro que queríamos saborear Venecia sin prisas y pausadamente. Aunque con dos o tres días pueda ser suficiente para ver los principales puntos de interés de la ciudad, nosotros optamos por quedarnos 5 días. De esta forma no íbamos a tener que correr de un lado para otro y podríamos callejear a nuestro ritmo, disfrutando de cada rincón de esta auténtica joya que es Venecia.
Sí, como podéis deducir, Venecia nos enamoró totalmente. Fue un flechazo instantáneo. A veces hay ciudades a las que cuesta un poco más quererlas, al menos al principio. Pero con Venecia no fue así. No nos defraudó en absoluto y nos gustó mucho más de lo que esperábamos (o en el caso de César, de lo que recordaba).
La mejor época del año para visitar Venecia
Nuestra escapada a Venecia fue en octubre. Y no pudimos haber elegido una época mejor. Las hordas de turistas que asaltan la ciudad en verano ya habían desaparecido en su mayor parte. Y aún no había empezado el frío del invierno, aunque de noche y a primera hora de la mañana hacía bastante fresco. Tuvimos mucha suerte y nos hizo buen tiempo todos los días, aunque la espesa niebla matutina nos acompañó un par de días y no desapareció del todo hasta casi mediodía.
Una de las épocas del año en que Venecia recibe más visitantes es en febrero. Es entonces cuando se celebra su famoso Carnaval. Si os apetece disfrutar del ambiente festivo y de las celebraciones del Carnaval, es mejor que reservéis con antelación, ya que es difícil encontrar alojamiento en esas fechas. Además, los precios se disparan en una ciudad que ya es cara de por sí.
Acqua alta
Aunque a los venecianos no les haga tanta gracia como a los turistas, nos quedamos con las ganas de vivir en primera persona el curioso fenómeno del acqua alta. Viajando a Venecia en otoño, las probabilidades de experimentar la subida excepcional de la marea conocida como acqua alta eran bastante altas. Pero nada más lejos de la realidad. Ni siquiera en la Plaza de San Marcos, que es el punto más bajo de la ciudad y el primero que se inunda, vimos ni una gota de agua. Eso sí, las pasarelas que montan a toda prisa cuando empieza a subir el nivel del mar estaban allí listas para ser desplegadas en caso necesario.
Si os pilla el acqua alta, no hay nada por lo que preocuparse. En todas partes venden botas de agua y unas fundas de plástico horrorosas para cubrirse los zapatos. Entre eso y las pasarelas, no debería haber ningún problema para seguir disfrutando de la ciudad. Además, el nivel del agua vuelve a bajar al cabo unas horas, así que tampoco os estropearía todo el día.
Un fenómeno predecible
El fenómeno del acqua alta no tiene relación alguna con la lluvia. La ciudad no se inunda porque llueva mucho, sino que todo está relacionado con las mareas. En otoño e invierno es más probable que se den todos los factores que provocan este fenómeno: bajas presiones, mareas muy altas y el siroco, un viento que empuja las aguas del Mediterráneo hacia la Laguna de Venecia. Evidentemente, si a esto se le unen lluvias fuertes, el nivel del agua aún sube más. En función de la altura que se alcance se inunda una mayor o menor parte de la ciudad, pero la zona de San Marcos no se suele librar casi nunca. Cuando se prevé que vaya a alcanzar niveles muy altos, una sirena avisa a toda la población con unas tres horas de antelación, para que vecinos y comerciantes se protejan bien.
Barrios de Venecia
La ciudad de Venecia se divide en seis barrios, cada cual con su propia personalidad: San Marco, Cannaregio, Dorsoduro, San Polo, Santa Croce y Castello. San Marco es el más concurrido, ya que es donde se concentran los lugares más famosos de la ciudad. Muchos visitantes procedentes de los gigantescos cruceros que atracan en la ciudad tan solo visitan la zona de San Marco. Aunque puede ser comprensible en caso de disponer únicamente de unas horas para disfrutar de la ciudad, a nosotros nos parece un tremendo error no adentrarse en otras zonas.
Lo mejor de la ciudad: nuestro top 10 de Venecia
En Venecia hay mucho que ver y hacer. Iglesias, museos, palacios, plazas, calles, canales… No hay un solo rincón que no merezca la pena. Aún así, hemos elegido los diez lugares de la ciudad que más nos gustaron y que no podemos dejar de recomendar. Ya os hablaremos de ellos con más detalle en los siguientes posts, pero de momento aquí va nuestro top ten de Venecia:
1. Basílica de San Marcos
Es una de las catedrales más bonitas que hemos visto nunca. Sus mosaicos bizantinos son espectaculares y las vistas de la Plaza de San Marcos que se tienen desde su terraza son insuperables.
2. Palacio Ducal
El impresionante palacio merece una visita. Con una lujosa decoración, sus salones son una maravilla. Aunque a nosotros lo que más nos gustó fue bajar a los escalofriantes calabozos y pasar por el famoso Puente de los Suspiros.
3. Gran Canal
Siendo Venecia la ciudad de los canales por antonomasia, no hay ninguno que supere en grandiosidad al Gran Canal. La mejor forma de recorrerlo sin perder detalle de todos los palacios y puentes que lo jalonan es en vaporetto.
4. Librería Acqua Alta
Es sin duda una de las librerías más originales que hemos visto nunca, con góndola incluida. Nunca falta en las listas de las librerías más bonitas del mundo, y una vez se pone un pie dentro es fácil adivinar por qué.
5. Campo Santa Margherita
De todos los campos o plazas de Venecia, este es nuestro preferido. Lleno de bares y restaurantes, es el lugar perfecto para ir a tomar algo por la noche. Y aquí se encuentra Pizza al Volo, nuestra pizzería favorita de la ciudad.
6. Puente de Rialto
Este puente es una de las imágenes más icónicas de Venecia. Aunque no nos pareció tan bonito como el Ponte Vecchio de Florencia (las comparaciones son odiosas, lo sabemos), sin duda es un rincón muy especial de la ciudad.
7. Murano y Burano
Ninguna visita a la ciudad estaría completa sin acercarse a conocer algunas de las demás islas de la Laguna de Venecia. Murano, con sus talleres de soplado de vidrio artesanal, y Burano, con sus pequeñas casitas pintadas de vistosos colores, son las preferidas de los visitantes.
8. Campo della Maddalena
Situado en un extremo de la Strada Nuova, este pequeño campo es absolutamente encantador. Flanqueado por la iglesia de Santa Maria Maddalena y unas casitas de lo más pintorescas, este campo se esconde tras una curva cerrada de uno de los muchos canales de Venecia.
9. Iglesia de San Giorgio Maggiore
Para llegar a esta iglesia es necesario coger el vaporetto, pero merece totalmente la pena. Es imprescindible subir a su campanario para disfrutar de una de las mejores vistas de Venecia.
10. Squero di San Trovaso
Este astillero donde se fabrican y reparan góndolas y otras embarcaciones es uno de los lugares más curiosos de Venecia. Tuvimos la suerte de poder contemplar a varios trabajadores en plena faena.
Las islas: Murano, Burano y Torcello
Que Venecia está edificada sobre un montón de pequeñas islas separadas por canales y comunicadas por infinidad de puentes es algo bien sabido. Que es la isla principal de la Laguna de Venecia tampoco es ningún misterio. Esta laguna salobre está protegida del mar Adriático por varias franjas de tierra estrechas y alargadas, siendo el Lido la más conocida de todas. En el interior de la laguna abundan las islas, algunas de las cuales están habitadas y se han convertido en visitas imprescindibles en cualquier viaje a Venecia. Las dos más conocidas son Murano y Burano. Para llegar a ambas se hace imprescindible usar el vaporetto o algún otro tipo de transporte acuático.
Burano
Murano es la más cercana a Venecia, mientras que Burano se encuentra algo más alejada. De las dos, la preferida por los visitantes suele ser Burano. Sus casas están pintadas de vistosos y alegres colores y son de lo más pintorescas. Es una isla realmente pequeña y, por desgracia, está siempre atestada de turistas. Eso le da un cierto aire de parque temático que a nosotros no nos termina de gustar, ya que le resta autenticidad. A pesar de todo os recomendamos totalmente la visita a Burano ya que es una auténtica preciosidad.
Murano
En cuanto a Murano, puede que no sea tan llamativa como Burano, pero sin duda se merece también una visita. Aquí abundan los talleres de vidrio soplado y las tiendas donde comprar alguna figurita de cristal de recuerdo. Murano nos pareció más «auténtica» que Burano y disfrutamos mucho paseando por sus calles.
Torcello
Hay una tercera isla que se suele visitar junto a Murano y Burano. Se trata de Torcello, una isla prácticamente despoblada situada junto a Burano. Con apenas cuatro casas y una bonita basílica, sin duda parece un lugar interesante. Nosotros optamos por saltarnos esta visita, así que no os la podemos recomendar de primera mano.
Nuestro presupuesto
Billetes de avión
147,16€ (73,58€ por persona). Los billetes los buscamos a través de Skyscanner y la compañía aérea con la que volamos fue Ryanair. Hubiéramos podido volar por menos dinero (la opción más barata, también con Ryanair, salía por 44€ por persona), pero elegimos pagar un poco más a cambio de un horario de vuelo más conveniente. El día de nuestra llegada a Venecia aterrizamos en el aeropuerto Marco Polo a las 13:15, mientras que el vuelo de vuelta no salió hasta las 14:05. Eso nos permitió aprovechar bien tanto la tarde como la mañana del primer y del último día, exprimiendo nuestra estancia en Venecia al máximo.
Alojamiento
508,00€ (127,00€ por noche). Nos alojamos en el Hotel dalla Mora (Salizada San Pantalon 42) y la reserva la realizamos a través de Booking. Teniendo en cuenta que el alojamiento en Venecia es carísimo, esto es de lo más barato que pudimos encontrar que tuviera baño privado en la habitación. El hotel es pequeño y está un poco anticuado, pero está limpio y el personal es muy agradable. El precio incluye el desayuno, que no está mal teniendo en cuenta lo sencillo que es el hotel.
Evidentemente no hace falta alojarse en Venecia. Se puede optar por buscar algo un poco más económico en el Lido o en la cercana población de Mestre. Pero después de valorarlo mucho decidimos pagar un poco más a cambio de no tener que estar yendo y viniendo cada día.
Transporte público
74,00€ (37,00€ por persona). Una de las grandes ventajas de Venecia es que apenas se hace necesario usar ningún medio de transporte más allá de los pies de cada uno. Lo malo es que el transporte público existente es muy caro. Para ahorrar dinero decidimos concentrar en un único día todas las visitas que requirieran del uso del vaporetto. Compramos dos abonos de 24 horas con viajes ilimitados que nos costaron la friolera de 40,00€ (20,00€ por persona).
El autobús que usamos para ir y volver del aeropuerto hasta Venecia nos costó 30,00€ (15,00€ por persona comprando los billetes de ida y vuelta, ya que cada trayecto individual cuesta 8,00€ y sale un poco más caro). Y por último nos gastamos 4,00€ (2,00€ por persona) en cruzar el Gran Canal a bordo de un traghetto. Este último gasto no hacía ninguna falta, pero nos hizo gracia atravesar el canal de esta forma tan curiosa.
Comida y bebida
162,01€ (una media de 32,40€ al día). Aunque este gasto es bastante subjetivo y depende mucho de los gustos de cada cual, lo ofrecemos a título orientativo. En varias ocasiones comimos o cenamos a base de pizza al taglio, una opción sabrosa y muy barata. Tan solo dos días nos dimos el capricho de comer en restaurantes «de verdad», pagando una media de 16,00€ por persona. En general no tuvimos problemas para encontrar sitios asequibles en los que comer.
Entradas a museos, iglesias y monumentos
66,00€ (33,00€ por persona). Lo que buscábamos con este viaje a Venecia era perdernos por sus callejuelas y sus canales. Por eso redujimos al mínimo el gasto en cuanto a visitas a lugares de pago. Tan solo pagamos por acceder al Palacio Ducal (20,00€ por persona), al campanario de San Giorgio Maggiore (6,00€ por persona) y a la Basílica de San Marcos (la entrada al templo es gratis, pero por ver la Pala d’Oro y por acceder al museo y a la terraza pagamos 7,00€ por persona).
Total
957,17€ (478,60€ por persona). El hecho de que el alojamiento sea tan caro en esta ciudad hace que cualquier viaje a Venecia se encarezca bastante. Aún así, es una escapada bastante asequible que merece totalmente la pena.
Cómo moverse por Venecia
La mejor forma de conocer Venecia a fondo es a pie. De hecho, no solo es la opción más recomendable sino que a veces es la única forma posible de acceder a según qué lugares. Una de las cosas más maravillosas de esta ciudad es que no hay coches y todo el transporte se hace por vía acuática a través de sus canales. A pesar de las ventajas de moverse a pie, a veces no queda más remedio que utilizar algún medio de transporte, como para ir hasta el aeropuerto o para visitar otras islas.
Transporte desde el aeropuerto
Una vez el avión aterriza en el aeropuerto Marco Polo hay que buscar un medio de transporte hasta Venecia. En la página web del aeropuerto tenéis información acerca de todas las opciones disponibles. De todas ellas, nosotros destacaríamos dos: el autobús y el vaporetto.
Alilaguna: transporte acuático desde el aeropuerto
El vaporetto que lleva desde el aeropuerto hasta Venecia, el Lido, Murano y Burano se llama Alilaguna. La principal pega que nosotros le vemos (y que hizo que optáramos por el autobús) es su elevado precio. El billete sencillo cuesta 15€ por persona, mientras que la opción de ida y vuelta sale por 27€. Os dejamos el enlace a su página web oficial, donde encontraréis toda la información necesaria.
En autobús express hasta Piazzale Roma
En cuanto al autobús, que fue la opción utilizada por nosotros para llegar hasta Venecia, podéis elegir entre dos lineas distintas. Por un lado está la linea 5, perteneciente a la empresa municipal ACTV. Este Aerobus tiene un precio de 8€ por persona (15€ si se coge el billete de ida y vuelta).
Por otro lado está el autobús de la compañía ATVO, un shuttle bus que conecta el aeropuerto Marco Polo con el Piazzale Roma (también tienen este mismo servicio desde el aeropuerto de Treviso). El precio es el mismo que el del otro bus (8€ por trayecto o 15€ en el caso del billete de ida y vuelta). Esta fue la opción que elegimos y lo recomendamos totalmente. Tanto a la ida como a la vuelta el autobús salió puntual y el trayecto duró menos de 30 minutos, ya que no tiene ninguna parada intermedia. Además el autobús tiene wifi y se puede dejar el equipaje en el maletero. Los billetes los compramos en las máquinas expendedoras que se encuentran a la salida del aeropuerto.
El vaporetto
Para visitar las distintas islas de la laguna y para moverse por la propia ciudad necesitaréis utilizar alguna de las muchas lineas de vaporetto que circulan por Venecia. Esta especie de autobús acuático tiene paradas repartidas por los principales canales. En la página web oficial de ACTV (la empresa municipal de transporte) hay información sobre todas las lineas, los horarios y los precios en vigor.
Un medio de transporte un poco caro
El vaporetto no es nada barato. Un billete sencillo cuesta 7,50€, así que suele salir más a cuenta comprar un abono de 24, 48 o 72 horas, que cuestan 20, 30 y 40€ respectivamente. Este abono permite hacer viajes ilimitados durante ese periodo de tiempo, así que es la opción más rentable si lo exprimís al máximo. Lo que hicimos nosotros para ahorrarnos un dinerillo fue concentrar todos los viajes en vaporetto en un único día. No obstante, con lo agotados que terminamos cada día después de tanto caminar por Venecia, tampoco hubiera sido tan descabellado comprar un abono para más días. Los billetes se compran en las paradas del vaporetto o en los puntos de venta autorizados como estancos o kioskos de prensa.
La mejor forma de recorrer el Gran Canal
Si hay un vaporetto que merece la pena es el que recorre el Gran Canal de punta a punta. Tanto la linea 1 como la linea 2 hacen este recorrido, aunque la 2 tiene menos paradas y es más rápida. Una cosa que debéis tener en cuenta es que en las paradas se detienen todos los vaporetti, vayan en la dirección que vayan. No solo debéis fijaros en el número de la linea que queréis tomar, sino que también debéis tener en cuenta la dirección en la que va. Nosotros cometimos este error de principiantes la primera vez que nos montamos y nos tocó bajarnos en la siguiente parada y esperar el siguiente vaporetto.
Un paseo en góndola
Si hay una forma única de recorrer los canales de Venecia es en góndola. Esta embarcación tradicional permite acceder a canales secundarios por los que no caben otras barcas más grandes. Un paseo en góndola se suele considerar algo muy romántico, especialmente al atardecer, y es algo que casi todos los que viajan a Venecia sueñan con hacer. Quizá por eso nosotros no lo hicimos. Se ha convertido en una experiencia totalmente desvirtuada, completamente artificial y orientada al turista. No veréis a un solo veneciano montado en una góndola. Con esto no queremos decir que no merezca la pena: seguro que es divertido y sin duda es algo que solo se puede hacer en Venecia. Pero simplemente no es algo que vaya con nuestra forma de viajar, así que optamos por prescindir de ello.
Por si estáis interesados en disfrutar de esta experiencia, sabed que es algo cara. Los precios están sobre los 80€ por un paseo de 30 minutos (al anochecer suben las tarifas). Para más información podéis consultar las tarifas oficiales disponibles en las distintas paradas que hay repartidas por la ciudad.
De orilla a orilla en un traghetto
Si la góndola es la embarcación más representativa de Venecia, el traghetto tampoco se queda atrás. Se trata de una embarcación de forma similar, aunque más ancha y movida por dos gondoleros en vez de uno. Su función es la de transportar a los usuarios de una orilla a otra del Gran Canal. Aunque se puede cruzar por alguno de sus famosos puentes, este transbordador es muy útil en aquellos tramos en los que los puentes están bastante lejos el uno del otro. Este servicio lo utilizan principalmente los propios venecianos, ya que así se ahorran tener que caminar un buen trecho para poder cruzar de un lado a otro.
Ya que nosotros no dimos un paseo en góndola, no quisimos desaprovechar la ocasión de utilizar el traghetto. De los siete que quedan, elegimos el Traghetto di San Tomà, que en menos de un minuto nos llevó de San Marco a San Polo. El precio es de 2€ por persona y se paga directamente al gondolero. Se suele viajar de pie, aunque nosotros no dudamos en sentarnos porque aquello se movía mucho.
Disfrutando de la gastronomía veneciana
Como en el resto de Italia, en Venecia se come de maravilla. Eso sí, no todas las opciones se adaptan a los presupuestos más austeros. Si queréis comer barato no hay nada mejor que una porción de pizza al taglio por tan solo un par de euros. También es fácil encontrar puestos de comida para llevar donde se sirve pasta en unas cajitas de cartón al estilo de la comida china.
Cicchetti: los mejores pinchos venecianos
Pero si hay algo típico de Venecia son los cicchetti, una variante de los típicos pinchos españoles. Los bares donde se sirven los cicchetti se llaman bacari y el precio medio de cada uno de ellos es de entre 1,5 y 3€. Suelen ser el aperitivo perfecto previo a la cena (o una buena cena por sí mismos) y no hay nada mejor que acompañarlos de una copa de vino o un spritz.
Os recomendamos especialmente la Osteria Al Squero: sus cicchetti están deliciosos y son muy baratos. Y además está justo enfrente del Squero di San Trovaso. Si vais al mediodía podréis contemplar a los trabajadores que reparan góndolas mientras os tomáis algo.
Spritz y Bellini: las bebidas «oficiales» de Venecia
Precisamente el spritz es la bebida más famosa de Venecia. Esta bebida a base de vino blanco y Bitter, Aperol o Campari (que le da ese punto amargo tan característico) suele ser bastante barata. No es difícil encontrarla a 2,5€, aunque a veces el precio se incrementa hasta llegar a los 6€.
Otra bebida irremediablemente ligada a Venecia es el Bellini. Este cóctel a base de prosecco y zumo de melocotón se inventó en el famoso Harry’s Bar, situado muy cerca de la Plaza de San Marcos. Es más caro que el spritz, pero sigue siendo asequible. Hay gente que va expresamente a Harry’s Bar a tomarse uno. Pero teniendo en cuenta que allí te cobran más de 16€ por lo mismo que en otro bar encuentras por 6€… a nosotros nos parece directamente una tomadura de pelo.
Pescado y marisco muy frescos
Siendo Venecia una ciudad tan ligada al mar, no es raro que el pescado y el marisco sean también de lo más recomendables. El baccalà mantecato, por ejemplo, consiste en una pasta a base de bacalao que es perfecta para tomar como aperitivo untada en unas tostadas. También son muy típicas las sardinas in saor, con pasas y piñones, que también se pueden tomar como antipasti.
Por cierto, si os alojáis en un apartamento y tenéis ganas de cocinar un poco, no os perdáis el Mercado de Rialto. Allí encontraréis el mejor pescado de la ciudad, además de fruta y verdura de todo tipo. Si os gusta visitar mercados cuando vais de viaje, el de Rialto os encantará.
La mejor ciudad del mundo para perderse
En los próximos posts os hablaremos de todos los rincones de Venecia que fuimos descubriendo durante los cinco días que pasamos recorriéndola. No nos guardaremos nada en el tintero, pero sí que os adelantamos algo: para conocer Venecia a fondo hay que perderse por ella. Lo mejor es olvidarse del mapa y dedicarse a callejear sin rumbo fijo. Tampoco os resultará difícil: hay pocas ciudades en las que un mapa resulte menos útil que Venecia. Os perderéis (literalmente) infinidad de veces. Pero precisamente así es como encontraréis esos rincones ocultos que la convierten en una ciudad única e irrepetible.
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Totalmente de acuerdo con vosotros, perderse en Venecia es una maravilla. Nunca me cansaré de hacerlo. Enhorabuena por la entrada.
¡Muchas gracias, Isaac! Estamos deseando volver a perdernos por ella algún día.