En medio de un entorno natural impresionante, Val Gardena ha mantenido una cultura y tradiciones propias que han llegado hasta nuestros días. Este valle, llamado Gherdëina en ladino y Gröden en alemán, es totalmente trilingüe. Veréis que todos los topónimos y letreros informativos están en los tres idiomas que se hablan en Val Gardena: italiano, alemán y ladino. Junto con Val di Fassa y Val Badia, es donde más población ladina se puede encontrar. En el Museo Ladin de Fascia, situado en Vigo di Fassa, descubriréis la fascinante cultura ladina (tenéis más información aquí).
Accediendo a Val Gardena por el Passo Sella
Estando alojados en la población de Pera di Fassa, el acceso a Val Gardena que mejor nos viene es a través del Passo Sella, al que se accede desde la población de Canazei. Este puerto de montaña, a unos 2200 metros de altitud, es uno de los más importantes de los Dolomitas (con permiso del famoso Passo Pordoi). A nuestra derecha queda el macizo del Sella, coronado por el mítico Piz Boè y sus más de 3000 metros de altitud.
Tras dejar atrás el paso de montaña, nos adentramos en Val Gardena por la carretera SS242, que recorre el fondo del valle en su totalidad. Ahora tenemos a nuestra derecha el impresionante Puez-Odle (Puez-Geisler). Aunque no visitamos este parque natural, aquí os dejamos el enlace a su página web por si os apetece hacer alguna excursión por la zona.
En cuanto a poblaciones se refiere, vamos a parar brevemente en las tres más relevantes de Val Gardena. No disponemos de mucho tiempo, ya que veremos Val Gardena de pasada en una ruta más larga que nos va a llevar hasta Cortina d’Ampezzo, así que las paradas van a ser bastante breves. La impresión que nos llevamos de Val Gardena es positiva, con la población de Ortisei y su precioso centro histórico siendo lo más destacado de todo.
Selva di Val Gardena
De la población de Selva di Val Gardena (Wolkenstein in Gröden en alemán y Sëlva en ladino) lo más destacable es la iglesia de Santa Maria Assunta. Aunque el campanario es del siglo XIX, el resto de la iglesia es un diseño más moderno, ya que fue reconstruida en 1988. Lo más llamativo es su forma octogonal.
Santa Cristina Valgardena
Nuestra parada en Santa Cristina (Santa Christina in Gröden) es aún más breve que la que hemos hecho en Selva di Val Gardena. Entramos a curiosear en una de las varias tiendas en las que se venden todo tipo de objetos tallados en madera. Val Gardena cuenta con un gran numero de artesanos de la madera. Tradicionalmente se han especializado en la talla de figuras religiosas, pero se puede encontrar de todo: belenes, decoraciones navideñas, muebles, relojes de cuco, figuritas de animales y todo tipo de esculturas. No nos queremos ir sin comprar algo, así que nos llevamos una bonita caseta para pájaros.
Ortisei
Ortisei (St. Ulrich en alemán y Urtijëi en ladino) es la principal población de Val Gardena y la más bonita. Lo primero que nos da la bienvenida es la iglesia de San Ulrico, con su campanario rematado con una cúpula en forma de bulbo, algo bastante común en los Dolomitas.
Tras visitar la iglesia, damos un paseo por las calles peatonales del centro de Ortisei. Hay numerosos hoteles y edificios de apartamentos, pero se ha mantenido un estilo arquitectónico tradicional que no desentona para nada con el resto. Todo está muy limpio y cuidado, con flores decorando balcones y farolas. Si buscáis un restaurante en el que comer, una pastelería en la que comprar algún dulce típico, o una pequeña boutique en la que hacer alguna compra, estáis en el lugar indicado.
Para ser una población tan pequeña, la verdad es que hay bastante ambiente. Para conocer más sobre la historia y las costumbres de Val Gardena podéis acercaros hasta el Museo Gherdëina.
Una visita exprés a Val di Funes
Desde Val Gardena nos dirigimos a Bressanone, nuestra siguiente visita. Aunque la ruta más rápida es por la carretera SS12, decidimos dar un rodeo considerable y aprovechar para visitar uno de los lugares más fotografiados de los Dolomitas. En Val di Funes se encuentra la población de Santa Maddalena, hacia la que nos dirigimos por la carretera SP163. En Santa Maddalena está la famosa iglesia de San Giovanni in Ranui, que es el motivo por el cual nos hemos acercado hasta aquí.
La diminuta iglesia fue construida en el año 1744 y es de estilo barroco. Pertenece al lodge Ranui Hof y es gestionada de forma privada. El interés de San Giovanni in Ranui radica en la espectacular belleza de su entorno natural. En mitad de una verde pradera, tiene como telón de fondo las impresionantes montañas del macizo Puez-Odle.
Al tratarse de una propiedad privada, hay que pagar entrada para poder acercarse a la iglesia. Además, en los alrededores es prácticamente imposible encontrar un lugar donde dejar el coche, así que también toca pagar el parking que hay cerca. No nos parece mal tener que pagar por visitar un monumento, ni mucho menos. Sin embargo, parece que los dueños de la iglesia han hecho todo lo posible para impedir que se pueda ver incluso desde lejos. Han construido un terraplén rematado por una valla de madera a lo largo de la carretera que hace muy difícil poder echar un vistazo. Por ese motivo decidimos que no vamos a visitar la iglesia, ya que no nos parece correcto.
Conseguimos trepar hasta lo alto del terraplén y con el teleobjetivo de la cámara podemos hacer algunas fotos a pesar de tener todo el sol de frente. Nos marchamos bastante decepcionados con esta visita y seguimos nuestra ruta en coche por los Dolomitas, que todavía nos depara muchas sorpresas y más paisajes impresionantes.