De los muchos pueblos que se pueden visitar en los Picos de Europa, Tresviso es uno de los que ha sabido preservar todo su encanto de pueblo de montaña sin caer en el turismo de masas. Seguramente su relativo aislamiento ha tenido mucho que ver. Tresviso se encuentra situado en Cantabria, concretamente en la comarca de Liébana.
Su peculiaridad es que si se quiere visitar desde Cantabria, solo es posible acceder a pie, ya que no hay ninguna carretera que llegue hasta él. Por el contrario, desde Asturias se puede llegar en coche sin ningún problema. Si os apetece subir andando, el acceso desde Cantabria se encuentra en Urdón, en el Desfiladero de la Hermida (carretera N-621). Son 5,8 km de subida, pero seguramente el paisaje compensa el esfuerzo.
De camino a Tresviso
Para los que preferís la opción menos cansada y queréis llegar en coche, deberéis dirigiros primero a Arenas de Cabrales. Allí hay que tomar la carretera AS-264 en dirección Poncebos. Una vez se llega a la estación del funicular de Bulnes, hay que desviarse hacia la carretera CA-1. Tresviso se encuentra al final de la carretera, así que no tiene pérdida. Por el camino pasaréis por Tielve y Sotres, así que podéis aprovechar para visitarlos también.
Los 22 km de carretera entre el funicular de Bulnes y Tresviso ofrecen unas vistas preciosas. Hasta llegar a Sotres vamos pegados casi todo el rato al río Duje. Una vez pasada esta población nos vemos envueltos de repente en una niebla tan espesa que apenas vemos nada más allá de un metro delante de nosotros. Encontramos vacas y caballos sueltos en mitad de la carretera, lo que, sumado a la niebla, hace que tengamos que circular a menos de 30 km por hora hasta llegar a Tresviso. Por suerte, una vez en el pueblo, la niebla empieza a escampar un poco, aunque no lo suficiente como para poder ver el icónico Naranjo de Bulnes.
Tresviso
Tresviso es un pueblo que, a simple vista, no parece que tenga nada interesante que ver. Y precisamente es ahí donde, a nuestro parecer, reside su encanto. Es la autenticidad del lugar, que no parece haber cambiado demasiado con el paso del tiempo, lo que convierte Tresviso en un lugar especial. No vemos ni un alma mientras paseamos por las calles empinadas.
Pasamos junto a la iglesia de San Pedro y paramos a tomar algo en uno de los dos bares que hay en el pueblo. Aunque no hay ningún comercio a la vista, en el bar venden el famoso queso Picón Bejes Tresviso, un delicioso queso azul con Denominación de Origen Protegida.
Regresamos al coche y volvemos por la misma carretera por la que hemos venido. Nuestro plan inicial para hoy era detenernos en Sotres y, después, coger el funicular para subir hasta Bulnes y hacer alguna excursión desde allí. No obstante, la niebla y la lluvia intermitente nos hacen cambiar de idea y optamos por prescindir de ambas visitas.
Sotres
Sotres es el pueblo de Asturias situado a mayor altura. Es el punto de partida de la ruta que lleva a las Invernales del Texu, una de las zonas de senderismo más populares de los alrededores. Estas invernales son pequeñas cabañas de pastores que se usan para resguardarse en invierno, y desde allí hay unas vistas magníficas de las montañas, incluido el Naranjo de Bulnes o Picu Urriellu.
Tielve
Donde sí hacemos una breve parada es en Tielve. Al igual que Tresviso o Sotres, se trata de un pequeño pueblo típico montañés. Su principal actividad económica sigue siendo la ganadería. Además, Tielve es una de las poblaciones donde más queso de Cabrales se produce, tal como aprendimos durante nuestra visita a la Cueva del Queso de Cabrales, sobre la que tenéis más información en este otro post.
En Tielve hay un puente romano sobre el río Duje que lleva a un antiguo molino. Nos detenemos al lado y, subiendo una empinada cuesta, aprovechamos para echar un vistazo a algunas casas antiguas del pueblo, situadas en uno de sus extremos.
Bulnes
En cuanto a Bulnes, es uno de los lugares que más nos duele no haber podido visitar en Asturias. Es la única población de España que no es accesible en coche. Hasta la inauguración del funicular, la única vía de acceso era a pie o en mula a través de la Canal del Texu, la senda que comunica Poncebos y Bulnes. Desde la construcción del funicular de Bulnes en 2011, tanto vecinos como visitantes lo tienen más fácil. Aunque para los locales es gratuito, los turistas tienen que pagar 17€ por un viaje o 22€ por un billete de ida y vuelta.
A pesar del elevado precio, estamos convencidos de que la visita a Bulnes merece totalmente la pena. El pueblo se divide en dos partes. Por un lado está la Villa o Bulnes de Abajo, y por la otra está el Castillo o Bulnes de Arriba. Desde allí hay unas vistas muy buenas del Naranjo de Bulnes y se pueden realizar numerosas excursiones, como la del Collado de Pandébano.
Es sorprendente la cantidad de lugares que se pueden descubrir a lo largo de la carretera CA-1. Esperamos que os animéis a visitar algunos de ellos en vuestra escapada por Asturias.