The Catlins

The Catlins

La zona de los Catlins se localiza al sur de la Isla Sur de Nueva Zelanda. Muchas veces se deja de lado, ya que está un poco lejos de las rutas habituales. Sin embargo, si se dispone del tiempo suficiente, merece totalmente la pena acercarse hasta aquí. Además de disfrutar de un tramo de costa espectacular con playas vírgenes, bosques y cascadas, tendréis la posibilidad de ver pingüinos, focas, leones marinos y delfines. En el mapa que os dejamos a continuación podéis ver la ruta que seguimos y en la página web oficial de The Catlins tenéis mucha más información sobre todo lo que ofrece la región.

Nuestra ruta por los Catlins: 1-Waipapa Point, 2-Slope Point, 3-Curio Bay, 4-McLean Falls, 5-Florence Hill Lookout, 6-Purakaunui Falls, 7-Owaka, 8-Nugget Point.

Catlins Coastal Heritage Trail

Para descubrir muchos de los rincones que esconden los Catlins, nada mejor que seguir el Catlins Coastal Heritage Trail. Aquí os dejamos el folleto publicado por The Catlins con la toda la información detallada y el mapa correspondiente. Esta ruta en coche de unos 70 km entre las poblaciones de Fortrose y Niagara, es en realidad un desvío de la Southern Scenic Route, una ruta mucho más amplia (más de 600 km entre Queenstown y Dunedin) que también recorreremos en parte. Algún tramo ya lo hemos hecho en días anteriores, como el que va de Queenstown a Te Anau. Sobre la Southern Scenic Route tenéis toda la información en esta página web.

Fuente: www.catlins.org

Waipapa Point Lighthouse

Si os gustan los faros, no os podéis perder el de Waipapa Point. Se inauguró en 1884, después de que frente a este punto de la costa neozelandesa se produjera uno de los naufragios más trágicos de la historia del país. El 29 de abril de 1881, 131 pasajeros que iban a bordo del barco de vapor Tararua murieron ahogados. Solo 20 personas sobrevivieron de las 151 que iban a bordo. En un pequeño cementerio llamado Tararua Acre, no muy lejos del faro, están enterradas muchas de las víctimas.

The Catlins - Waipapa Point
The Catlins - Waipapa Point

A pesar de su triste origen, el faro es precioso. Una puerta de color rojo aporta un toque de color a su estructura blanca, de 13 metros de altura, hecha con madera de kauri y totara. Aunque no se puede acceder al interior, se pueden explorar libremente los alrededores. De las viviendas de los fareros no queda nada. Waipapa Point estuvo habitado hasta 1981 pero, una vez automatizado el faro, el último ocupante se fue y las viejas casas fueron eliminadas.

The Catlins - Waipapa Point
The Catlins - Waipapa Point

En esta zona hace mucho viento y apenas hay árboles. Los pocos que hay crecen retorcidos y achaparrados. En la playa que hay a los pies del faro es habitual ver focas y leones marinos, aunque nosotros no tuvimos esa suerte.

The Catlins - Waipapa Point

Slope Point

Slope Point es el punto más al sur de la Isla Sur de Nueva Zelanda. No solo merece ser visitado por esta particularidad geográfica, sino por su espectacular paisaje. Después de dejar el coche en el aparcamiento, toca caminar campo a través para llegar hasta allí.

The Catlins - Slope Point
The Catlins - Slope Point

El «sendero» atraviesa tierras privadas. En realidad toca adivinar un poco por donde hay que ir, ya que no hay un camino como tal. Pegados a la cerca que delimita el campo, unos surcos ligeramente marcados en el suelo muestran el recorrido habitual de los visitantes. Hay que ir esquivando cacas de vaca y barro. Un cartel en la entrada avisa que podemos encontrarnos con vacas y ovejas, aunque no vemos ninguna.

The Catlins - Slope Point
The Catlins - Slope Point
The Catlins - Slope Point
The Catlins

A medida que nos acercamos al borde del acantilado, el fuerte viento amenaza con llevarnos volando. No hay ni un árbol, tan solo unas matas de tussock que resisten como pueden el vendaval. Un letrero anuncia que estamos en el punto más meridional de la Isla Sur. Después de hacernos unas fotos para conmemorar este hito geográfico, dedicamos un rato a admirar las espectaculares vistas de la costa salvaje de los Catlins.

The Catlins - Slope Point
The Catlins - Slope Point
The Catlins - Slope Point

Antes de irnos nos aproximamos a los pocos árboles que consiguen crecer bajo este viento constante. Como en Waipapa Point, sus troncos y ramas están retorcidos, pero en este caso esconden los restos de una pequeña caseta que alguien construyó a su resguardo.

The Catlins - Slope Point

Curio Bay

Nuestra siguiente parada es Curio Bay. Esta pequeña bahía, así como su vecina Porpoise Bay, es el hogar de una colonia de pingüinos de ojos amarillos y uno de los pocos lugares en los que se pueden ver delfines de Héctor, los más pequeños del mundo y endémicos de Nueva Zelanda. También es habitual ver focas y leones marinos.

The Catlins - Curio Bay
The Catlins - Curio Bay
The Catlins

En Curio Bay hay un museo interactivo que no pudimos visitar porque llegamos cuando ya estaba cerrado. Sobre Tumu Toka CurioScape y todo lo que ofrece tenéis más información en este enlace. Lo que sí hicimos fue pasar la noche en su camping, del que ya os hablamos en este otro post. Al situarse en los acantilados que hay justo encima de la playa donde anidan los pingüinos de ojos amarillos, no hace falta salir del camping para verlos (al amanecer o al atardecer), ya que hay varios miradores desde los que asomarse a observarlos. Tuvimos la enorme suerte de ver un par de ejemplares y nos hizo muchísima ilusión.

The Catlins - Curio Bay

Si queréis verlos más de cerca también podéis bajar a la playa. Eso sí, respetad la distancia de seguridad y no entréis en la zona acordonada.

The Catlins - Curio Bay
The Catlins - Curio Bay
The Catlins - Curio Bay

Petrified Forest

Curio Bay no es solo el hogar de estos simpáticos pingüinos. También aquí se encuentra un bosque fosilizado de unos 180 millones de años de antigüedad. Un bosque fosilizado del jurásico, plenamente visible con la marea baja, no es algo que se vea todos los días. Aunque algunos restos fósiles no son fáciles de identificar, hay troncos prácticamente intactos y huellas de hojas que se ven a simple vista.

The Catlins - Petrified Forest
The Catlins - Petrified Forest
The Catlins - Petrified Forest

Se cree que unas lluvias torrenciales arrastraron las cenizas, el barro y las rocas que cubrían los volcanes de los alrededores, creando ríos de sedimentos que sepultaron este bosque. Las cenizas volcánicas, ricas en sílice, fueron las responsables de fosilizar los restos vegetales, impregnándolos antes de se pudrieran y convirtiéndolos en roca en el espacio de unas pocas semanas o meses desde la inundación.

Living Forest

Justo enfrente del Petrified Forest se encuentra el ejemplo viviente de lo que fue ese bosque antes de quedar convertido en roca. Un sendero corto y llano permite dar un agradable paseo por este bosque en proceso de regeneración. Aunque siglos atrás los Catlins estaban cubiertos de bosque, desde que en 1865 se instaló el primer aserradero en la zona, buena parte fueron talados. La madera se utilizó principalmente para la construcción de viviendas, y el terreno se dedicó a la ganadería.

The Catlins - Living Forest
The Catlins - Living Forest
The Catlins - Living Forest

El bosque por el que paseamos ahora es el descendiente directo del bosque petrificado que hemos visto hace un rato. A lo largo del sendero interpretativo encontramos letreros identificando las distintas especies arbustivas y arbóreas que vamos observando. Aunque algunos ejemplares son muy jóvenes, encontramos algunos de buen tamaño. Lo mejor de todo es que, al ir a primera hora de la mañana, no nos cruzamos con absolutamente nadie. Tener el bosque para nosotros solos es una experiencia maravillosa.

The Catlins - Living Forest
The Catlins - Living Forest
The Catlins
The Catlins

McLean Falls

En la siguiente parada que hacemos en nuestra ruta por los Catlins no tenemos tanta suerte y resulta haber bastante gente. Se trata de una cascada preciosa de 22 metros de altura, así que es normal que el lugar esté concurrido. Un paseo de unos 20 minutos nos lleva hasta McLean Falls. Hay tramos con escaleras y el suelo está un poco embarrado en algunos puntos, pero merece la pena el esfuerzo.

The Catlins - McLean Falls
The Catlins - McLean Falls
The Catlins - McLean Falls
The Catlins - McLean Falls
The Catlins - McLean Falls
The Catlins - McLean Falls

No muy lejos de McLean Falls se encuentra otro lugar muy popular de los Catlins. Se trata de Cathedral Caves. Estas cuevas excavadas en la roca por el embate del mar solo se pueden visitar con la marea baja, por lo que el acceso es muy restringido. Además, no están abiertas durante todo el año. Nosotros nos encontramos con el acceso cerrado, así que no pudimos verlas. Están en tierras privadas y hay que pagar entrada. En la página web oficial tenéis toda la información.

Florence Hill Lookout

Seguimos recorriendo los Catlins y de camino a la siguiente cascada que vamos a visitar hacemos una parada rápida en un mirador con unas vistas increíbles. Se trata de Florence Hill Lookout, en lo alto de un promontorio desde el que se abarca la totalidad de la bahía de Tautuku. No es el único mirador de la ruta, hay mucho otros que iréis encontrando por el camino. Estad atentos a las señales en la carretera.

The Catlins - McLean Falls

A unos 3 km de Florence Hill Lookout hacemos otra breve parada. Al cruzar el puente sobre el río Tahakopa vemos que hay una pequeña zona de aparcamiento. Nos detenemos para hacer unas cuantas fotos del estuario aprovechando que la marea está bastante baja.

The Catlins
The Catlins
The Catlins
The Catlins
The Catlins

Purakaunui Falls

Otra preciosa cascada nos espera en nuestra ruta por los Catlins. En este caso se trata de Purakaunui Falls. Un paseo de unos 10 minutos a través del bosque conduce a esta cascada de varios niveles, muy popular y concurrida. Se dice que es la cascada más famosa de los Catlins, y no nos extraña ya que es realmente bonita.

The Catlins - Purakaunui Falls
The Catlins - Purakaunui Falls
The Catlins - Purakaunui Falls
The Catlins - Purakaunui Falls
The Catlins - Purakaunui Falls
The Catlins - Purakaunui Falls
The Catlins - Purakaunui Falls

Owaka

Aprovechando que se ha hecho la hora de comer, paramos en la pequeña población de Owaka a reponer fuerzas. En Bake House Take Aways pedimos un plato de fish & chips. También aprovechamos para entrar a curiosear en un par de tiendas, una de ellas una librería de segunda mano en la que compramos un libro.

Nugget Point

Ya con la barriga llena nos dirigimos a Nugget Point, donde pondremos punto final a nuestra ruta por los Catlins. Hasta ahora ha hecho buen tiempo, pero unos nubarrones grises amenazan tormenta. Hace mucho viento y cuanto más nos acercamos al faro que hay al borde del acantilado, más fuerte es.

The Catlins - Nugget Point
The Catlins - Nugget Point

El faro, llamado Tokata Lighthouse, se construyó en 1869. Aunque el que vimos en Waipapa Point nos parece más bonito, la verdad es que el entorno natural de Nugget Point es más espectacular. Un puñado de islotes rocosos emergen del mar a los pies del faro. Por lo visto el capitán Cook pensó que parecían pepitas de oro, de ahí el nombre con el que bautizó a este promontorio rocoso. Fijaos bien por si veis alguna foca, ya que por aquí hay una colonia bastante numerosa.

The Catlins - Nugget Point
The Catlins - Nugget Point
The Catlins - Nugget Point

Con la imagen espectacular del faro recortado contra el horizonte finalizamos esta nueva etapa de nuestro road trip neozelandés. Nuestro siguiente destino, la ciudad de Dunedin, nos espera.

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