Santa Teresa Gallura

Santa Teresa Gallura es la típica población de veraneo, con sus tiendas de souvenirs y restaurantes en los que los turistas que van en busca de sol y playa paran a comer al mediodía. Pero que esto no os engañe: a pesar de su clara orientación al turismo, ha sabido conservar un cierto encanto y un ambiente agradable. El hecho de contar con una de las playas más bonitas del norte de Cerdeña (aunque también una de las más masificadas) es otro punto a su favor.

De paseo por el centro de Santa Teresa Gallura

Santa Teresa Gallura atrae a miles de turistas cada verano. Muchos acuden atraídos por sus propios encantos, como la bellísima playa Rena Bianca o el paisaje increíble del cercano Capo Testa. Otros se detienen brevemente mientras van de camino a la cercana Palau, desde donde se toman la mayoría de ferris que llevan al archipiélago de La Maddalena, o a visitar la Costa Esmeralda.

En nuestro caso, después de pasar una agradable mañana en Capo Testa, decidimos terminar de pasar la tarde en Santa Teresa Gallura. Encontrar aparcamiento en el centro (casi todo zona azul) puede ser complicado, especialmente si llegáis al mediodía, como fue nuestro caso. Lo solucionamos dejando el coche a la entrada del pueblo y nos acercamos al centro dando un paseo.

Unas calles con mucho encanto

A pesar de ser una población eminentemente turística, Santa Teresa Gallura no ha sucumbido a la urbanización desenfrenada tan típica de muchas zonas costeras. Las calles del centro, con sus casitas bajas pintadas en suaves colores pastel, apenas están concurridas a esta hora del día.

Pronto descubrimos que la mayoría de la gente se congrega en los alrededores de la plaza Vittorio Emanuele. Las calles aledañas a la plaza están llenas de restaurantes, heladerías y pequeñas tiendecitas. Aunque muchas de esas tiendas solo venden los típicos souvenirs y todo tipo de artículos playeros, en algunas se pueden encontrar creaciones más artesanales a las que vale la pena echar un ojo. Cerca del centro se puede visitar también la Torre del Longosardo, una torre defensiva del siglo XVI.

Si vuestra visita coincide con la hora de comer, aprovechad para probar un plato típico de Santa Teresa Gallura que está para chuparse los dedos. Se trata de la zuppa gallurese, que a pesar de su nombre no es una sopa, sino una especie de lasaña absolutamente deliciosa. En este post dedicado a la gastronomía sarda os contamos más al respecto.

Rena Bianca: una playa de ensueño

Santa Teresa Gallura cuenta con una playa realmente espectacular. Se llama Rena Bianca y está a dos pasos del centro del pueblo. Un agua de un color turquesa increíble baña la fina arena blanca de este pedacito de paraíso. Al ser una playa poco profunda y bien resguardada, hay pocas olas y es ideal para familias con niños.

Nos instalamos en uno de los extremos de la playa, que en estos momentos está abarrotadísima de gente. Pero ni siquiera el hecho de no encontrar un hueco en el que extender nuestras toallas nos impide disfrutar de su gran belleza.

Hay bastantes peces, así que no es mala idea llevar gafas de snorkel para poder observarlos de cerca. Algo que nos sorprende es que, en una de las esquinas de la playa, la arena es de un bonito color rosado. Sabemos que en el cercano archipiélago de La Maddalena hay una playa famosa por su arena rosada, pero no esperábamos verla aquí.

Desde Rena Bianca se tienen unas vistas magníficas de la cercana isla de Córcega, que es perfectamente visible desde aquí. Debido a la gran proximidad de la isla francesa, un servicio de ferry une a diario Santa Teresa Gallura con Bonifacio en una travesía que dura menos de una hora. Si estáis interesados en visitarla, aquí tenéis más información.

Tras darnos un buen baño y pasar un rato en la playa, damos por terminada nuestra visita a Santa Teresa Gallura. Nos ha gustado más de lo que esperábamos, y la playa Rena Bianca nos ha parecido realmente paradisíaca, incluso a pesar de su masificación.