Playa de La Pelosa

La playa de La Pelosa, localizada en Stintino, está considerada una de las más bonitas de Cerdeña. Por su cercanía a las ciudades de Porto Torres, Alguer y Sassari, también es una de las más visitadas. Tanto es así, que las autoridades han tenido que restringir el aforo diario de bañistas para preservar su espectacular entorno natural. Si os queréis dar un baño en las aguas cristalinas de La Pelosa, tendréis que reservar con antelación. Pero si no encontráis plazas libres, no os preocupéis: os contamos cómo lo hicimos nosotros para poder disfrutar de esta maravilla de playa sin tener reserva previa.

Arena blanca y agua cristalina: una playa espectacular

La Pelosa se encuentra en Capo Falcone, en la punta noroccidental de Cerdeña. Esta franja de tierra, agreste y rocosa, es el típico lugar de veraneo con urbanizaciones y chalets repartidos aquí y allá. Aunque en la vertiente oeste de Capo Falcone predominan los acantilados, en la costa este hay unas playas maravillosas, entre ellas la de La Pelosa.

Cerdeña cuenta con muchas playas impresionantes, pero la de La Pelosa es de una belleza tan increíble que no es de extrañar que ocupe siempre un lugar destacado en cualquier ranking de las playas más bonitas de la isla. El mar Mediterráneo, siempre bonito, aquí resulta sencillamente espectacular. Si hay algo por lo que destaca La Pelosa es por su agua cristalina y su fina arena blanca. Parece imposible que el agua pueda tener ese color azul tan puro, que va cambiando de tonalidad a medida que se hace más profunda.

Si viajáis con niños, La Pelosa es la playa ideal: es muy poco profunda, apenas hay olas y los más pequeños pueden bañarse sin peligro. Los perros no están permitidos entre las 8 de la mañana y las ocho de la tarde, así que no podréis llevar a vuestra mascota con vosotros. Es fácil encontrar aparcamiento, pero todo es zona azul y toca pagar para dejar el coche.

Cosas a tener en cuenta antes de visitar La Pelosa

Hay un par de cosas importantes a tener presentes a la hora de visitar La Pelosa. La primera es que está prohibido tumbarse en la arena con una toalla. Es obligatorio el uso de una esterilla, ya que de esta manera se evita que nos llevemos una gran cantidad de arena pegada en la tela. Es una medida muy necesaria desde un punto de vista medioambiental, pero a muchos visitantes les pilla por sorpresa y se ven en la necesidad de comprar una a alguno de los vendedores que hay por allí, que las venden a precios escandalosos. Si podéis llevar una desde casa, mucho mejor. Y ojo con no cumplir con esta norma porque os puede caer una multa.

La segunda cosa a tener en cuenta al visitar La Pelosa es que hay que reservar plaza con antelación durante la temporada alta. Debido a su fama, la playa estaba enormemente masificada. Ante el deterioro ambiental al que se veía sometida, las autoridades se han visto en la obligación de limitar la entrada de visitantes a 1.500 personas al día. Sigue siendo mucho, os lo aseguramos, ya que lo primero que se nota al acceder a la playa es lo llena que está.

Donde y cómo reservar el acceso a la playa de La Pelosa

Aquí os dejamos el enlace a la página web oficial a través de la que podéis reservar plaza en La Pelosa. Esto solo es necesario entre el 1 de junio y el 31 de octubre (consultad la web por si hay algún cambio en las fechas). Si viajáis fuera de temporada no tendréis problema para acceder libremente. El acceso a La Pelosa es gratis para niños menores de 12 años, pero a partir de esa edad hay que pagar 3,50€ por persona. Al hacer la reserva hay que elegir la fecha deseada y el acceso es válido para todo el día. Cada usuario solo puede reservar un máximo de 8 plazas, si el grupo es más grande habrá que hacer otra reserva aparte.

Una vez seleccionada la fecha deseada y realizado el pago, se recibe un email con un código QR. Con ese código hay que dirigirse al punto de información habilitado en la playa para hacer el check-in. Allí os darán una pulsera identificativa a cada uno. En todos los accesos a la playa hay una persona controlando la entrada: si no lleváis pulsera, no podéis pasar.

Qué hacer si no tenéis reserva o no quedan plazas libres

Puede que en el momento de hacer la reserva no quede ni una plaza libre para las fechas de vuestro viaje. Es lo que nos pasó a nosotros. Si os veis en esta situación y no tenéis reserva por el motivo que sea, no os preocupéis: todavía tenéis la opción de disfrutar de la playa de La Pelosa. En Google Maps podéis ver que en Stintino hay más playas además de La Pelosa. Esas son todas de libre acceso: no hay que pagar nada ni reservar plaza. Pero si no queréis renunciar a La Pelosa, la mejor forma de llegar a ella sin reserva es nadando. Sí, habéis leído bien: si llegáis a nado nadie va a controlar si tenéis pulsera o no.

Tanto justo antes como justo después de La Pelosa hay otras pequeñas playitas y calas, o simplemente rocas, en las que se puede uno instalar libremente y darse un baño. Tenéis por ejemplo la Spiaggia della Pelosetta, la Spiaggia della Pelosetta Treda o la Caletta di La Pelosa. Según a que hora vayáis, puede que no haya ningún hueco libre. Nosotros terminamos instalándonos en unas rocas a los pies de un chiringuito llamado Chiosco Bar La Torre.

Una vez instalados, solo hay que nadar hasta las aguas transparentes de La Pelosa. Si vais pegados a la orilla os resultará más sencillo llegar, ya que podéis ayudaros de las rocas para avanzar más deprisa. Os aconsejamos llevar escarpines o algún calzado adecuado para no lastimaros los pies. Según lo lejos que os hayáis instalado os costará un poco más llegar a nado: tened en cuenta vuestras limitaciones físicas, no queremos que nadie se ahogue intentando llegar a La Pelosa. No sabemos si os pueden decir algo si intentáis tumbaros en la arena, pero evidentemente nadie va a controlar a los bañistas, así que os podéis dar tranquilamente un chapuzón en las aguas cristalinas de La Pelosa y disfrutar de este rincón privilegiado de Cerdeña aunque no tengáis reserva.

Una torre en la diminuta Isla de la Pelosa

En cualquier foto que veáis de La Pelosa, observaréis que como telón de fondo siempre aparece una torre de piedra sobre un pequeño islote. La Torre de la Pelosa, que es el nombre de esta torre defensiva, se construyó en 1572 y es tan solo una de las muchas que encontraréis a lo largo de toda la costa de Cerdeña. Es muy fácil llegar a nado hasta la pequeña Isla de la Pelosa para echar un vistazo de cerca a la torre, aunque no se puede acceder al interior.

Más allá de la Isla de la Pelosa se divisa el perfil de otra isla, Isola Piana. Y algo más lejos, aunque no está a la vista, hay otra isla convertida en parque nacional y en área marina protegida: la Isola dell’Asinara. En este enlace tenéis más información para que podáis organizar vuestra visita. Nos hubiera gustado visitarla y ver los asnos blancos que le dan nombre, pero no pudimos hacerlo por falta de tiempo.

Desde los puertos de Stintino y Porto Torres salen los barcos que llegan hasta la isla. Allí podéis disfrutar de sus bonitas playas, además de visitar las edificaciones que se conservan y que permiten conocer su historia. La Isola dell’Asinara estuvo poblada por unas pocas familias de pastores y pescadores desde la Edad Media. En 1885, no obstante, sus habitantes fueron expulsados de la isla debido a la construcción de una cárcel y de una estación de cuarentena marítima. Algunas de las familias expulsadas decidieron instalarse no muy lejos de allí, fundando el pueblo de Stintino.

Sobre Stintino no os podemos hablar en primera persona, ya que no llegamos a visitarlo (nos limitamos a la playa de La Pelosa). No obstante, os podemos contar que es un pueblo pequeñito, de casitas bajas pintadas en suaves colores pastel. Cuenta con un bonito puerto deportivo y un museo, el Museo della Tonnara, dedicado a la pesca del atún.

Por todo esto creemos que merece muchísimo la pena acercarse a Stintino y La Pelosa, donde podréis disfrutar del mar Mediterráneo a pesar de las inevitables aglomeraciones que conlleva el ser una de las playas más bonitas de Cerdeña.