En el anterior post sobre Dublín ya explicamos que dividimos nuestra escapada de dos días a la ciudad en dos zonas bien diferenciadas: el norte y el sur del río Liffey. En este post os contaremos todo lo que vimos e hicimos al norte del Liffey. Aunque al sur del río se concentran las principales atracciones turísticas de Dublín, el norte también tiene mucho que ofrecer. O’Connell Street es la arteria principal, no solo de esta zona, sino de la ciudad. Por ella empezamos a explorar Dublín.
De paseo por O’Connell Street
La calle O’Connell es la más importante de Dublín y una de las más animadas de la ciudad. Al estar alojados junto a ella tuvimos ocasión de recorrerla en múltiples ocasiones, tanto de día como de noche. Se extiende desde el río Liffey, que podéis cruzar por el O’Connell Bridge, hasta la calle Parnell. En sus poco más de 500 metros encontraréis infinidad de restaurantes, pubs, cafeterías y tiendas de todo tipo.
Si os apetece ir de compras, O’Connell Street es una buena opción. También lo son algunas de sus calles aledañas, como Henry Street, repleta de tiendas de marcas conocidas. Es justo a la altura de Henry Street donde se encuentran dos de los principales puntos de interés de la calle O’Connell. Por un lado está el edificio de la General Post Office, de 1814, con un espectacular pórtico columnado de estilo griego.
Este edificio no destaca solo por su arquitectura. Su importancia histórica se remonta al Alzamiento de Pascua de 1916, ya que fue frente a esta oficina de correos donde se leyó la proclamación de la República de Irlanda. Hay un pequeño museo dedicado a este tema en el interior del edificio, aquí tenéis más información por si os interesa.
The Spire: el monumento más controvertido de O’Connell Street
El otro monumento que atrae la mirada de todos los paseantes de la calle O’Connell es The Spire. Con sus 120 metros de altura, esta escultura en forma de aguja llama la atención desde lejos. Como muchas obras de arte contemporáneo, no estuvo exenta de polémica ya que a muchos dublineses les parecía que no encajaba con el entorno. Tampoco parecía ser del agrado de muchos la Columna de Nelson que ocupaba anteriormente este lugar, ya que fue destruida por una bomba del IRA en 1966.
Ha’penny Bridge: el puente más famoso de Dublín
Para cruzar de una orilla a otra del río Liffey hay muchos puentes entre los que elegir. El que hay al inicio de la calle O’Connell es uno de los más transitados, pero el más famoso de la ciudad es el llamado Ha’penny Bridge. Este puente peatonal se construyó en 1816 y recibe este nombre por el peaje de medio penique («half penny») que había que pagar para usarlo. Este era el coste del ferry que hacía el trayecto de orilla a orilla y que fue sustituido por el puente.
Os recomendamos dar un agradable paseo junto al río por las pasarelas de madera peatonales que van de puente a puente. Si hace sol, no hay nada mejor que sentarse en uno de los bancos que hay por el camino para disfrutar de las vistas. Y si tenéis hambre y os apetece algo dulce, os recomendamos The Rolling Donut, en 34 Bachelors Walk. Para los aficionados a la literatura, en Winding Stair Bookshop tienen una excelente selección de libros entre los que elegir. Nosotros compramos un ejemplar de Dublineses, de James Joyce, el autor irlandés por excelencia (con permiso de Oscar Wilde). Encontraréis esta preciosa librería en Ormond Quay Lower, justo a lado de Ha’penny Bridge.
14 Henrietta Street: un interesante museo en una casa georgiana
Este museo no es de los más conocidos de Dublín (en muchas guías de viaje ni siquiera se menciona), pero es muy interesante. Os permitirá conocer cómo era la vida en la ciudad entre las familias más acomodadas y también entre los más pobres, que vivían hacinados en pésimas condiciones de salubridad. Las visitas guiadas son en inglés (no se puede visitar por libre) y son bastante largas, así que no os lo recomendamos si no tenéis el tiempo suficiente o no habláis el idioma.
Como el resto de edificios de la calle Henrietta, la construcción de esta casa se remonta al siglo XVIII. Se trataba de viviendas para las familias más acomodadas de Dublín y todavía se percibe la riqueza de los habitantes de esta calle en las elegantes fachadas.
Por desgracia, el declive económico que vivió Irlanda (y que se hizo notar de forma más aguda en la capital) y los terribles efectos de la Gran Hambruna terminaron por llegar hasta esta zona más pudiente de la ciudad. La población de Dublín creció mucho durante esa época y la demanda de viviendas para los más pobres llevó a que casas como la de 14 Henrietta Street se subdividieran en apartamentos, que en 1911 daba cobijo a más de 100 personas en la que había sido diseñada como una casa para una sola familia.
La visita guiada muestra algunas de las estancias más elegantes de la casa, pero sin duda la parte más interesante es la que lleva a visitar algunos de esos apartamentos. En una sola habitación vivía una familia entera, normalmente en unas condiciones de lo más insalubres. Es realmente impactante.
King’s Inn Park
Al final de Henrietta Street se alza un precioso edificio, el King’s Inn. Se trata de la escuela de Derecho más antigua de Irlanda, fundada en 1541. El edificio, de estilo georgiano, es realmente magnífico. Podéis cruzar por su patio interior (solo durante el día, por la noche el acceso está cerrado) para ir de la calle Henrietta al tranquilo parque que hay al otro lado, desde donde podréis admirar la fachada principal. Junto a la verja del extremo sur del parque hay un árbol apodado The Hungry Tree porque se ha «comido» un banco de hierro con el paso de los años.
Smithfield: una visita interesante para los amantes del whiskey
Después de la visita al museo de Henrietta Street, nos dirigimos a uno de los barrios más interesantes de Dublín: Stoneybatter. De camino hacia allí aprovechamos para echar un vistazo rápido a Smithfield, antigua zona de almacenes con una animada plaza en la que antiguamente se celebraba un mercado de ganado.
Antes de llegar a Smithfield Square nos topamos con un edificio de ladrillo rojo que nos llama la atención llamado The Richmond. Este antiguo hospital quirúrgico se construyó en 1897 y se inauguró en 1901. Estuvo en funcionamiento hasta 1987 y en la actualidad se alquila para eventos y otras actividades.
Llegamos a Smithfield Square. A esta hora de la mañana está muy tranquila y solitaria. Al final de la plaza se puede ver la antigua chimenea usada para destilar el whiskey Jameson. Actualmente es un mirador que no sabemos si está abierto al público en este momento. Si os gusta el whiskey quizá os interese hacer el tour a la destilería Jameson. Como no es nuestro caso nos saltamos esta visita, pero aquí tenéis el enlace a su página web con toda la información necesaria.
Stoneybatter: el barrio obrero más de moda en Dublín
A muy poca distancia de Smithfield Square se encuentra la calle principal de Stoneybatter, Manor Street. Este antiguo barrio obrero se ha transformado en uno de los más interesantes de la ciudad. En Manor Street abundan los restaurantes, pubs, cafeterías y pequeños negocios de todo tipo. A esta hora hay pocos vecinos paseando por la calle, pero el ambiente es de lo más agradable y enseguida nos gusta.
Pero Stoneybatter no es solo Manor Street. Las callecitas que constituyen el corazón del barrio son sin duda lo mejor. Como no tenemos mucho tiempo nos vamos a centrar en la zona más al sur, pero creemos que en caso de disponer de más tiempo merece la pena explorar todo Stoneybatter mucho más a fondo.
Un pueblo de origen vikingo
Vamos subiendo por Manor Street hasta llegar a la altura de Manor Place, donde giramos a la izquierda y nos dedicamos a pasear sin rumbo por las calles, prácticamente idénticas, de casitas de ladrillo. No hay edificios altos, todo son pequeñas casas muy cuidadas, con las puertas pintadas de alegres colores y muchas de ellas decoradas para Halloween, que está al caer. En otras calles hay casas de una sola planta con las fachadas blancas, aún más bonitas si cabe que las de ladrillo.
Apenas hay nadie por la calle, es una zona muy tranquila y realmente agradable. Nos llaman la atención los nombres de algunas calles: Viking, Sitric, Olaf, Ivar, Sigurd… Resulta que Stoneybatter fue una población fundada por los vikingos (inicialmente se llamó Oxmantown) después de ser expulsados de Dublín durante una invasión normanda.
Va siendo hora de terminar nuestra visita a Stoneybatter. Curioseamos un poco más antes de llegar a una pequeña librería que nos moríamos de ganas de conocer, pero que hoy está cerrada: The Lilliput Press. Esta pequeña editorial, especializada en autores y temática irlandeses, cuenta con esta adorable librería. La encontraréis en 62 Sitric Road y su horario de apertura es muy limitado: de lunes a viernes de 11:30 a 14:30. Si sois tan bibliófilos como nosotros y tenéis interés en visitarla, tenedlo en cuenta.
Los Docklands de Dublín
Desandamos nuestro camino hasta O’Connell Street y nos vamos a explorar lo que antaño fuera la zona portuaria de Dublín. Se trata de los Docklands. Aunque se extienden a ambas orillas del río Liffey, ya cerca de su desembocadura, nosotros nos vamos a centrar principalmente en la orilla norte, que es la que tiene más puntos de interés.
Tras callejear un poco por la zona al este de O’Connell Street, nos encaminamos hacia el imponente edificio de la Custom House. Sede de las antiguas aduanas de la ciudad, esta joya neoclásica de 1791 es fácilmente identificable por su gran cúpula, visible desde lejos.
Aprendiendo más sobre la emigración irlandesa
Un poco más allá de la Custom House se encuentra el EPIC, el Museo de la Emigración Irlandesa. Tenemos entendido que es un museo con exposiciones muy interactivas y vanguardistas. No lo visitamos por falta de tiempo, pero aquí tenéis el enlace a su página web por si estáis interesados.
Poco antes de llegar al museo hay un monumento, llamado The Famine Memorial, que conmemora los terribles efectos que tuvo la Gran Hambruna de 1845 en la sociedad irlandesa. Es lógico que el monumento se encuentre cerca del EPIC, ya que esa hambruna fue uno de los principales motivos que llevaron a la emigración masiva de cientos de miles de irlandeses durante el siglo XIX.
Para los que queráis aprender más acerca de la emigración irlandesa y los terribles efectos de la hambruna, hay otro lugar que visitar junto a estos dos que ya hemos mencionado. Se trata del Jeanie Johnston, una réplica de uno de los barcos en los que embarcaron miles de irlandeses en busca de una vida mejor en América. Poco se imaginaban que su pasaje a una vida mejor iba a suponer la muerte de muchos de ellos debido a las horribles condiciones de salubridad de esos barcos. Esta es una de las visitas que nos hubiera gustado hacer y que tuvimos que dejar pendiente para algún futuro viaje a Dublín.
Samuel Beckett Bridge: un puente de diseño español en Dublín
Continuamos nuestro paseo junto al río Liffey en dirección a un puente que nos resulta bastante familiar. Se trata del Samuel Beckett Bridge, diseñado por el arquitecto español Santiago Calatrava. Es en esta zona donde se concentran los edificios más modernos de la ciudad, como el del centro de convenciones, situado justo al lado del puente. A pesar de la revitalización y modernización de los Docklands, aún se conservan restos de su pasado más industrial.
Junto al puente de Calatrava da comienzo el Royal Canal. Este, junto con el también cercano Grand Canal, conectaba Dublín con el río Shannon. La verdad es que este último tramo del recorrido por los Docklands no nos ha parecido tan interesante, así que decidimos regresar a O’Connell Street. Para no repetir el mismo camino que a la ida, optamos por cruzar a la otra orilla y regresar dando un paseo por el lado sur del río Liffey.
Finalmente llegamos a O’Connell Bridge y terminamos la visita al norte del Liffey en el mismo punto donde la comenzamos esta mañana. En el siguiente post os contaremos todo lo que podéis ver y hacer al sur del Liffey, la zona de Dublín más conocida y turística. Para terminar, os dejamos un par de fotos del río Liffey y Ha’penny Bridge de noche. No dejéis de dar un paseo por esta zona al anochecer, merece la pena.