Cuando uno piensa en Dakota del Sur, inmediatamente le viene a la mente la icónica imagen de las caras de los cuatro presidentes talladas en la roca del Monte Rushmore. Es un monumento tan emblemático para este estado que incluso su eslogan publicitario, «Great Faces Great Places«, gira en torno a él.
Para muchos ciudadanos estadounidenses, éste es un lugar de peregrinaje al que ir al menos una vez en la vida. En una sociedad tan patriótica como la suya, es algo fácilmente comprensible. Dejando de lado esos sentimientos nacionalistas, el Monte Rushmore es especialmente interesante para los aficionados a la historia y para familias con niños en edad escolar.
Para el visitante extranjero, resulta sin duda un lugar interesante que visitar. No obstante, se ubica en una zona un tanto remota y alejada de las rutas turísticas habituales. Eso hace que la mayoría no lo tenga en cuenta a la hora de planificar un viaje por Estados Unidos. En nuestro caso, sin embargo, pudimos acercarnos hasta allí ya que nos pillaba de paso en nuestra ruta por el norte de Estados Unidos.
Cómo llegar hasta el Monte Rushmore
Mount Rushmore National Memorial se sitúa en Keystone, una pequeña población al suroeste de Dakota del Sur. La principal ciudad de la zona es Rapid City. Desde ella hay tan solo 40 km hasta el Monte Rushmore. La carretera interestatal I-90 es la vía de acceso más rápida a la zona, aunque luego hay que tomar la US-16 hasta Keystone.
En nuestro caso, llegamos a Keystone procedentes de Deadwood, situada algo más al norte. De esta histórica ciudad ya os hablamos con detalle en el post anterior. Su interesante historia y su cercanía al Monte Rushmore hacen que una visita conjunta a Deadwood y al Monte Rushmore sea una gran idea. En el caso de llegar desde Deadwood, la carretera que hay que tomar es la US-385. La distancia desde allí es algo mayor, unos 80 km. Pero el paisaje que se atraviesa, en pleno corazón de las Black Hills, compensa con creces esos pocos kilómetros de más.
Accediendo al Monte Rushmore
Desde Keystone tan solo hay que seguir las indicaciones para llegar al enorme complejo que constituye el Mount Rushmore National Memorial. El lugar no tiene pérdida. Está muy bien señalizado y casi todo el mundo que hay por allí se dirige al mismo sitio.
Keystone es una población consagrada al turismo. Allí hay multitud de alojamientos, restaurantes y tiendas de regalos entre las que elegir. Nosotros no nos detenemos allí y vamos directos hacia el Monte Rushmore. La carretera SD-244, cuyo desvío se encuentra a la salida de Keystone, nos deja frente al acceso al Monte Rushmore.
La entrada al Mount Rushmore National Memorial es totalmente gratuita. Es algo que siempre viene bien para contener los gastos en un viaje de por sí bastante caro. Pero claro, no es oro todo lo que reluce: resulta que el aparcamiento sí que hay que pagarlo. Y cuesta 11 dólares ni más ni menos. Y como no hay más remedio que dejar el coche en el parking, ya que no hay ningún otro sitio disponible donde aparcar, tienen el negocio asegurado. O eso es lo que puede parecer a priori. Pero os vamos a contar nuestro pequeño secreto para aparcar gratis no muy lejos de allí.
Cómo aparcar gratis en el Monte Rushmore
Si no queréis complicaros la vida o no os importa pagar esa cantidad por aparcar cómodamente, entonces podéis pasar directamente al siguiente apartado del post. Pero si os parece un precio abusivo y preferís gastaros ese dinero en algo más productivo, os vamos a contar lo que hicimos nosotros para no pagar ni un centavo.
El truco está en seguir adelante por la US-244 durante 1 kilómetro más, aproximadamente. Allí, junto a la carretera, hay una zona de aparcamiento gratuita, relativamente amplia, donde podéis dejar el coche. En la imagen que os mostramos a continuación os la hemos señalizado.
El punto 1 es la entrada al Monte Rushmore, que conduce directamente al aparcamiento. Pero si pasáis de largo y continuáis adelante, llegaréis al punto 3. Como veis, es una zona en la que caben bastantes coches y es 100% gratuita. Si os preguntáis por qué hemos puesto un punto 2, es para que no os confundáis. El punto 2 es otra pequeña zona de aparcamiento, pero es solamente para empleados del Monte Rushmore (o al menos lo era en el momento de nuestra visita).
¿Cuáles son las principales pegas de aparcar aquí? La primera es que, según la hora del día que sea, igual están todas las plazas ocupadas. En ese caso os tocará dar media vuelta y pagar los 11 dólares. La otra pega es que si aparcáis aquí luego tendréis que caminar ese kilómetro por la cuneta de la carretera. Esto puede ser peligroso a causa de los coches que circulan por la carretera, así que quedáis avisados: tened mucho cuidado con el tráfico.
Mount Rushmore National Memorial: una obra escultórica de tamaño monumental
Una vez accedáis al recinto del Monte Rushmore, lo primero con lo que os toparéis es la Avenue of Flags. Es una amplia avenida flanqueada por las banderas de todos los estados del país, así como otros territorios asociados. Junto a cada una de ellas se indica la fecha de anexión del estado en cuestión, y llama la atención ver las fechas tan tardías en que se incorporaron algunos de ellos, como Alaska o Hawaii, que no pasaron a formar parte de Estados Unidos hasta 1959. Al fondo se alzan las caras de los presidentes esculpidas en la roca. Flanqueadas por todas las banderas, tienen un aspecto solemne que impone un cierto respeto.
De la Avenue of Flags a Grand View Terrace
Este suele ser el lugar más concurrido. Os encontraréis con montones de ciudadanos apelotonados junto a la bandera de su estado haciéndose la foto conmemorativa de rigor. Al final de la Avenue of Flags se abre una gran explanada llamada Grand View Terrace. Las vistas panorámicas desde aquí son soberbias. A los pies de esta terraza se halla el enorme anfiteatro en el que cada día se lleva a cabo la Evening Lighting Ceremony.
Si os encontráis en el Monte Rushmore a las 9 de la noche, podéis asistir a esta ceremonia. Es totalmente gratuita y se celebra a diario entre mayo y septiembre. Además de la charla de un ranger, se proyecta un breve documental. Y la guinda final es el encendido de las luces que iluminan las caras de los presidentes por la noche. Nosotros no asistimos a la ceremonia porque a esa hora ya nos habíamos marchado, pero sin duda tiene que ser impresionante ver el Monte Rushmore a la luz de los focos.
Para toda la información sobre esta ceremonia o sobre cualquier otra actividad que se lleve a cabo en el Monte Rushmore, podéis consultar la página web oficial del monumento nacional.
Los presidentes más famosos de Estados Unidos
De los 45 hombres que han presidido Estados Unidos hasta la fecha, tan solo cuatro son los esculpidos en el Monte Rushmore: George Washington, Theodore Roosevelt, Abraham Lincoln y Thomas Jefferson.
Cada uno de ellos tuvo un papel esencial en la historia del país. Además, son muy queridos y respetados por todos los americanos. Entre la presidencia de Washington y la de Roosevelt se engloban los primeros 130 años de vida de Estados Unidos.
La gran obra de Gutzon Borglum
El proyecto del Monte Rushmore fue llevado a cabo por el escultor Gutzon Borglum. Se trató de un intento de dinamizar el turismo en esta región de Dakota del Sur y fue sufragado con fondos federales. La envergadura fue tal que se necesitó del trabajo de más de 400 personas para llevarlo a cabo. Y no fue un trabajo nada fácil. Con explosivos y martillos neumáticos, colgados con cuerdas y arneses, los trabajadores pusieron a prueba sus habilidades a la hora de esculpir esta colosal obra.
Aunque el proyecto inicial pretendía representar a los cuatro presidentes desde la cabeza a la cintura, al final la falta de fondos hizo que se quedaran tal como se pueden ver hoy día. El proyecto empezó en 1927 y no se dio por concluido hasta 1941. Durante la visita al Monte Rushmore es posible visitar el Sculptor’s Studio, donde se aprende algo más sobre lo compleja que fue la construcción del monumento y las técnicas empleadas para ello.
Recorriendo el Presidential Trail
La mejor forma de aproximarse al monumento consiste en recorrer el Presidential Trail. Se trata de un sendero circular que empieza y termina en Grand View Terrace. Este corto sendero (aunque con muchas escaleras) permite acercarse hasta la base de la montaña y contemplar las caras de los presidentes lo más de cerca posible.
Es desde aquí desde donde es posible apreciar mejor sus gigantescas proporciones. Cada rostro mide ni más ni menos que 18 metros. Desde tan cerca se ve hasta el más mínimo detalle esculpido: las pupilas de los ojos, las gafas de Roosevelt o la perilla de Lincoln. Eso sí, no penséis que os vais a poder acercar más. No es posible acceder a la parte superior de las cabezas, aunque los protagonistas de «Con la muerte en los talones» (Alfred Hitchcock, 1959) nos quisieran hacer creer lo contrario.
La cámara secreta del Monte Rushmore
Lo que sí existe es una cámara secreta (aunque de secreta no tiene nada). Situada detrás de la cabeza de Lincoln, formaba parte del proyecto de Borglum. Se llama «Hall of Records» y en teoría debía servir para guardar la documentación más importante del país (como la Declaración de Independencia o la Constitución).
Al principio, la idea de Borglum era tallar en la roca una inscripción con los acontecimientos más relevantes de la historia del país. El plan fracasó, ya que era inviable escribir las letras tan grandes como para ser leídas desde tanta distancia. Finalmente se optó por excavar esta cámara. Pero también hubo que abandonar el proyecto cuando el Congreso dictaminó que el Monte Rushmore debía centrarse únicamente en las caras de los presidentes.
Tras la muerte de Borglum en 1941 la obra quedó inacabada, y así ha seguido hasta hoy en día. Eso sí, justo a la entrada de la cámara se instaló una caja que, a buen resguardo, contiene una serie de paneles en los que se narra toda la historia sobre la construcción del Monte Rushmore. Pero no penséis que podréis contemplar esta cámara secreta de cerca: el acceso está totalmente vetado al público.
Recorriendo la Iron Mountain Road
La visita al Monte Rushmore no suele llevar más de un par de horas. Así que antes de volver hacia Rapid City y la I-90, hay tiempo para recorrer un tramo de carretera espectacular: la Iron Mountain Road. Es una experiencia al volante inigualable para todos aquellos a los que les gusta conducir o, simplemente, para disfrutar de un magnífico paisaje.
La Iron Mountain Road es un tramo de 17 millas de la carretera 16A. El desvío hacia ella se encuentra a medio camino entre Keystone y la entrada al Mount Rushmore National Memorial. Además de atravesar una bonita zona boscosa de las Black Hills, la estrecha carretera tiene la singularidad de haber sido diseñada específicamente para disfrutar de su conducción. Es por ello que cuenta con infinitas curvas, algunas de 360 grados sobre puentes de madera. Estos puentes se conocen como Pigtail Bridges por su similitud con el retorcido rabo de un cerdo.
Otros puntos destacados durante el recorrido son unos túneles de un solo carril tallados directamente en la roca. Fueron diseñados para que encuadraran el Monte Rushmore al fondo, a modo de marco. La carretera esta pensada para conducir muy despacio. La velocidad máxima son 35 millas por hora, así que se puede disfrutar sin problemas de las vistas. Tenéis toda la información en esta página web.
Para nosotros fue sin duda la guinda perfecta para un día de lo más completo. Disfrutamos de lo lindo recorriendo la carretera antes de poner rumbo a nuestro siguiente destino: Badlands National Park.