Malestroit: una joya a orillas del río Oust

Malestroit

Malestroit es una pequeña población llena de encanto situada a orillas del río Oust. Si estáis recorriendo el canal de Nantes a Brest en barco os tocará pasar por su esclusa. Y si estáis recorriendo la Bretaña en coche os recomendamos totalmente que hagáis una parada para visitarla. Su patrimonio arquitectónico y su entorno natural merecen mucho la pena.

El canal de Nantes a Brest a su paso por Malestroit.

Place de Bouffay: el corazón de Malestroit

Comenzamos nuestro paseo por Malestroit en la Place de Bouffay. El día ha amanecido con una espesa niebla que nos va a acompañar todo el rato. Eso le va a dar un cierto aire de misterio a las calles de la ciudad, acentuando si cabe su belleza.

La Place de Bouffay, con sus casas de los siglos XV y XVI, es el corazón de Malestroit. Da igual desde que ángulo la contempléis, es realmente bonita y sus casas con entramado de madera son preciosas.

En la plaza destaca la iglesia de Saint-Gilles. Lo más llamativo son las esculturas talladas en piedra que hay junto a las puertas de entrada de la fachada lateral. A la izquierda, Sansón abate al león. A la derecha, el buey que representa a San Lucas. No son las únicas tallas que decoran las calles de Malestroit. Muchas de las casas con entramado de madera cuentan con estatuillas, algunas de ellas con un indudable toque humorístico a la par que decorativo.

Otra cosa que nos llama la atención es una pequeña tienda dedicada por entero a Les Lapins Crétins. Conocidos también como Rabbids, esta especie de conejos extraterrestres que dieron el salto de un videojuego a la televisión son de origen francés. Si sois fans de estos divertidos personajes y queréis visitar la tienda, tened en cuenta que los horarios de apertura son un poco raros. Nosotros la encontramos cerrada, pero os dejamos una foto con los horarios por si tenéis más suerte.

Île Notre-Dame: una pequeña isla en el río Oust

Nuestro paseo por Malestroit termina junto al río Oust. Allí donde el río sigue su curso natural, un ramal del canal de Nantes a Brest se bifurca y evita de este modo un tramo lleno de meandros que dificultarían la navegación. Vemos pasar una embarcación que pronto desaparece entre la niebla y que nos permite ver en funcionamiento la esclusa.

Junto al canal discurre un agradable sendero arbolado. Damos un corto paseo mientras contemplamos los barcos amarrados en la orilla de enfrente. Como aún es temprano por la mañana no hay nadie por los alrededores y el silencio es prácticamente total. Lástima que no dispongamos de más tiempo y tengamos que marcharnos ya.

La visita a Malestroit ha sido breve pero ha merecido totalmente la pena. Nos dirigimos ahora a Rochefort-en-Terre, que será el punto final de este viaje por la Bretaña francesa.

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