La Quinta de Selgas

La Quinta de Selgas

A menos de 3 kilómetros de la población marinera de Cudillero se encuentra este impresionante palacio conocido como la Quinta de Selgas. No es de extrañar que reciba el sobrenombre de “el Versalles asturiano”, ya que con su elegancia no desentonaría nada en la Francia de Luis XIV. Si os animáis a visitarlo, no solo podréis admirar el interior amueblado con mobiliario de época e importantes obras de arte, sino que podréis pasear por sus magníficos jardines e incluso visitar un pequeño pero interesante Museo Escolar.

La Quinta de Selgas
Jardín Inglés

El legado de la familia Selgas

La existencia de la Quinta de Selgas se debe a dos hermanos, Ezequiel y Fortunato de Selgas. Nacidos ambos en Cudillero, en 1883 decidieron construir este palacio en una finca que habían heredado de su familia. Tanto Ezequiel, empresario que pronto amasó una gran fortuna, como Fortunato, que estudió Derecho pero cuya pasión eran el arte, la historia y la arqueología, se encargaron personalmente de supervisar el diseño y la construcción de la Quinta de Selgas.

La Quinta de Selgas
La Quinta de Selgas
Jardin Italiano

Los hermanos Selgas también llevaron a cabo una importante labor filantrópica. A Fortunato, un hombre culto y con grandes inquietudes intelectuales, se debe la construcción de las Escuelas Selgas, situadas a muy pocos metros de la Quinta de Selgas. Estas escuelas, creadas en 1915, ofrecían educación a niños y niñas de la zona en una época en la que esta no siempre estaba al alcance de todo el mundo. También se encargaron de construir la iglesia-panteón de Jesús Nazareno, que fue inaugurada por la infanta Isabel de Borbón en 1914.

La Quinta de Selgas

La Quinta de Selgas

Situada en El Pito, Cudillero, la Quinta de Selgas está gestionada por la Fundación Selgas-Fagalde. Es muy importante que al organizar vuestra visita consultéis primero los horarios y fechas de apertura en la página web oficial de la fundación, ya que no siempre se encuentra abierta al público. En cuanto a la tarifa de acceso, en el momento de nuestra visita era de 12€ por persona.

La Quinta de Selgas

La Quinta de Selgas se encuentra junto a la carretera CU-2. Tanto el aparcamiento como las taquillas se encuentran en la parte trasera del palacio, pero no tiene pérdida porque está perfectamente indicado. La visita se realiza por libre siguiendo un recorrido señalizado. Calculad una duración aproximada de una hora y media o dos horas. Tened en cuenta que está prohibido realizar fotos en el interior del palacio, del Museo Escolar y del Pabellón de Tapices.

Taquillas de la Quinta de Selgas
La Quinta de Selgas

Un paseo por los jardines de la Quinta de Selgas

Los jardines de la Quinta de Selgas son espectaculares. Los jardineros que se ocupan de su mantenimiento realizan una labor excelente, porque están cuidados hasta el más mínimo detalle. Ocupan una extensión considerable y durante su diseño se optó por tres estilos diferentes.

Jardín Francés
La Quinta de Selgas

En el jardín Francés destaca una amplia avenida bordeada por parterres, estatuas y una preciosa fuente que le dan un aire muy versallesco. El jardín Italiano es bastante más pequeño que el Francés, aunque igual de elegante. En él también destacan una bonita fuente y numerosas esculturas.

La Quinta de Selgas
Jardín Francés
Jardín Francés
Jardín Italiano

Junto al jardín Italiano encontramos un precioso invernadero de estilo victoriano. Por lo visto, los hermanos Selgas quedaron impresionados por los invernaderos de hierro y cristal que habían tenido ocasión de contemplar en la Exposición Universal de París, así que en 1887 encargaron a una empresa parisina la construcción del suyo propio.

Invernadero de la Quinta de Selgas

El tercer y último jardín que visitamos es el jardín Inglés, nuestro preferido. Es el más grande con diferencia. Siguiendo el estilo de los jardines ingleses de la época, no podían faltar elementos como un estanque con un templete, un río atravesado por unos puentes de madera o una pequeña zona de aspecto oriental. De los distintos árboles repartidos por el jardín, nos llaman la atención las secuoyas, los magnolios y los arces japoneses, entre muchos otros.

La Quinta de Selgas
Jardín Inglés
Jardín Inglés

Un palacio espectacular

Aunque del interior del palacio no os podamos mostrar ninguna fotografía, os podemos asegurar que es una verdadera maravilla. El exterior recuerda a los clásicos palacios italianos del Renacimiento. En cuanto al interior, es puro lujo, elegancia y refinamiento. Todo el mobiliario es de época, y también se exhiben pinturas, esculturas, tapices, cerámicas y porcelanas exquisitas. Los papeles pintados que decoran las paredes, los candelabros o los techos artesonados también son auténticas joyas.

La Quinta de Selgas
La Quinta de Selgas

Se pueden visitar la planta baja y el primer piso, siempre siguiendo el recorrido señalizado. En todas las estancias hay expuestas valiosas obras de arte que la familia Selgas fue adquiriendo a lo largo de los años, incluyendo a artistas de la talla de Goya o Rubens, por ejemplo. Algunas de las habitaciones que se pueden visitar están bautizadas con nombres tan evocadores como alcoba pompeyana, sala Luis XV o tocador Luis XVI. Echamos en falta poder ver la cocina o alguna de las habitaciones del servicio, pero en general la visita nos pareció de lo más interesante.

La Quinta de Selgas

El Pabellón de Tapices y el Museo Escolar

En la parte trasera del palacio se encuentran dos edificios flanqueando el jardín Italiano. Uno es el Pabellón de Invitados, que no se puede visitar, y el otro es el Pabellón de Tapices. Como su propio nombre indica, en su interior se exponen una serie de tapices procedentes de Bruselas de los siglos XVI y XVII.

Pabellón de Tapices

Por último, visitamos también el pequeño Museo Escolar. En su interior se exponen todo tipo de objetos y mobiliario usados en las Escuelas Selgas durante la primera mitad del siglo XX. Supone un interesante viaje al pasado y seguro que traerá más de un recuerdo a los más mayores.

Museo Escolar

Con esto ponemos punto final a la visita a la Quinta de Selgas. Nos ha parecido de lo más interesante y las casi dos horas que le hemos dedicado se nos han pasado volando.

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