La Maddalena

La Maddalena es uno de los lugares más visitados de Cerdeña. Razones no le faltan, desde luego. En 1996 se constituyó el Parque Nacional del Archipiélago de La Maddalena, que engloba las 7 islas principales y los numerosos islotes que forman este rincón paradisíaco de la costa noreste sarda, separado de la vecina isla francesa de Córcega por el Bocche di Bonifacio. La isla más grande (y la única que cuenta con un núcleo urbano habitado) es La Maddalena. A ella llegan los ferris que unen el archipiélago con Cerdeña. En este post os contamos todo lo necesario para que saquéis el máximo provecho a vuestra visita a La Maddalena.

Siete islas de ensueño

El archipiélago de La Maddalena se compone de un total de siete islas principales, además de un gran numero de islotes. En sus 180 km de costa se encuentran un sinfín de playas y pequeñas calas en las que disfrutar de las maravillosas aguas de color turquesa que bañan este precioso rincón del Mediterráneo.

De las siete islas principales (La Maddalena, Caprera, Santo Stefano, Spargi, Budelli, Santa Maria y Razzoli), La Maddalena y Caprera son las más fáciles de visitar al estar conectadas entre ellas por un puente y con tierra firme por un servicio regular de ferry. También son las dos islas más grandes y las que cuentan con todo tipo de opciones de alojamiento para los que quieran disfrutar de más de un día en este paraíso.

Del resto de islas que componen el archipiélago, las tres situadas más al noroeste son las más visitadas por sus maravillosas playas. Se trata de de las islas de Budelli, Santa Maria y Razzoli. La extensión de agua comprendida entre las tres forma una especie de piscina natural ideal para el buceo, con una zona especialmente famosa y concurrida llamada Piscine di Budelli, de aguas cristalinas y poco profundas. De todas sus playas hay una muy especial por un detalle muy concreto: su arena de color rosa.

La Spiaggia Rosa, en la isla de Budelli, está cerrada al público tanto por tierra como por mar, en un esfuerzo por preservar esta maravilla natural. Los que se acercan a pie tienen la opción de admirar la playa desde una zona acordonada, pero sin llegar a pisarla. Cuando visitamos la impresionante playa Rena Bianca, en Santa Teresa Gallura, pudimos atisbar un poco de arena rosa mezclada con la fina arena blanca predominante. Si esa pequeña cantidad ya resulta llamativa, podemos imaginar que contemplar la Spiaggia Rosa debe de ser algo realmente único y especial.

En ferry hasta La Maddalena

Para llegar al archipiélago de La Maddalena es imprescindible tomar un ferry o algún otro medio de transporte acuático. La opción del ferry es muy práctica y bastante económica. Además, os permite llevar vuestro coche a bordo, una opción ideal para moveros a vuestro aire por las islas de La Maddalena y Caprera.

Son dos las compañías que hacen el trayecto entre Palau y La Maddalena: Maddalena Lines y Delcomar. Ambas funcionan a diario durante todo el año y en sus respectivas páginas web podéis consultar horarios y precios. Nosotros utilizamos el ferry de Maddalena Lines y nos costó un total de 47,40€ por el coche y dos pasajeros ida y vuelta. Compramos los billetes directamente en la taquilla que hay en el puerto de Palau, sin necesidad de hacer ninguna reserva previa. Los billetes son abiertos, sin una hora concreta de ida o de vuelta. Tan solo tenéis que dirigiros a la zona de embarque y poneros a la cola para esperar el siguiente ferry, como si de un autobús se tratara.

El trayecto entre Palau y la Maddalena dura unos 15 o 20 minutos. Lo más lento es el proceso de embarque, pero una vez a bordo os podéis sentar en cualquiera de las zonas habilitadas (incluso hay un salón interior y un pequeño bar) a disfrutar de las vistas mientras el barco se pone en marcha.

Cómo moverse entre las distintas islas del archipiélago

Las islas de La Maddalena y Caprera son las más accesibles. Como hemos comentado, un servicio de ferry une la isla de La Maddalena con Cerdeña. Una vez desembarcados en La Maddalena, os podéis mover por la isla tanto en vehículo propio como en transporte público. La vecina isla de Caprera se encuentra unida a La Maddalena por un puente, así que no hay inconveniente para ir de la una a la otra.

La compañía de autobús que recorre La Maddalena y Caprera es Turmo Travel. El billete cuesta 1,50€ si se compra directamente a bordo del bus o 1,00€ si se compra en los puntos de venta autorizados. Tenéis toda la información en su página web. Si no contáis con vehículo propio, esta es la mejor opción para moveros por ambas islas. No obstante, el autobús no llega a todas partes y realmente creemos que disponer de un medio de transporte propio es lo más aconsejable. Hay empresas de alquiler de bicicletas y scooters, la mayoría situadas estratégicamente en Via Amendola, junto enfrente de la terminal de ferris, por si preferís alquilar una y moveros con total libertad por ambas islas.

Respecto al resto de islas que forman el archipiélago de La Maddalena, la única forma de llegar a ellas es por vía marítima. No hay ningún servicio de ferry hasta ellas, así que la única opción es contratar una excursión o alquilar una barca. Hay numerosas empresas que ofrecen estos servicios, la mayoría con salidas desde la propia población de La Maddalena o directamente desde Palau. No es la opción más económica, pero es la forma ideal de poder llegar a algunas playas que de otro modo resultarían inaccesibles.

Playa del Relitto: un paraíso natural en la isla de Caprera

Teniendo en cuenta su reducido tamaño, la isla de Caprera cuenta con un sinfín de playas, calas y calitas. Algunas de ellas solo son accesibles por mar o dando una larga caminata a pie. Un buen ejemplo es la famosa Cala Coticcio, a la que se llega después de caminar 1,6 km. Esta cala recibe el sobrenombre de Tahití por el espectacular color turquesa de sus aguas. Pero ojo, porque para acceder a Cala Coticcio es obligatorio contratar una excursión guiada con uno de los guías autorizados por el parque nacional, además de pagar una tasa de 3,00€ por persona (menores de 12 años gratis) que no va incluida en la tarifa del guía. Tenéis toda la información oficial publicada por el parque aquí.

Si no queréis complicaros la vida y buscáis una playa fácilmente accesible en coche y apta para toda la familia, la Spiaggia del Relitto es ideal para vosotros. La playa del Relitto se encuentra al sureste de Caprera, en la península de Punta Rossa. Cerca de ella hay otras playas bonitas, como Cala Andreani o Cala Portese, que pueden ser buenas alternativas a la del Relitto en caso de que la encontréis demasiado llena de gente. Porque debéis tener en cuenta que esta es una de las playas más populares de la isla.

Eso quiere decir que si no queréis tener que pelearos por encontrar un hueco en la arena (literalmente, ya que presenciamos una discusión acalorada entre una pareja y un grupo de tres amigas por un espacio en el que instalar sus toallas) lo mejor es llegar muy temprano. El aparcamiento que hay junto a la playa es bastante amplio pero también se llena pronto, motivo de más para ser madrugadores y no presentarse en la playa a mediodía.

La playa del Relitto cuenta con muchos alicientes que hacen que sea una de las más bonitas del archipiélago de La Maddalena. El principal es su belleza espectacular. Con unas aguas de color turquesa totalmente cristalinas y una fina arena blanca, es sin duda un lugar paradisíaco. Podéis elegir entre instalaros a tomar el sol en la orilla o descansar a la sombra de los pinos que rodean la playa.

Al ser poco profunda y estar bastante resguardada del oleaje, resulta un lugar ideal para familias con niños pequeños. No os olvidéis las gafas de buceo para poder ver de cerca la gran cantidad de peces que nadan tranquilamente por las aguas absolutamente transparentes de la playa del Relitto y junto a los restos del barco naufragado en 1955 que reposan al borde del agua.

Giuseppe Garibaldi: una figura histórica muy ligada a Caprera

Pocos políticos y militares italianos hicieron tanto para lograr la unificación de Italia como Giuseppe Garibaldi. Dotado de un gran carisma, Garibaldi supo ganarse el corazón de los italianos y es considerado un héroe nacional. Sus hazañas en América del Sur, donde luchó a favor de la independencia de las colonias, le valieron el sobrenombre de «héroe de dos mundos«. Garibaldi se enamoró de la isla de Caprera y aquí se retiró para disfrutar de sus últimos años de vida.

La casa donde vivió se ha convertido en museo nacional. A pocos kilómetros, en la vieja fortaleza de Forte Arbuticci, se encuentra el Memoriale Giuseppe Garibaldi, dedicado a su figura histórica. Sobre ambos museos tenéis más información aquí. Si queréis profundizar más sobre el legado de Garibaldi y esta parte de la historia de Italia, esta visita os puede interesar.

Un paseo por La Maddalena

La pequeña población de La Maddalena tiene todo lo que cabría esperar de un lugar tan turístico. Restaurantes, cafeterías, heladerías y pequeñas tiendas se concentran en las calles del centro, donde se congregan la mayoría de turistas. Entramos a la iglesia de Santa Maria de la Maddalena, construida alrededor de 1780. Muy cerca de ella se encuentra el Ayuntamiento.

Pero a la que uno se aleja un poco de las calles más cercanas al puerto, el ambiente cambia completamente. Las calles se vuelven más tranquilas y silenciosas, y en cada esquina aguarda un nuevo rincón encantador. Hermosas buganvillas en flor le dan un toque muy mediterráneo, y las casas pintadas en suaves colores pastel aportan una calidez única.

Sin ser una población particularmente bonita ni contar con grandes monumentos, La Maddalena tiene un encanto especial que hace que merezca la pena perderse por sus callejuelas para disfrutar de su ambiente veraniego.

Playa de Punta Tegge

Tras disfrutar de una mañana fantástica en la playa del Relitto y de dar un paseo por la población de La Maddalena, decidimos buscar alguna otra playa cercana en la que darnos un último chapuzón antes de tomar el ferry de vuelta a Cerdeña. Como no tenemos ningún plan preconcebido, optamos por ir hacia el oeste de la isla, siguiendo el recorrido que traza la carretera principal hasta encontrar un rincón bonito en el que parar.

Ese rincón lo encontramos a tan solo 2,5 km del centro de la población. Al pasar junto al promontorio rocoso de Punta Tegge vemos una playa pequeñita que parece bastante agradable. Lo mejor de todo es que cuenta con una amplia zona de aparcamiento en la que, milagrosamente, encontramos un hueco libre en el que dejar el coche.

Aunque no se trata ni mucho menos de una playa espectacular como la del Relitto, para darnos un baño nos servirá. El fondo marino es muy rocoso, lo que hace que sea un rincón apreciado para hacer snorkel y submarinismo. Sin embargo, nosotros no conseguimos ver ni un solo pez. Aunque el agua está limpia, se nota un poco turbia, como si se hubiera removido un poco la fina capa de algas que cubre las rocas del fondo. Al poco rato de estar allí decidimos que ya hemos tenido bastante sol por hoy, así que recogemos las cosas y nos vamos hacia la terminal del ferry para volver ya a la isla de Cerdeña.

Hemos pasado un día fantástico en La Maddalena, a pesar de no haber explorado el archipiélago en su totalidad. Pero lo que hemos visto nos ha confirmado que es un lugar precioso, con unas playas espectaculares, que merece la pena incluir en cualquier ruta por el norte de Cerdeña.