Karangahake Gorge

En la península de Coromandel hay muchos lugares interesantes que ver. En nuestro anterior post os contamos el recorrido que hicimos durante el primer día que pasamos explorando la zona. Pero teníamos ganas de más, así que decidimos acercarnos a conocer Karangahake Gorge, un impresionante desfiladero que esconde un paisaje espectacular. Creado por el río Waitawheta, este desfiladero es una gran sorpresa que merece la pena acercarse a ver.

Su vegetación tropical, los puentes que cruzan el río y una red de túneles excavados en la roca son sus principales alicientes. Durante el último cuarto del siglo XIX y principios del siglo XX Karangahake Gorge experimentó una auténtica fiebre del oro al descubrirse importantes depósitos de este mineral. De esa época son los túneles, así como los viejos railes por los que circulaban las vagonetas, que se pueden explorar libremente.

Un paseo por Karangahake Gorge

El acceso a Karangahake Gorge está junto a la carretera SH2, a mitad de camino entre las poblaciones de Paeroa y Waihi. Cuenta con un amplio aparcamiento gratuito y unos baños públicos. Desde aquí salen varios senderos entre los que elegir, todos muy bien señalizados. El más popular se llama Windows Walk y es el que hicimos nosotros. Entre la ida y la vuelta os llevará poco más de una hora. Salvo algún tramo con escaleras, la mayor parte del recorrido es llano. Os recomendamos que llevéis una linterna porque algunos de los túneles están completamente a oscuras y podéis tropezar con las vías o daros un golpe en la cabeza con la pared de roca.

Dejamos atrás el aparcamiento y cruzamos el río por un puente suspendido. Una vez hemos localizado nuestro sendero comenzamos el paseo. Es temprano por la mañana y no hay nadie más, así que tendremos la suerte de hacer todo el recorrido completamente a solas. Ya desde el principio el paisaje nos sorprende para bien. La vegetación exuberante, las paredes de roca que cada vez se estrechan más y el rumor del agua hacen de Karangahake Gorge un lugar realmente bonito.

Pronto comienzan a hacerse visibles los restos de la antigua mina de oro. Aquí y allá hay túneles y agujeros en la roca. Algunos están cerrados y otros son impracticables, pero ya nos permiten hacernos una idea de la envergadura del complejo minero que hubo aquí.

Windows Walk: explorando los viejos túneles de la mina

Hasta ahora el camino ha ido paralelo al río pero llega un punto en el que ya no podemos seguir avanzando porque una reja nos impide el paso. No queda otra opción que cruzar el río por un puente colgante. Poco después de atravesar el puente llegamos a unas escaleras que nos permiten salvar el desnivel hasta los túneles principales de la mina. Estos túneles son completamente seguros, pero están muy oscuros y conviene alumbrarse con una linterna. De vez en cuanto encontramos aberturas excavadas en la roca, a modo de ventana. Por eso este sendero recibe el nombre de Windows Walk.

El sendero está ocupado por las viejas vías por las que circulaban las vagonetas de la mina. Aún se conserva una vagoneta, oxidada por el paso del tiempo. También hay restos de antiguas construcciones de la mina, como la Talisman Battery. Aquí tenía lugar el proceso mediante el cual se separaba el oro de la roca, que luego era transformado en lingotes.

Apenas sin darnos cuenta hemos llegado al final del recorrido. Desde aquí tenemos unas buenas vistas de la zona del aparcamiento y del puente suspendido. Cuesta creer que en el momento de mayor actividad de la mina aquí vivieran hasta 2.000 personas. Ahora apenas hay un puñado de casas, además de una escuela fundada en 1889 que sigue en activo en la actualidad.

Podríamos dedicar un rato más a Karangahake Gorge y quizá recorrer algún otro sendero, pero optamos por finalizar aquí la visita. Este lugar nos ha encantado, pero estamos seguros que nuestra próxima visita también lo va a hacer: nos vamos a conocer Blue Spring Putaruru, un manantial con un agua tan pura que parece irreal. Os contaremos más en el siguiente post.