Un viaje a la costa oeste de Estados Unidos suele incluir casi siempre una visita a Arizona para admirar la gran joya de la corona: el Gran Cañón del Colorado. Sin embargo, Arizona tiene muchos más tesoros que mostrar al viajero, y la mayoría no se encuentran demasiado lejos de allí. Un ejemplo de ello es Horseshoe Bend, el famoso meandro que forma el río Colorado a su paso por la localidad de Page. También es imprescindible una visita a Antelope Canyon, pero de eso os hablaremos con más detalle en otro post.
Page: una buena ubicación para explorar la zona
Como punto de partida para visitar ambas maravillas de la naturaleza, Page es el lugar perfecto ya que tanto Horseshoe Bend como Antelope Canyon se encuentran en sus inmediaciones.
Situada muy cerca de la frontera con Utah, su ubicación es de lo más conveniente ya que está a apenas dos horas en coche de Grand Canyon National Park. Tampoco está demasiado lejos de Monument Valley, en Utah, ni de otros parques nacionales como Zion y Bryce Canyon. En nuestro caso concreto, precisamente recalamos en Page procedentes de Zion National Park.
En cuanto a Page propiamente dicha, no hay gran cosa que decir. Es una población pequeña y tranquila, sin ningún atractivo en particular excepto por su entorno natural.
Nos alojamos durante dos noches en un motel de la cadena Rodeway Inn (107 South Lake Powell Boulevard). Aunque el motel no es ninguna maravilla, tiene piscina exterior en la que soportar mejor el calor del verano. Aún siendo un motel muy sencillo nos salió carísimo (algo más de 120 dólares por noche). Evidentemente, en Page saben cómo sacar provecho de su gran atractivo turístico y se aprovechan de ello.
Horseshoe Bend: la curva de la herradura
Horseshoe Bend recibe su nombre por su forma de herradura. Aunque no es ni mucho menos el único meandro del río Colorado, su forma casi perfecta y las vistas que ofrece desde lo alto de un profundo precipicio lo convierten en un lugar excepcional.
La visita a Horseshoe Bend es algo absolutamente imprescindible si os encontráis por la zona, no os decepcionará. Esta a unos 8 km del centro de Page, así que se llega en un momento por la Hwy 89.
Junto a la carretera hay un amplio aparcamiento gratuito donde dejar el coche. Después hay que andar unos 800 metros hasta llegar al borde del precipicio.
El camino es de arena rojiza que se mete en los zapatos, así que conviene llevar el calzado adecuado. Según a que hora vayáis el calor puede ser tremendo, porque no hay ni una sombra a la vista, así que es imprescindible un buen protector solar y mucha agua.
Unas vistas inigualables
Pero cualquier molestia se olvida en el momento en que te asomas al vacío y contemplas uno de los paisajes más impresionantes que hemos podido ver. El río Colorado circula lentamente al fondo del estrecho cañón que ha ido excavando durante milenios, dándole su conocida forma de herradura a esta curva en concreto del río.
El contraste del color rojo intenso de la roca con el azul tan puro del cielo y el tono verdoso del agua lo convierten en un espectáculo grandioso. La tremenda caída vertical que hay hasta el fondo del cañón da un poco de impresión. Aunque resulta muy tentador acercarse justo hasta el borde para tomar una buena foto, hay que ir con cuidado y no olvidar que más de uno ha muerto al caer al vacío en un descuido.
La mejor hora del día para visitar Horseshoe Bend
Horseshoe Bend es espectacular a cualquier hora del día. No obstante, si queréis contemplarlo sin sombras que os estropeen demasiado las vistas, lo mejor es acercarse al mediodía, cuando el sol cae verticalmente.
Nosotros fuimos a primera hora de la mañana y volvimos otra vez poco después del mediodía. Os mostramos dos fotos para que veáis la diferencia a una u otra hora.
Evidentemente no siempre es posible esperar a la hora perfecta. Pero como Horseshoe Bend está a tan solo cinco minutos de Page, no es difícil acercarse en cualquier momento.
Lo único que nos faltó fue contemplar las vistas por la noche. En una noche despejada y con un buen trípode, las fotos deben de quedar espectaculares. En esta zona del país, alejada de grandes ciudades, la contaminación lumínica es mínima y el cielo luce increíble por las noches. Así que si en el futuro volvemos por aquí, no nos quedaremos sin hacer una visita nocturna a Horseshoe Bend.
Un paseo en barca por el río Colorado
Queremos mencionaros que existe la posibilidad de realizar excursiones por el río Colorado a bordo de barcas neumáticas. Estas excursiones recorren Horseshoe Bend, y a veces se pueden ver las embarcaciones mientras se admiran las vistas.
Estas excursiones las realizan empresas privadas y queremos dejar claro de antemano que nosotros no hemos hecho ninguna. Os lo mencionamos para que sepáis que disponéis de esta opción. No os podemos decir si merecen la pena o no, aunque a nosotros nos hubiera gustado probar algo así. Sin embargo, por cuestiones logísticas nos fue imposible, ya que los horarios de estos tours no eran compatibles con los de otra actividad que teníamos programada: la visita guiada a Antelope Canyon.
De Antelope Canyon os hablaremos en nuestro siguiente post. Pero como adelanto os podemos asegurar que si volviéramos a esta zona cambiaríamos algunas cosas para poder compatibilizar ambas actividades.
Atardecer en el lago Powell
Una buena forma de poner punto final a un día en Page es acercarse hasta el lago Powell, a las afueras del pueblo. Es un lago creado al levantar la presa de Glenn Canyon. En el lago hay varias marinas en las que es posible alquilar un bote y dar una vuelta por algunos de sus estrechos canales.
Nosotros nos conformamos con disfrutar de una espectacular puesta de sol mientras nos mojamos los pies en las cristalinas y profundas aguas.
La hora del atardecer es realmente mágica en este lugar. La luz dorada del sol hace que la piedra rojiza adquiera una tonalidad naranja increíble, siendo el colofón perfecto para un día de grandes descubrimientos.