Gastronomía neozelandesa: qué comer en Nueva Zelanda

Nueva Zelanda no destaca por su comida, pero eso no quiere decir que no haya algunas cosas típicas que merezca la pena probar. A continuación os contamos qué delicias de la gastronomía neozelandesa descubrimos durante nuestro viaje.

Hangi

El hangi no es un tipo de comida sino una forma de cocinar tradicional de los maorís. Simplificándolo mucho, se trata de un horno al vapor excavado en el suelo. El hangi más tradicional se preparaba con pollo, pescado y vegetales como el boniato (kumara). Hoy en día también se elabora con cerdo o cordero, patata, calabaza y col.

Consiste en excavar un agujero en el suelo y hacer un buen fuego para calentar rocas volcánicas. Una vez se consume la madera y las rocas están calientes se procede a introducir unas cestas cubiertas con papel de aluminio con los distintos alimentos que se van a cocinar. Se cubren las cestas con trapos húmedos para favorecer la formación de vapor y con una lona impermeable para que el vapor no se escape. A continuación se sella el agujero con tierra y se deja cocinar durante varias horas hasta que la comida está lista.

Se suele preparar en el Marae, en ocasiones especiales o en celebraciones como funerales. Es un proceso largo y laborioso que se hace en comunidad. Por eso es difícil para un extranjero poder degustarlo a no ser que se visite una de esas atracciones turísticas que se venden como experiencias culturales en algunos «poblados tradicionales». Como no somos particularmente partidarios de ese tipo de experiencias, no os podemos decir si merece la pena o no el hangi que allí se prepara. Otra opción para probarlo es buscar algún sitio donde lo sirvan. Después de mucho buscar por internet, encontramos un local de comida para llevar en Nelson llamado Kiwi Kai donde lo preparan. Lástima que el día que pasamos por allí coincidió con su día de cierre semanal y nos quedamos con las ganas.

Pescado y marisco

En Nueva Zelanda se come mucho pescado y marisco de una calidad excelente. Algunos de sus productos estrella son las ostras de Bluff, los mejillones de labio verde, la langosta (crayfish), el bacalao o el salmón. También merece la pena probar el whitebait y los paua fritters.

Mejillón de labio verde

El mejillón de labio verde (green lipped mussel en inglés) es barato y está muy bueno. La franja de color verde que bordea su concha es el origen de su nombre. Lo más llamativo es su tamaño: es una de las especies de mejillón más grandes que hay. Podéis encontrarlo crudo en cualquier pescadería o supermercado y cocinarlo vosotros mismos. O podéis probarlo en algún local donde lo sirvan. La población de Havelock, en la isla sur, se autoproclama como la capital mundial del mejillón de labio verde. No hay restaurante donde no sea el plato estrella. Nosotros probamos esta delicia de la gastronomía neozelandesa en Kaikoura, en un pequeño puesto de venta llamado Kaikoura Seafood BBQ. Está a pie de carretera, junto a la playa. Es muy popular y está siempre muy concurrido, y la comida está muy buena y a muy buen precio.

Paua fritters

Los paua fritters, son pequeñas tortillas elaboradas a base carne de paua. Este molusco gasterópodo os resultará familiar por sus preciosas conchas tornasoladas, muy fáciles de encontrar en cualquier tienda de recuerdos neozelandesa y muy empleadas en joyería. La carne de paua puede ser un poco dura y correosa, a nosotros su textura no nos terminó de convencer. La probamos en Kaikoura, en el mismo lugar en el que comimos los mejillones de labio verde.

Whitebait

El whitebait no es otra cosa que las crías inmaduras de algunos tipos de peces. En España solemos consumir las de boquerón o anchoa, ya sea enharinadas y fritas o en tortilla. En Nueva Zelanda lo más habitual es consumirlo en forma de tortilla, normalmente acompañado de una rebanada de pan tostado con mantequilla. El whitebait se considera una delicia y puede alcanzar precios muy elevados. Es muy habitual encontrar pequeños puestos de venta ambulante junto a la costa en la isla sur. Por unos 10 dólares merece la pena probarlo, está delicioso. Nosotros lo hicimos en la playa de Motukiekie, unos 25 km al sur de Paparoa National Park.

El whitebait se prepara al momento. El pescadito se mezcla con huevo y se fríe, luego se sirve sobre una rebanada de pan con mantequilla y se aliña con limón. Además, la cocinera nos aconsejó echarle un poco de salsa de menta. Por lo visto esto solo es típico de la West Coast pero nos aseguró que estaba muy bueno. Hicimos caso de su recomendación y probamos medio whitebait patty con salsa de menta y la otra mitad solo con el limón. De las dos formas está delicioso, pero el toque fresco de la menta realza aún más su sabor.

Crayfish

Ojo con esta denominación porque puede llevar a confusión. Normalmente veréis que el crayfish hace referencia a un cangrejo de agua dulce que se parece en su forma a una langosta. Estos cangrejos son muy populares en muchos lugares, especialmente en el sur de Estados Unidos. Pero cuidado, porque en otros países como Nueva Zelanda o Australia, crayfish no significa lo mismo. En Nueva Zelanda se refieren por este nombre a una langosta marina también llamada spiny lobster o rock lobster.

Se llame como se llame, lo único que importa es que el crayfish está delicioso y no es de extrañar que sea uno de los grandes manjares de la gastronomía neozelandesa. Kaikoura es el lugar por excelencia donde probarlo. Nosotros elegimos Nins Bin para hacerlo, unos 20 km al norte de esta población. En este popular puesto de venta junto a la carretera SH1 podréis comer vuestra langosta con unas vistas al mar espectaculares. En una neverita portátil están todas las langostas expuestas, con el precio escrito en la cola. Cada cual elige la que quiere y se sirve fría, aderezada con un poco de limón y pimienta. Aunque a nosotros nos gusta más servida caliente y acompañada con mantequilla, está literalmente para chuparse los dedos.

Fish & Chips

El plato estrella de la gastronomía británica no podía faltar en una ex-colonia como Nueva Zelanda. Poco se puede decir sobre este plato que no sepáis ya: es barato y está delicioso. Es perfecto como comida para llevar o para una parada rápida a la hora de comer. En la población de Owaka, en la zona de los Catlins, paramos a comer en Bake House Take Aways. Pedimos un poco de pescado y marisco rebozado acompañado de patatas fritas, todo muy bueno y recién hecho. También sirven sushi, pizza y hamburguesas, tanto para comer allí como para llevar.

Pavlova

Esta tarta a base de merengue y fruta fresca está riquísima. Aunque Nueva Zelanda y Australia se disputan el honor de ser los inventores de este dulce postre, parece que el mérito se lo debemos a los neozelandeses. Se llama así en homenaje a Anna Pavlova, la famosa bailarina de ballet rusa. Se dice que durante una gira por el país, el chef de un hotel de Wellington se inventó la receta inspirándose en su tutú. No sabemos si esto es cierto o no, pero desde luego es un postre de lo más ligero. Crujiente por fuera y cremosa por dentro, normalmente se acompaña de kiwi, fresas, fruta de la pasión o frutos del bosque. Nos os vayáis de Nueva Zelanda sin probarla, es una auténtica delicia.

Nosotros nos dimos el gustazo en Akaroa. Antes estuvimos buscando en distintos supermercados y pastelerías, pero lo único que encontramos fue la base de merengue, que se vende hecha para que cada cual termine de montar la pavlova en casa. Resulta que lo normal es encontrarla en la carta de postres de los restaurantes, no como un dulce para merendar o desayunar. En el i-SITE de Akaroa nos recomendaron un restaurante llamado Bully Hayes para probarla, y allá que nos fuimos.

Le preguntamos a la camarera si nos podían servir una pavlova de la carta de postres para desayunar. La chica nos miró como si estuviéramos locos, pero fue a preguntar a la cocina y nos dijo que sí. No es un postre barato, nos costó 16 dólares. Pero madre mía, menudos 16 dólares más bien gastados. Nos quedamos alucinados cuando nos pusieron el plato en la mesa. La pavlova tenía un aspecto fantástico y una presentación exquisita. Al primer bocado entendimos por qué es tan famosa: está absolutamente deliciosa.

Hokey Pokey

Si hay un sabor de helado que hay que probar en Nueva Zelanda, ese es el de hokey pokey. Este es el curioso nombre que recibe el toffee o caramelo en forma de panal de abeja elaborado principalmente con azúcar moreno, sirope de maíz o melaza y bicarbonato. El hokey pokey se añade al helado de vainilla y el resultado es excelente. También encontraréis chocolate, fudge y otros dulces con este ingrediente.

Hot pies

Los hot pies son pasteles de carne de tamaño individual que se venden en todas partes y están muy ricos. Es una de las comidas preferidas de los neozelandeses y su económico precio los convierte en una opción perfecta a la hora de comer barato. Bien calentitos es como más buenos están. No hay gasolinera o supermercado que no los venda. Los más clásicos son los de carne picada (con o sin queso), pero también los encontraréis de pollo, verduras, beicon y huevo y muchos más sabores. Los probamos de muchas marcas distintas y todos nos gustaron.

Vino

Nueva Zelanda es un gran productor de vino, especialmente vino blanco. Nosotros no somos ni remotamente entendidos en el tema, así que poco os podemos aconsejar al respecto. Muchas bodegas ofrecen tours y degustaciones y son una buena opción para probar algunas de sus mejores variedades. Las principales regiones productoras de la isla sur son Canterbury, Marlborough y Central Otago. En la isla norte destacan Bay of Plenty y Wairapapa.

Refrescos locales

Si, como a nosotros, os gusta probar refrescos locales o de sabores exóticos durante vuestros viajes, estáis de suerte. En Nueva Zelanda encontraréis algunas bebidas conocidas pero con un toque especial, como la Fanta con sabor a kiwi. También hay muchos refrescos importados de la vecina Australia que merece la pena probar. Pero sin duda el refresco neozelandés por excelencia es el L&P.

L&P es un refresco elaborado en la población de Paeroa, aprovechando su agua mineral carbonatada. Tan orgullosos están de su creación que incluso le han dedicado una estatua gigante a la entrada de la ciudad. Sus siglas significan Lemon & Paeroa y, efectivamente, es un refresco de limón. Tiene un sabor muy suave y apenas ácido, está buenísimo. Lo venden en todos los supermercados, gasolineras y bares del país. Si hay un refresco neozelandés por antonomasia, ese es L&P.

Gastronomía neozelandesa

Foxton Fizz es una pequeña empresa de que lleva elaborando refrescos desde 1918. Este negocio local se encuentra en la población de Foxton y lo descubrimos por casualidad mientras la visitábamos. Aunque se fabrica en distintos sabores, nosotros probamos el refresco de cola y la verdad es que está muy bueno. No se encuentra con tanta facilidad como el L&P, pero con más de un siglo de historia a sus espaldas, sin duda es una marca apreciada por los neozelandeses.

Jaffas

A juzgar por la cantidad de espacio dedicado a caramelos, chocolates y golosinas de todo tipo en cualquier supermercado, se llega fácilmente a la conclusión de que a los neozelandeses les encanta el dulce. Y los Jaffas son uno de los más populares. Estas bolas de chocolate cubiertas por una capa de caramelo de color rojo con sabor a naranja son todo un icono en Nueva Zelanda y Australia. En algunas cafeterías incluso los sirven como acompañamiento a una buena taza de café. Son un auténtico vicio, os lo aseguramos.

Chocolate

Ya hemos dicho que a los neozelandeses les encantan los dulces. El chocolate no podía ser menos. El de la marca Cadbury es muy popular, pero os recomendamos que probéis cualquier variedad de la marca Whittaker’s. La empresa lleva en funcionamiento desde 1890, cuando su fundador abandonó su Inglaterra natal para instalarse en Christchurch. Desde entonces ha deleitado a generaciones de neozelandeses con sus dulces creaciones. La de Hokey Pokey nos encantó. Otra variedad que nos gustó mucho es la de pera (procedente de Nelson) y miel de manuka.

Tim Tam

Aunque estas galletas elaboradas por Arnott’s son australianas, su popularidad en Nueva Zelanda también es enorme. Son dos galletas rellenas de crema de chocolate y recubiertas por más chocolate, así que ya os podéis imaginar lo ricas que están. Las encontraréis en cualquier tienda de alimentación, gasolinera o supermercado. Y si os hacéis adictos a ellas, ¡también las podéis comprar en España!

Regaliz

Si os gusta el regaliz, estáis de suerte: a los neozelandeses también. El de la marca Black Knight, elaborado localmente por la empresa RJ’s, es el más popular. No solo encontraréis el clásico regaliz negro, también hay muchas otras variedades y combinaciones deliciosas con chocolate, por ejemplo.

Queso

En un país con tantas vacas y ovejas es de suponer que se elaborará un queso excelente. Y así es. A nuestro paso por la península de Banks, a 15 minutos en coche de Akaroa, se encuentra Barry’s Bay. Desde 1895 llevan elaborando queso al estilo tradicional que ha sido galardonado en numerosas ocasiones. Si sois tan amantes del queso como nosotros os recomendamos que hagáis una parada en su tienda y probéis algunas de sus variedades. Los quesos se fabrican allí mismo y se venden a muy buen precio. Un queso que nos gustó especialmente por su intenso sabor es el Wairarapa Jack, elaborado por Kingsmeade. La región de Wairapapa es conocida por sus viñedos, y no hay mejor acompañamiento para un buen vino que un delicioso queso, ¿no os parece?.

Hamburguesa

O más concretamente, la hamburguesa de Fergburger. Este local de Queenstown se ha ganado merecidamente la fama de preparar las mejores hamburguesas de Nueva Zelanda. Damos fe de ello: son de las mejores que hemos probado nunca. Aunque el local suele estar atestado y se forman colas enormes, merece la pena esperar. Pedid la comida para llevar, nada mejor que disfrutar de cada bocado con vistas al lago Wakatipu.

Kiwi

¿Qué podemos decir de la fruta más típica de Nueva Zelanda? De origen chino, el kiwi se introdujo en el país en 1904 y se ha convertido en uno de sus principales productos agrícolas, exportándose a todo el mundo bajo la marca Zespri. Si no lo habéis probado nunca, ya no tenéis excusa. Ya sea la variedad verde, más ácida, o la de color dorado, más dulce, no os marchéis de Nueva Zelanda sin comer un kiwi.

Miel

La miel de manuka, exclusiva de Nueva Zelanda, tiene fama mundial. No sabemos si los múltiples beneficios para la salud que se le atribuyen son ciertos o no, pero sin duda es una de las compras estrella que podéis hacer a vuestro paso por aquí. Puede llegar a ser carísima, así que no está de más que os decantéis por otras variedades autóctonas más económicas e igual de buenas. Os recomendamos la miel de rewarewa, un árbol endémico de Nueva Zelanda, de sabor muy suave y acaramelado. Si la compráis en un supermercado os saldrá más barata que en cualquier tienda de recuerdos. Otras mieles «exóticas» neozelandesas son la de rata, tawari o kamahi.

Marmite

El marmite es una de esas cosas que o te encanta o la detestas. Esta pasta de untar de color marrón oscuro se elabora con extracto de levadura, un subproducto derivado de la elaboración de cerveza. Su sabor fuerte y salado no gusta a todo el mundo, pero los británicos, australianos y neozelandeses parecen haberse acostumbrado y la consumen con regularidad. La receta original viene del Reino Unido y la versión neozelandesa se empezó a elaborar en 1919. En Australia, en cambio, se conoce como Vegemite, pero se trata esencialmente del mismo producto.

La forma más habitual de consumir el marmite es untado en una tostada. Ojo, hay que echar muy poca cantidad porque de otra forma el sabor es tan fuerte que os resultará incomible. Lo ideal es untar previamente la tostada con mantequilla para suavizar un poco su sabor. Nosotros compramos un frasco pequeño de marmite que todavía ronda por casa. Dicen los que lo aprecian que se trata de un gusto adquirido con el que hay que familiarizarse poco a poco. Así que ya sabéis, aprovechad vuestro viaje a Nueva Zelanda para probarlo, ¡quién sabe si os acabará gustando!

Aunque la gastronomía neozelandesa no tenga fama mundial por razones obvias, ya veis que tiene bastante que ofrecer a todos aquellos que queráis darle una oportunidad.

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