Durante nuestro viaje por el norte de Estados Unidos tuvimos ocasión de conocer muchas cosas nuevas y de vivir nuevas experiencias. A nuestro paso por Wyoming no quisimos dejar pasar la oportunidad de asistir a un auténtico rodeo. Y no hay un lugar mejor para hacerlo que Cody, la autodenominada capital mundial del rodeo.
En el post anterior os contamos todo lo que hicimos el día que pasamos en Cody. Se trata de una interesante población llena de historia y con un ambiente muy propio del Salvaje Oeste. Pero sin duda la guinda final a un día estupendo la puso el hecho de asistir a un rodeo.
El origen del rodeo
El rodeo se practica desde hace muchos años tanto en Estados Unidos como en otros países. En Canadá, México o Australia, por ejemplo, también hay rodeos, así como en muchos otros países americanos. No obstante, el estilo de rodeo más conocido es el de Estados Unidos porque es el que más se suele mostrar en televisión y cine. Su origen se podría considerar mexicano, aunque con su raíz en los ganaderos españoles (los llamados vaqueros) que llevaron sus técnicas ganaderas a los ranchos mexicanos.
Lo que tienen en común los países en los que existe el rodeo es una importante ganadería extensiva. Con grandes llanuras pobladas por cientos o miles de cabezas de ganado, se hacía necesario ser ágil con el lazo y montando a caballo para guiarlas y manejarlas.
Una tradición ganadera convertida en deporte extremo
Ya en el siglo XIX se tenía que «rodear» y agrupar a todas las reses para llevarlas al mercado. No se trataba de un deporte, sino de una forma de vida. Era algo necesario para el transporte del ganado por parte de los cowboys. Con el tiempo, se empezaron a celebrar competiciones entre los distintos ranchos ganaderos, para mostrar las habilidades de sus cowboys. Se exhibían en ferias de ganado y festivales, para deleite de los asistentes. Pero quien realmente popularizó los rodeos como espectáculo público fue Buffalo Bill con su Buffalo Bill’s Wild West.
A partir de 1929 se estandarizaron las pruebas incluidas en un rodeo para poder considerarlo un deporte. Y aunque pueda parecer algo muy masculino, lo cierto es que también es muy popular entre las mujeres y compiten a la par con los hombres. Con el auge experimentado desde los años 70, el rodeo se ha convertido en un deporte profesional en el que se ofrecen suculentos premios a los ganadores de las competiciones más prestigiosas, y los cowboys que participan tienen sponsors y patrocinadores.
Sobre el maltrato animal
Queremos dejar claro de antemano que somos contrarios a cualquier maltrato animal. También queremos aclarar que en un rodeo los animales no sufren ningún daño, exceptuando algún accidente puntual. De hecho, los que suelen salir malparados son los cowboys. Aún así, somos conscientes de que se trata de un espectáculo que emplea animales para entretenimiento del público. Es por ello que entendemos que no todo el mundo sea partidario de este deporte.
Nosotros no terminamos de ver con buenos ojos el empleo de animales en espectáculos, pero ponemos el límite en aquellos que se ensañan con ellos o acaban con su muerte. Eso sí que nos parece totalmente inaceptable. Entendemos que el rodeo forma parte intrínseca de la historia y la cultura de una parte de Estados Unidos, y queríamos experimentarla de cerca tan solo una vez en la vida. Y os aseguramos que ninguno de los animales que participaron en el espectáculo sufrió ni el más mínimo rasguño. Si hubiera sido de otra forma, nos hubiéramos marchado en seguida de allí.
Cody Nite Rodeo
Durante todo el verano se celebran rodeos a diario del 1 de junio al 31 de agosto. Se trata del Cody Nite Rodeo. También tiene lugar el Cody Stampede Rodeo del 1 al 4 de julio, con motivo de la celebración del Día de la Independencia. Nosotros asistimos al Cody Nite Rodeo. Lleva celebrándose desde 1938 y es el único rodeo del mundo que tiene lugar por la noche. El espectáculo se celebra en el Stampede Park, situado a la entrada de Cody (519 West Yellowstone Avenue).
Dónde comprar las entradas para el rodeo
El precio de la entrada es de 20 dólares para los adultos y 10 para los niños de entre 7 y 12 años, lo que resulta bastante económico. Si se celebra algún rodeo especial, el precio puede variar. Siempre podéis consultar la página web oficial para obtener cualquier información. Incluso podéis comprar vuestras entradas online e imprimirlas. Si lo preferís, podéis adquirirlas en las taquillas del recinto o en la oficina que tienen en el centro de Cody (1031 12th Street). Nosotros aprovechamos para comprarlas en la recepción del camping donde nos alojamos en Cody. Resulta que en la mayoría de hoteles, tiendas y restaurantes del pueblo también las venden.
El rodeo empieza puntualmente a las ocho en punto de la tarde, y las puertas del recinto abren a las siete. El espectáculo se celebra independientemente de las condiciones meteorológicas. Si llueve, no os preocupéis: todas las gradas son cubiertas. El recinto cuenta con un parking enorme donde dejar el coche, pero si no queréis conducir podéis usar el Cody Nite Rodeo Bus. Este autobús cuesta 5 dólares por persona (ida y vuelta) y tiene distintos puntos de recogida en Cody. Incluso podéis acordar un punto de recogida específico. Y se paga directamente al conductor. ¿Se puede pedir más? Si queréis más información sobre este servicio podéis consultar su página web.
Entrando al Stampede Park
A la entrada del recinto vemos a unos payasos charlando con la gente y haciéndose fotos con los niños. Resulta que esos mismos payasos son los que van a amenizar el espectáculo entre prueba y prueba, al ritmo de la música rock. También hay algunos puestos de venta de comida, pero hemos cenado unas hamburguesas en un Dairy Queen que hay frente a nuestro camping un rato antes de venir.
Las entradas no son numeradas y podemos elegir el mejor lugar para sentarnos. El sitio que elegimos nos permite tener unas vistas estupendas de toda la pista de tierra. Frente a nosotros, al otro lado de la pista, hay más gradas y la cabina desde donde se dirige todo el espectáculo. Justo debajo están los boxes desde los que salen los vaqueros a lomos de los animales, así que no nos vamos a perder ni el más mínimo detalle.
Finalmente llega la hora de empezar el rodeo. El recinto no se ha llenado del todo, pero aún así hay bastante ambiente. Muchos de los que estamos allí somos turistas, tanto extranjeros como de otros lugares de Estados Unidos. Abundan los pantalones vaqueros, las camisas de cuadros y los sombreros Stetson. La testosterona flota en el ambiente.
Sin olvidarnos de dónde estamos, lo primero de todo es ponerse en pie para escuchar el himno nacional. Los que llevan sombrero de cowboy se lo quitan, todo el mundo se levanta y los americanos cantan el himno con la solemnidad requerida para la ocasión. Sale a la pista un hombre a caballo portando la bandera americana y va dando vueltas al ruedo hasta que termina el himno y la gente aplaude fervorosamente. Ahora ya puede empezar el espectáculo.
Empieza el espectáculo
Todas las pruebas se dividen en dos categorías, masculina y femenina. También hay pruebas para la categoría infantil. La primera prueba consiste en subirse a lomos de un caballo salvaje y aguantar el máximo tiempo posible.
Una vez el cowboy cae al suelo, salen otros dos jinetes a caballo para ayudarle y evitar el peligro, y el caballo bronco que lo ha tirado se marcha tan tranquilo a través de unas puertas que llevan a la parte trasera del recinto.
Lazo sencillo
En la siguiente prueba, tanto los animales como los jinetes entran por una puerta situada en uno de los laterales de la pista. Primero entra corriendo un novillo, y a los pocos segundos hace su entrada el cowboy a caballo.
Tiene que lanzar el lazo y enganchar al novillo por el cuello antes de que éste llegue al otro extremo de la pista. Si consigue enlazarlo, entonces tiene que desmontar y atarle las patas traseras para inmovilizarlo.
Cuando lo logra, el pobre novillo se revuelve desesperado y el cowboy le presiona el cuello con la rodilla para que se esté quieto. A pesar de todo, el animal no sufre ningún daño y en cuanto los payasos salen a la pista y le quitan el lazo, se dedica a dar unas vueltas por la pista con toda la calma, incluso parece un poco juguetón. Además, en esta prueba la mayoría de cowboys no tienen mucha suerte y casi siempre el novillo es el ganador, para regocijo del público.
Monta de toro
La prueba con los toros salvajes es la más espectacular de todas. Son unos bichos enormes y con muy malas pulgas. Se supone que el cowboy debe permanecer sobre el toro durante ocho segundos. Pero la realidad es que enseguida salen volando por los aires. Durante esta prueba se vive el único momento tenso de la noche, cuando uno de los cowboys, una vez ha caído al suelo, no parece ser capaz de levantarse y se intenta poner de pie para caer al suelo de nuevo.
Nadie sale a ayudarle, no sabemos si por alguna norma del rodeo, y el pobre termina llegando a la salida medio a rastras. Aún así nadie parece muy preocupado, ni siquiera el propio cowboy, por lo que suponemos que debe de ser algo habitual y que se consideran «gajes del oficio».
Un juego de niños
En un momento dado hay una pequeña pausa en el espectáculo y los payasos llaman a la pista a todos los niños del público. Van a participar en una pequeña y divertida prueba para ellos, con un premio para los ganadores. Salen a la pista dos novillos, cada uno con un lazo rojo al cuello. Los niños persiguen por la pista a los dos pobres animalillos y los que consiguen quitarles el lazo son los ganadores.
Después de las risas y de la pequeña pausa, continua el espectáculo. Ahora son los niños y niñas aprendices de vaqueros los que van a montar unos novillos, igual que antes han hecho los adultos con los toros salvajes. Algunos llevan cascos protectores, pero los más valientes llevan simplemente su sombrero.
Lazo doble
La siguiente prueba es por parejas. También se trata de echarle el lazo a un novillo, pero en esta ocasión el primer cowboy debe enlazarlo por el cuello y el segundo debe hacer lo mismo con las patas traseras. Aquí casi todos fallan estrepitosamente, aunque cuando lo logran la gente aplaude con ganas.
Carrera de barriles
Pero la prueba con la que más disfrutamos es con una en la que la velocidad y la agilidad de caballo y jinete son lo más importante. Además aquí es cuando los niños se lucen de verdad, y es realmente emocionante. Se colocan tres barriles en la pista y la prueba consiste en rodearlos siguiendo un orden determinado a la máxima velocidad posible, saliendo luego corriendo como una flecha hacia la meta.
Una simple milésima de segundo puede suponer la victoria o la derrota. Pronto nos encontramos animando a los participantes y mirando el tiempo que hacen en el cronómetro. Alguno que otro tiene problemas controlando a su caballo, lo que les hace perder mucho tiempo, pero a estos es a quienes más se anima, especialmente en el caso de los niños. Disfrutamos de lo lindo y supone un muy buen final a todo el espectáculo.
Una experiencia única
Asistir a este rodeo fue una de las experiencias más divertidas que vivimos durante todo el viaje. Es un espectáculo al que vale la pena asistir si os encontráis por la zona, y si vais con niños seguro que lo pasan en grande. No podemos dejar de recomendarlo.
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