Si estáis eligiendo un destino para una escapada rápida de un par de días, no busquéis más: Dublín es la ciudad perfecta. La capital de Irlanda tiene el tamaño ideal para poder explorarla a pie en dos días. Podréis conocer sus rincones más emblemáticos, disfrutar de su animada vida nocturna y probar la deliciosa comida tradicional irlandesa. Si disponéis de algo más de tiempo podréis descubrir zonas un poco más alejadas del centro de la ciudad, pero un par de días son suficientes para conocer lo esencial de Dublín.
En este post os vamos a dar mucha información práctica que os puede ayudar a planificar vuestra escapada. Para profundizar más en todo lo que podéis ver y hacer en Dublín habrá otros posts específicos que publicaremos próximamente.
Los barrios más interesantes de Dublín
Dublín se sitúa en la costa este de Irlanda. El río Liffey atraviesa la ciudad, delimitando de forma natural las dos zonas en las que se divide el centro: el norte del Liffey y el sur del Liffey.
Al norte se encuentra la arteria principal de Dublín: la calle O’Connell. Aunque no cuenta con tantos atractivos como el sur del Liffey, en esta zona hay algunos museos interesantes y muchos bares, tiendas y restaurantes. Merece la pena caminar un poco y acercarse hasta Stoneybatter, un barrio obrero en pleno proceso de gentrificación, y los Docklands, la antigua zona portuaria de Dublín.
Al sur del Liffey se encuentra el barrio de Temple Bar, famoso por sus pubs y su vida nocturna, así como el Trinity College y su impresionante biblioteca. Aquí también encontraréis parques por los que dar un agradable paseo, muchos museos, elegantes edificios georgianos y la fábrica de la famosa cerveza Guinness, entre otras muchas cosas.
Dublín en otoño
Nuestra escapada a Dublín fue en otoño y nos pareció una época del año estupenda para conocer la ciudad. Fuimos en octubre y tuvimos bastante suerte con el tiempo, ya que no llovió a pesar de ser uno de los meses con más lluvia del año. Hacía fresco por la mañana y al anochecer, pero con una chaqueta y un pañuelo al cuello estuvimos de maravilla. Irlanda es un país lluvioso y con un tiempo bastante cambiante, así que no os dejéis el paraguas en casa independientemente de la época del año en que vayáis.
Lo mejor de visitar Dublín en octubre fue que pudimos ver los parques y jardines de la capital irlandesa con los árboles en pleno cambio de color. Los tonos amarillos, naranjas y rojos de las hojas empezaban a asomar, haciendo que un simple paseo por St Stephen’s Green se convirtiera en algo especial.
Cómo moverse por Dublín
Dublín es una ciudad ideal para recorrer a pie. Su centro es lo suficientemente compacto como para poder ir a casi todas partes caminando. No obstante, se hace imprescindible usar el transporte público para llegar desde el aeropuerto, así como para visitar algunas zonas más alejadas.
Traslados entre el aeropuerto de Dublín y el centro de la ciudad
El aeropuerto de Dublín está a unos 15 kilómetros del centro de la ciudad. Hay varios autobuses que llevan hasta el centro. Nosotros utilizamos el Aircoach, uno de los más populares. También podéis tomar un taxi, pero esta es una opción que no nos planteamos debido a su elevado coste. Al salir de la terminal del aeropuerto solo tenéis que seguir las indicaciones para llegar a las paradas de las distintas compañías de autobuses. Las de Aircoach están en la zona 2 de la Terminal 1 y en la zona 20 de la Terminal 2. Identificaréis los autobuses fácilmente, son de color azul. En menos de 30 minutos estaréis en el centro de Dublín.
Los billetes los podéis comprar online, pero nosotros lo hicimos allí mismo en persona, ya que en la parada del autobús había un señor vendiendo los billetes. Si compráis el de vuelta junto con el de ida os saldrá mucho mejor de precio. El precio depende de la parada en la que os vais a bajar: nosotros íbamos a O’Connell Street y el billete sencillo costaba 8€ por persona, pero al comprar ida y vuelta solo pagamos 9€. Sí, habéis leído bien: por solo 1 euro más tenéis el billete de vuelta.
Otro autobús bastante popular que lleva del aeropuerto al centro de la ciudad es el Airlink. No os podemos contar nada de primera mano, pero aquí tenéis más información. También hay autobuses locales que van del aeropuerto al centro de la ciudad. Lo malo es que suelen hacer muchas paradas por el camino y se tarda más. Podéis echar un vistazo a la página web del aeropuerto de Dublín para consultar todas las opciones disponibles.
Tranvía y autobús para moverse por la ciudad
En Dublín hay tranvía, llamado Luas. Cuenta con dos líneas: una roja y otra verde. Nos parece una forma estupenda para moverse por la ciudad, aunque nosotros no necesitamos utilizarla en ningún momento. En la página web oficial tenéis toda la información sobre precios y horarios actualizados. Los billetes se compran en las máquinas que hay en cada parada.
El autobús también puede ser una buena opción a la hora de moveros por Dublín, aunque seguramente menos práctica que el tranvía. Dublin Bus es la empresa pública encargada de gestionar el servicio, os dejamos el enlace a su página web con toda la información necesaria. Según tenemos entendido, se paga en función de la parada en la que os vais a bajar, así que si no lo sabéis con seguridad puede ser un poco lioso.
En Dublín también hay autobuses turísticos, de esos en los que te puedes subir y bajar en cualquiera de las paradas de la ruta. Es una opción que a nosotros personalmente no nos gusta y nos parece muy cara, pero si estáis interesados podéis consultar las páginas web de las principales empresas de la ciudad: Big Bus, City Sightseeing y Do Dublin.
Nuestro alojamiento en Dublín: Academy Plaza Hotel
El hotel que elegimos para nuestra estancia en Dublín fue el Academy Plaza. Lo mejor de este hotel es su excelente ubicación. Lo encontraréis en Findlater Place, una pequeña placita junto a O’Connell Street. No solo os vais a alojar en un lugar muy céntrico: también estaréis literalmente al lado de la parada del autobús que lleva al aeropuerto, el Aircoach. Para nosotros fue muy práctico alojarnos en el centro de Dublín. Al estar pocos días en la ciudad, nos pareció importante no perder mucho tiempo en desplazamientos, así que no nos importó pagar un poco más por la excelente ubicación del hotel y, a cambio, poder ir caminando a todas partes.
Sobre el hotel en sí mismo no tenemos queja alguna. El personal fue amable, la habitación era cómoda y estaba limpia. Al estar al lado de O’Connell Street, llena de pubs, restaurantes y cafeterías, no hay problema para encontrar un sitio donde comer. Incluso hay un pequeño supermercado de la cadena Centra justo en la esquina de enfrente, ideal para comprar un refresco o algo para picar. En la habitación hay un hervidor de agua y un par de tazas para que os podáis preparar un té o un café.
Algunos aspectos prácticos sobre Dublín a tener en cuenta antes de vuestro viaje
Como país miembro de la Unión Europea, la moneda oficial de Irlanda es el euro. Para los ciudadanos españoles no es necesario cambiar de divisa, algo que siempre es una ventaja. Tampoco se necesita visado ni pasaporte, con el documento nacional de identidad es suficiente. Aunque siempre es recomendable contratar un seguro de viaje, en Irlanda es válida la Tarjeta Sanitaria Europea. Tenéis toda la información sobre sus coberturas y dónde solicitarla en este otro post. Otra gran ventaja es que podréis usar los datos de vuestro teléfono móvil como si estuvierais en España, sin cargos adicionales (consultad las condiciones de vuestra compañía de telefonía para más información).
Una cosa en la que sí que notaréis diferencias es en los enchufes. La electricidad en Irlanda funciona a 230/240 voltios y 50 Hz, como en España. No necesitaréis un convertidor de corriente, tan solo un adaptador de enchufe. Se utilizan los enchufes y clavijas de tipo G. Otra diferencia importante tiene que ver con la conducción: en Irlanda se conduce por la izquierda. Aunque es muy improbable que vayáis a conducir durante una breve escapada a Dublín, sí que debéis tener esto en cuenta porque os afecta como peatones. Mucho ojo al cruzar las calles, los coches vendrán en dirección contraria a lo que estamos acostumbrados y nos podemos llevar un susto por mirar hacia el lado que no toca. Otra diferencia tiene que ver con la hora: en Irlanda hay una hora menos que en España.
Nuestro presupuesto
Dublín es una ciudad bastante asequible para el viajero. El alojamiento no es económico, pero lo compensa el hecho de que los vuelos a la ciudad sean baratos (no olvidemos que Ryanair es una compañía aérea irlandesa). El coste de la comida tampoco es excesivamente elevado y se puede comer bien de precio en muchos pubs y restaurantes. Otra ventaja de Dublín es que algunos museos son gratuitos. En los que hay que pagar entrada, los precios son bastante razonables. Además, como se puede ir caminando a casi cualquier parte, el gasto en transporte público tampoco va a suponer un gran desembolso. A continuación os desglosamos punto por punto el presupuesto final de nuestra estancia de dos noches en Dublín.
– Billetes de avión
64,40€ (32,20€ por persona). Volamos a Dublín con Ryanair y los billetes nos salieron muy bien de precio. Los compramos directamente en la página web de la aerolínea. No somos muy fans de esta compañía aérea, pero a pesar de nuestras reticencias personales hay que reconocer que sus precios son imbatibles. Como solo íbamos a pasar en Dublín un par de noches, no nos llevamos ninguna maleta, por lo que no tuvimos que añadir ningún gasto extra al billete básico. Viajamos solo con dos mochilas pequeñas que cuentan como equipaje de mano y no superan las medidas de 40x25x20cm.
– Alojamiento
178,40€ (89,20€ por noche). Aunque Dublín no es una ciudad barata en cuanto a alojamiento se refiere, los precios son más razonables que en otras capitales europeas. Alojarse en el centro de la ciudad es algo más caro que hacerlo en otras zonas un poco más alejadas (como Drumcondra, por ejemplo, que ofrece opciones algo más económicas), pero lo compensa el hecho de no tener que usar el transporte público para ir y venir. Sobre el hotel que elegimos, el Academy Plaza, ya os hemos contado más cosas en el apartado correspondiente. La reserva la hicimos a través de Booking.
– Transporte público
18,00€ (9,00€ por persona). El único gasto que tuvimos en este apartado fue el del autobús Aircoach para ir del aeropuerto al centro de Dublín (y viceversa). El resto del tiempo nos movimos a pie, sin gastar ni un céntimo más en transporte.
– Comida y bebida
205,42€ (una media de 102,71€ al día). Aunque en nuestros viajes intentamos economizar bastante en lo que a comida se refiere, en esta ocasión no lo hicimos. Fuimos a comer y cenar a pubs o restaurantes todos los días, ya que nos apetecía probar tantos platos de comida típica irlandesa como fuera posible. Sobre los platos que probamos y dónde comimos tendréis más información en un post que publicaremos próximamente.
Aunque decidimos tirar la casa por la ventana y no reparar en gastos, evidentemente se puede comer en Dublín por mucho menos. No solo hay restaurantes de comida rápida de todas las cadenas más conocidas, sino que en muchos supermercados también se sirven platos de comida preparada. Eso sí, tened en cuenta que nosotros no bebemos alcohol: si os gusta la cerveza o alguna otra bebida alcohólica, vuestro gasto en este apartado será muy superior.
– Entradas a museos y monumentos
88,00€ (44,00€ por persona). Aprovechamos los dos días que pasamos en Dublín para visitar varios museos y monumentos. Hay algunos lugares que se pueden visitar gratis (como la National Gallery of Ireland o el castillo de Dublín, por ejemplo), pero los más famosos y populares son de pago.
Aunque os hablaremos con detalle sobre cada uno de ellos en los próximos posts, os desglosamos el gasto de este apartado: en el museo de 14 Henrietta Street nos gastamos 20,00€ (10,00€ por persona); por la visita al Book of Kells y la maravillosa biblioteca del Trinity College pagamos 32,00€ (16,00€ por persona, si sois tan bibliófilos como nosotros va a ser el dinero mejor invertido del viaje); la entrada a la catedral de San Patricio nos costó 16,00€ (8,00€ por persona); por último, gastamos otros 20,00€ en The Little Museum of Dublín (10,00€ por persona). Por si os lo estáis preguntando: no, no visitamos la fábrica de cerveza Guinness. No nos gusta la cerveza, así que era una visita que no tenía mucho sentido para nosotros.
– Total
554,22€ (277,11€ por persona). Como podéis ver, se trata de una escapada de lo más asequible.
Esperamos que con esto os animéis a visitar Dublín porque es una ciudad que merece la pena conocer.
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