Dobbiaco

Dobbiaco

Dobbiaco (Toblach en alemán) se localiza en Val Pusteria. Es un pueblecito tranquilo y agradable en el que se habla de forma mayoritaria el alemán. A las afueras, el precioso lago del mismo nombre invita a pasear por su orilla y a disfrutar del paisaje. No en vano está rodeado por dos parques naturales: Tre Cime y Fanes-Senes-Braies.

De paseo por Dobbiaco

El núcleo urbano de Dobbiaco es pequeño y resulta ideal para una parada breve. Su principal monumento es la iglesia de San Giovanni, bien visible desde lejos gracias a su campanario con forma de bulbo de color verde. Justo detrás de la iglesia está el castillo Herbstenburg, que no se puede visitar ya que se trata de una propiedad privada.

A tan solo un par de kilómetros del centro de la población se encuentra el Grand Hotel Dobbiaco. Fue construido en 1878 junto a la estación de tren y a lo largo de los años fue ampliado varias veces. En la actualidad alberga un centro cultural y el centro de visitantes del Parque Natural Tre Cime.

Latteria Tre cime Mondolatte

Aprovechando nuestro paso por Dobbiaco y que nos encanta el queso, decidimos acercarnos hasta la cercana Latteria Tre Cime Mondolatte. Cuenta con una tienda enorme en la que comprar infinidad de variedades de queso, yogur, mantequilla y cualquier otro derivado de la leche, así como muchos otros productos típicos. Pero, además, también se puede visitar su museo y realizar una visita guiada durante la que se puede observar todo el proceso de elaboración del queso, con una pequeña degustación opcional al final.

El precioso lago Dobbiaco

Después de visitar el centro de Dobbiaco y comprar algunas cosas en la tienda de quesos, nos dirigimos al cercano lago Dobbiaco. Está a pie de carretera, así que es normal que esté llenísimo de gente. No solo hay turistas, sino que está lleno de familias con niños o gente paseando a sus perros.

Un sendero recorre todo el perímetro del lago e incluso hay una zona habilitada para el baño en una tramo que forma una pequeña playa. También se pueden alquilar pequeñas barquitas a pedales con las que recorrer las tranquilas aguas.

Encontramos un sitio ideal a la sombra de un árbol y nos montamos un pequeño picnic mientras observamos el ir y venir de la gente. Hace un día estupendo, soleado y sin viento, por lo que las aguas del lago están totalmente en calma. Hay patos nadando cerca de la orilla y alguno que otro se acerca a picotear un trozo de pan que alguien ha tirado al agua. La verdad es que el lago Dobbiaco es precioso, y las montañas que lo rodean hacen que sea más bonito todavía. Su belleza nos ayuda un poco a superar la decepción que nos ha supuesto no poder ver el que probablemente sea el lago más famoso de los Dolomitas: el lago di Braies.

Una visita fallida al Lago di Braies

A unos 15 km de Dobbiaco se encuentra el lago di Braies (Pragser Wildsee en alemán). Está considerado el lago más bonito de los Dolomitas y se localiza en el corazón del parque natural Fanes-Senes-Braies. Es fácil entender su fama con tan solo haber visto algunas fotos de él: es una auténtica maravilla de la naturaleza.

Nuestra intención original era visitarlo y hacer una excursión por sus alrededores, pero por desgracia no pudo ser. Al ser un lago mucho más conocido y concurrido que el de Dobbiaco, las autoridades competentes se han visto en la obligación de intentar regular de alguna forma las hordas de turistas que lo visitan a diario.

Lago Carezza, otro precioso lago de los Dolomitas.

Hay varios aparcamientos de pago en las inmediaciones, pero se llenan enseguida. Para evitar que la gente aparque donde le dé la gana, en el momento en que los parkings están completos cierran el acceso por carretera. Eso fue lo que nos encontramos nosotros las dos veces que lo intentamos (sí, lo intentamos una segunda vez a una hora distinta pero tampoco hubo suerte). De hecho, tenemos entendido que actualmente se tiene que hacer una reserva online durante la temporada alta para poder visitarlo.

El lago de Sorapis es otro de los que merece la pena visitar.

Si tenéis intención de ir en vuestro propio vehículo, en la carretera SS49 encontraréis el desvío hacia la SP47, que lleva directamente hasta el lago atravesando el valle Pragser Tal y pasando por poblaciones como Ferrara o San Vito. Desde Ferrara (Schmieden en alemán) se puede tomar un sendero que os permitirá acceder a pie hasta el lago di Braies. Es apto para familias, ya que tiene poco desnivel, y tiene una longitud de 4,8 km. Calculad aproximadamente una hora y media de caminata a la ida y otro tanto a la vuelta.

Quizá la opción más práctica para llegar hasta el lago es el autobús lanzadera 442. Sale desde Dobbiaco y Villabassa (Niederdorf en alemán) y los billetes se compran directamente a bordo del autobús. De haber sabido que existía esta opción, no hubiéramos dudado en utilizarla. Esperamos que esta información os sirva para poder disfrutar de una visita al lago más bello (aunque también más masificado) de los Dolomitas.

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