La gastronomía francesa tiene renombre internacional y está considerada una de las mejores del mundo. Razones no le faltan, desde luego. En París encontraréis tiendas y restaurantes de todo tipo y aptos para cualquier presupuesto. En este post con información general sobre París ya os hablamos un poco acerca de este tema. Ahora ampliamos la información con un listado de todas las delicias que probamos y los sitios donde lo hicimos. Queso, macarons, éclairs, quiche lorraine… la lista es larga y variada.
Gastronomía francesa en modo low cost: consejos para ahorrar a la hora de comer en París
Comer bien de precio en París es posible. Eso sí, pronto notareis que ir a un restaurante y comer a la carta puede salir carísimo. En los clásicos bistros y brasseries suele haber menús (llamados «formula«) con precios que rondan los 22-24€, aunque también hay opciones más económicas. Si lo que os gusta es la «nouvelle cuisine«, entonces preparad la cartera. Los mejores restaurantes de la ciudad tienen precios astronómicos no aptos para cualquiera.
Un truco para ahorrar mucho dinero en vuestras comidas es pedir siempre para beber una jarra de agua del grifo. Es gratis y los restaurantes tienen la obligación de servirla. Además, el agua de París está muy buena. Así que ya sabéis, pedid siempre «un carafe d’eau«.
También podéis ahorrar dinero comprando algún bocadillo, quiche o similar en cualquier boulangerie y montando un picnic en un parque o a orillas del Sena. En las tiendas llamadas épiceries, que venden todo tipo de delicatessen, también podéis comprar cosas para un picnic, pero ojo con los precios porque no dejan de ser productos gourmet.
Las cadenas de comida rápida y los restaurantes de comida árabe o asiática también os pueden sacar de un apuro sin que tengáis que romper la hucha. La mayoría ofrecen la opción de comida para llevar, algo perfecto si os alojáis en un apartamento y no queréis cocinar.
Horario habitual en los restaurantes parisinos
Tened en cuenta que en París (como en toda Francia) se come y se cena mucho más temprano que en España. La hora de la comida empieza a las 12:00 y se alarga hasta las 14:00 como mucho. En algunos restaurantes a partir de las 13:30 ya cierran la cocina, así que nuestra recomendación es que os sentéis a la mesa a las 13:00 como muy tarde.
A la hora de la cena los franceses se sientan a la mesa a las 20:00 y a partir de las 22:30 muchos establecimientos echan el cierre. Obviamente esto es solamente orientativo. En las zonas más turísticas de la ciudad los horarios se suelen alargar, aunque tampoco demasiado. Al fin y al cabo casi todos los turistas comen y cenan siempre más temprano que los españoles. Os aconsejamos que, si ya sabéis de antemano que queréis ir a un restaurante en concreto, busquéis su horario en internet para evitar sorpresas.
Fromagerie Jouannault: el mejor queso de Francia
Francia es un auténtico paraíso para los amantes del queso. Se podría decir que es el producto estrella de la gastronomía francesa. En París lo encontraréis de todos los tipos y sabores imaginables. En cualquier fromagerie podréis disfrutar de una auténtica orgía quesera. Hay algunas que son toda una institución. Es el caso de Fromagerie Jouannault, una de las mejores de la ciudad. Estratégicamente situada junto al Marche des Enfants Rouges, en 39 Rue de Bretagne, esta fromagerie fue la que escogimos para probar un par de variedades de queso francés.
Nuestros elegidos fueron el Picodon de l’Ardèche y el Saint Marcellin, ambos absolutamente deliciosos. Si tenéis pensado montar un picnic en algún parque o a orillas del Sena, no hay nada mejor que acompañar una crujiente baguette recién horneada con un sabroso queso. Si queréis llevaros alguno con vosotros de vuelta a casa, es mejor esperar al último día para comprarlo y optar por uno de pasta dura antes que uno tierno o de pasta blanda.
De las muchas fromageries de la ciudad, algunas de las más renombradas son Barthelemy, Laurent Dubois, Androuet, Chez Virginie, Marie-Anne Cantin, La Ferme Saint Aubin, Quatrehomme, Griffon o La Fermette, entre muchísimas otras. Nuestra próxima visita a París incluirá una ruta por algunas de ellas, estamos seguros.
Popelini: petit choux de mil sabores
Los petit choux son una auténtica delicia y un gran invento de la gastronomía francesa. Se elaboran con pasta choux, la misma con la que se hacen los profiteroles o las lionesas. Y los de Popelini están riquísimos. Los hay de un montón de sabores distintos y el relleno interior es muy abundante y cremoso. No son baratos: una caja de 6 unidades cuesta 14€. Pero valen cada céntimo. Popelini cuenta con varias tiendas repartidas por la ciudad, entre ellas la que hay en 29 Rue Debelleyme.
Estas joyas de la repostería francesa se pueden encontrar en otras pastelerías. Los petit choux de Odette, por ejemplo, tienen muy buena fama. Será cuestión de probarlos la próxima vez.
Maison Plisson: un croque-monsieur delicioso
El sandwich francés por antonomasia se llama Croque-Monsieur. No sabemos quién lo inventó, pero se merece un monumento. Para los que no lo habéis probado nunca, se trata de un sandwich de jamón y queso cubierto de bechamel y gratinado al horno. Su versión femenina, el Croque-Madame, lleva un huevo frito encima. Son una de las mejores contribuciones de la gastronomía francesa al mundo de los sandwiches.
Un sitio perfecto para probarlo es Maison Plisson. Lo elaboran con jamón Prince de Paris, queso Comté y una crema ligera de mascarpone. Os aseguramos que sabe a gloria. Claro que, a 13€ el sandwich, ya puede estar bueno. Además, Maison Plisson no es solo un restaurante. También es una de las mejores épiceries de París, donde podréis comprar productos delicatessen de todo tipo.
Kusmi Tea: un té con 150 años de historia
Esta marca de té de origen ruso nació de la mano de Pavel Kousmichoff en San Petersburgo en 1867. Su gran éxito hizo que pronto se convirtiera en el té preferido de los zares. La expansión internacional no se demoró mucho. En 1907 abrió un salón de té en Londres y en 1917, con el estallido de la Revolución Rusa, trasladó definitivamente su sede a París. Desde entonces no ha dejado de crecer y hoy en día es una de las marcas de té más conocidas.
Una de sus principales señas de identidad es su cuidada presentación, con unos envases metálicos absolutamente preciosos. La variedad de sabores es tan grande que lo difícil es decidirse entre tantas opciones. Kusmi Tea tiene varias tiendas en París, por ejemplo en 56 Rue des Rosiers.
L’Éclair de Génie: éclairs que entran por los ojos
Como pequeñas obras de arte, estos éclairs son tan bonitos que os entrarán por los ojos y no querréis dejar de probarlos. No es que sean baratos precisamente: los precios van de 5,90 a 6,50€ la unidad. Pero darse un capricho de vez en cuando tampoco hace daño a nadie, ¿verdad?
Los éclairs son uno de los dulces estrella de la gastronomía francesa. Los encontraréis en la inmensa mayoría de pastelerías de la ciudad, y seguramente a precios más económicos. Si elegís los de L’Éclair de Génie, una creación del pastelero Christophe Adam, encontraréis su boutique cafetería en 14 Rue Pavée, en Le Marais. Los que compramos nosotros, uno de limón y merengue y otro de caramelo salado, estaban buenos, pero la masa estaba un poco seca. Quizá se deba a que los compramos por la tarde, cuando ya llevaban varias horas hechos. Por si acaso, os recomendamos probarlos por la mañana, cuando están más frescos.
Sacha Finkelsztaj: repostería judía en pleno Marais
En Le Marais se encuentra el barrio judío de París, conocido como Pletzl. Además de sinagogas, encontraréis negocios como librerías judaicas, pastelerías, tiendas de alimentación kosher y restaurantes donde el plato estrella es el falafel. La Rue des Rosiers es su calle principal, siempre animada y bulliciosa. Aquí está La Boutique Jaune (27 Rue des Rosiers), el nombre con el que también es conocida la pastelería Sacha Finkelsztajn por el alegre color amarillo de su fachada.
Desde 1946 este negocio familiar especializado en repostería de Europa Central y del Este ha hecho las delicias de vecinos del barrio y visitantes. Y no es de extrañar: la variedad de dulces que tienen es enorme. Sacha Finkelsztajn también es panadería y además cuenta con un mostrador con delicatessen y productos de charcutería que abren el apetito con solo echar un vistazo.
La tienda funciona a la vieja usanza: eliges lo que quieres, vas con el ticket a la caja y, una vez has pagado, recoges lo que has comprado. El interior no es demasiado grande y cuenta con una pequeña (muy pequeña) zona donde sentarse a comer. El lugar estaba tan lleno cuando fuimos nosotros que apenas podía uno moverse del sitio. Pero que eso no os eche para atrás: Sacha Finkelsztajn es una visita imprescindible en Le Marais. Sus tartas de queso son legendarias, suaves y cremosas, de las mejores que hemos probado nunca. ¡Fue todo un descubrimiento que sin duda repetiremos en nuestra próxima visita a París!
Le Grenier à Pain: la receta clásica de la quiche lorraine nunca falla
Le Grenier à Pain, que cuenta con varios locales en la ciudad, ganó en 2015 el premio a la mejor baguette de París. Teniendo en cuenta la fama del pan francés y el hecho de que hay una panadería en casi cada esquina, es algo de lo más meritorio. No podemos dar fe de la calidad de su pan, pero os podemos asegurar que su quiche lorraine está muy buena. Compramos un par de porciones para llevar, y con ellas improvisamos un picnic en un parque cercano. Sin duda fue todo un acierto y una buena forma de ahorrar a la hora de la comida. Su local en Montmartre se encuentra en 38 Rue des Abbesses.
À la Mère de Famille: bombones y caramelos en una de las tiendas más bonitas de París
En París encontraréis cientos de tiendas especializadas en bombones y chocolate. Algunos maestros chocolateros tienen renombre internacional y sus creaciones son absolutamente tentadoras. Los precios van a la par que su fama, así que nos contentamos con dejar que se nos hiciera la boca agua contemplando los escaparates. Si queréis daros un capricho de esos que no se olvidan, aquí va una lista con algunos de los mejores: Patrick Roger, Arnaud Delmontel, La Maison du Chocolat, Debauve & Gallais, Jacques Genin, Alain Ducasse, Jean-Paul Hévin y Pierre Hermé, entre muchos otros.
Pero si hay una tienda que merece una visita, al menos por su preciosa fachada, es À la Mère de Famille. Tienen varias sucursales en París, pero la tienda original la encontraréis en 35 Rue de Faubourg Montmartre. Este auténtico tesoro parisino, declarado monumento histórico de la ciudad, fue fundado en 1761. En el interior de la tienda encontraréis todo tipo de bombones y caramelos. Nosotros no quisimos irnos sin comprar una caja de caramelos llamados Le Négus. Son de chocolate y están recubiertos por una capa de caramelo. Una de las combinaciones más deliciosas del mundo.
Ladurée: los macarons más famosos del mundo
De la interminable lista de deliciosas opciones que ofrece la gastronomía francesa, quizá los maracons sean los dulces más especiales de todos. Se remontan al siglo XVI y están formados por dos galletas redondas crujientes y esponjosas rellenas de una suave crema. Sus vistosos colores y la gran variedad de sabores disponibles los hacen de lo más apetecibles. No hay pastelería ni salón de té en todo París que no cuente con un amplio surtido de macarons. Pero sin ninguna duda los más famosos son los de Ladurée.
Ladurée empezó su andadura en 1862, inaugurando su primera tienda en 16 Rue Royale. Es precisamente allí donde tuvimos que hacer unos 15 minutos de cola para hacernos con 6 macarons de distintos sabores. No son nada baratos, especialmente si los queréis en una de las elegantes cajas para llevar. Nos gastamos 17,10€, pero es un dinero bien invertido porque os aseguramos que están realmente deliciosos.
Chez Nicos: crepes y galettes a muy buen precio
Una opción barata y muy sabrosa a la hora de comer es optar por una deliciosa crepe o galette. Aunque en apariencia son prácticamente lo mismo, hay una diferencia fundamental entre ambas: el tipo de harina empleada para su elaboración. En las crepes se usa harina de trigo, mientras que las galettes, que son originarias de la Bretaña, se hacen con trigo sarraceno, lo que les aporta un color tostado muy característico. Tanto las crepes como las galettes admiten versiones dulces y saladas. No obstante, lo más frecuente es que las galettes se rellenen con ingredientes salados. Es habitual que se sirvan enrolladas en forma de cucurucho, y os aseguramos que llenan tanto como un bocadillo.
En París abundan las creperías y los restaurantes donde probar esta sabrosa invención de la gastronomía francesa. En el Barrio Latino, por ejemplo, los hay a montones. Nosotros elegimos Chez Nicos, en 44 Rue Mouffetard. Ya veréis que en esa calle hay un local detrás de otro entre los que elegir.
Lemarie Boulanger Patissier: el merengue de chocolate perfecto
Esta discreta y pequeña panadería pasa bastante desapercibida en la siempre animada Place de la Contrescarpe, en pleno Barrio Latino. El azar nos llevó hasta ella, ya que nos apetecía algo dulce para merendar. Toda la repostería que había expuesta tenía una pinta deliciosa, pero enseguida nos llamaron la atención los merengues de distintos sabores. Nos decidimos por uno de chocolate y fue un acierto total. Con un exterior crujiente y un montón de pepitas de chocolate, el tierno interior nos llevó al cielo de los merengues. Al parecer sus croissants también son bastante buenos, pero no llegamos a probarlos y no podemos opinar.
Hubert: una delicia llamada brioche aux pralines roses
Imaginaos un delicioso bollo recubierto de trocitos de almendra garrapiñada de color rosa. Con el primer mordisco descubrís que el interior está relleno de esa misma mezcla azucarada. ¿A que se os hace la boca agua solo con pensarlo? Este invento de la gastronomía francesa nos gustó tanto que lo comimos en varias ocasiones. En la pastelería Hubert, situada en 31 Rue de Maubeuge, es donde más nos gustó. Sea en la pastelería que sea, no dejéis de probarlo, ¡está buenísimo!
Mamiche Boulangerie de Quartier: un sabroso croissant de mantequilla
Mamiche es una panadería de barrio, de esas en las que a primera hora de la mañana los vecinos hacen cola para comprar el pan o algún dulce con el que empezar bien el día. Nosotros probamos su croissant y su pain au chocolat. El croissant estaba muy bueno, esponjoso y con un delicioso sabor a mantequilla. El pain au chocolat tampoco estaba mal, pero sin duda nos quedamos con el croissant. Seguramente no sea el mejor de París, pero si estáis por la zona es una excelente opción para desayunar o merendar. Encontraréis esta panadería en 45 Rue Condorcet.
En cuanto a los mejores croissants de la ciudad, las panaderías más recomendadas son Du Pain et des Idées, Liberté, Des Gâteaux et du Pain, Eric Kayser o Blé Sucré, entre otras. Nuestra intención era visitar algunas de ellas para poder comparar, pero es algo que nos quedó pendiente para nuestra próxima escapada a París.
Al Bayader: cómida libanesa cien por cien casera
Para economizar a la hora de comer en París, una buena opción es recurrir a los restaurantes de comida árabe u oriental. En Francia hay una amplia proporción de habitantes de procedencia árabe, así que poco a poco esta comida va teniendo más representación en la gastronomía francesa. En 13 Rue de Rochechuart, muy cerca de nuestro hotel, descubrimos este pequeño restaurante. Era prácticamente el único abierto a esa hora de la noche y, aunque por fuera no parecía demasiado atrayente, terminamos cenando allí. Fue todo un acierto. El dueño es un hombre de lo más agradable y la comida estaba realmente buena.
Hank Burger: unas hamburguesas veganas para chuparse los dedos
Esta hamburguesería vegana fue todo un hallazgo. Su local situado en 8 Rue de Rochechouart quedaba cerca de nuestro hotel, así que una noche decidimos cenar algo rápido allí mismo. Nosotros no somos veganos, pero no tenemos ningún tipo de problema con este tipo de comida. Y la verdad es que sus hamburguesas nos parecieron buenísimas. Las patatas gajo que pedimos como acompañamiento estaban crujientes por fuera y perfectamente hechas por dentro, absolutamente deliciosas. Si sois veganos, os recomendamos Hank Burger totalmente. Y si no lo sois, también. Nunca es tarde para probar algo nuevo, ¿no os parece?
Maille: la reina de las mostazas
No queremos terminar este post sobre delicias de la gastronomía francesa sin hablaros de uno de sus productos estrella: la mostaza. La de Dijon es quizá la más famosa del mundo, aunque la cantidad de variedades que se pueden encontrar en el mercado es enorme. Hay otros países en los que esta salsa es también la reina de la cocina, como Inglaterra, Alemania o Estados Unidos. Pero la francesa es la que se lleva la palma.
De entre las muchas marcas francesas que hay, Maille es la más conocida internacionalmente. Es la que comemos en casa desde hace años, así que no dudamos en visitar la tienda que tienen en 6 Place de la Madeleine. Es increíble la cantidad de variedades y sabores que tienen, algunas son realmente originales. Incluso la venden a granel o en unos preciosos tarros de cerámica.
Si, como nosotros, viajáis en avión solo con equipaje de mano y no podéis facturar, no os preocupéis. Venden unas cajas con 4 tarros de tamaño mini de distintos sabores por 11€ que no superan el tamaño máximo de 100 ml permitido en cabina.
Como veis, las opciones entre las que elegir son enormes. Y eso que tan solo nos hemos centrado en las más low cost. En París podréis degustar lo mejor de la gastronomía francesa. Es posible que volváis a casa con algún kilo de más, ¡pero habrá merecido totalmente la pena!
[…] demasiado cuando os mencionemos los lugares en los que paramos a comprar o a comer algo. En este otro post tenéis toda la información detallada acerca de este tema. Nosotros nos pedimos 6 petit choux de […]
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