Situado en lo alto de una colina que ofrece unas vistas panorámicas increíbles, el distrito del Castillo de Buda cuenta con algunos de los monumentos más reconocibles de Budapest, además de unas callecitas medievales llenas de rincones encantadores. Dependiendo del tiempo del que dispongáis, podéis completar la visita al distrito del Castillo con un paseo por la colina Gellért, un baño en alguno de los balnearios situados en esta orilla del Danubio, una vuelta en bici por Isla Margarita e, incluso, una visita al museo Aquincum si queréis aprender más sobre los orígenes romanos de la ciudad.
Cómo llegar al distrito del Castillo de Buda
En funicular
El distrito del Castillo de Buda se encuentra en lo alto de una colina, así que es inevitable tener que subir alguna que otra cuesta. Una de las mejores formas de llegar hasta allí y evitar la cansada subida es hacerlo con el famoso funicular de Budapest (Budavári Sikló).
En funcionamiento desde 1870, el bonito funicular salva un desnivel de 50 metros en apenas unos minutos, al tiempo que ofrece unas buenas vistas de Pest al otro lado del río. La estación inferior se localiza junto al Puente de las Cadenas, en Clark Ádám tér (accesible mediante los tranvías 19 y 41 o los autobuses 16 y 105), mientras que la superior se encuentra en una pequeña plaza situada justo entre el Castillo de Buda y el Palacio Sándor.
El precio del billete de ida y vuelta es de 4000 HUF por persona (2000 HUF para niños entre 3 y 14 años, menores de 3 años gratis). Para más información sobre tarifas y horarios actualizados, aquí tenéis en enlace a la página web oficial de BKK, la empresa encargada de su gestión.
En metro
Durante nuestra visita a Budapest el Puente de las Cadenas estaba en obras y totalmente cerrado al tráfico, tanto de coches como de viandantes. Eso hizo que llegar hasta la estación inferior del funicular fuera un poco engorroso, así que optamos por usar el metro y caminar un poco para llegar hasta el distrito del Castillo de Buda. La línea roja del metro (M2) cuenta con dos paradas cercanas: Batthyány tér y Széll Kálmán tér.
A nuestro parecer, la parada de Széll Kálmán tér está mejor situada y queda más cerca, así que hacia allí nos dirigimos. Tras salir del metro, toca subir cuesta arriba por Ostrom utca hasta la Puerta de Viena, desde donde accedemos al distrito del Castillo de Buda.
Un paseo por el distrito del Castillo de Buda
El distrito del Castillo de Buda se divide en dos partes claramente diferenciadas. Al norte (por donde comenzamos nuestra visita) se encuentran las tranquilas calles residenciales del llamado Old Town. Habitadas desde la Edad Media, estas bonitas calles flanqueadas por preciosas casas pintadas en suaves colores pastel son perfectas para disfrutar de un agradable paseo. Al sur, en cambio, se alza el enorme Castillo de Buda, construido en el siglo XIII por el rey Bela IV.
En nuestro caso, comenzamos la visita por el norte del distrito. La Puerta de Viena (Bécsi kapu) es nuestra vía de entrada. Aunque la puerta original fue demolida y posteriormente reconstruida, este ha sido el punto de acceso a esta zona de la ciudad desde la Edad Media. Nada más atravesarla nos recibe uno de los rincones más encantadores del barrio. Una pequeña plaza triangular, tranquila y silenciosa a primera hora de la mañana, se encuentra rodeada por una serie de casas burguesas particularmente bonitas, una pequeña iglesia y el impresionante edificio que alberga el Archivo Nacional de Hungría.
Aunque inicialmente contaba con una gran torre, ésta quedó destruida durante la 2ª Guerra Mundial y el edificio sufrió severos daños. Tras un minucioso proceso de restauración, la sede del Archivo Nacional de Hungría luce en todo su esplendor hoy en día, especialmente su precioso tejado cubierto de azulejos decorativos. Se realizan visitas guiadas, en su página web tenéis información sobre precios y horarios.
Táncsics Mihály utca: una calle de cuento
La calle Táncsics Mihály es quizá la más bonita de las que forman este sector del distrito del Castillo de Buda. Aunque el distrito del Castillo de Buda es de origen medieval, gran parte de las viviendas que se conservan en la actualidad son de estilo barroco y datan de los siglos XVII y XVIII. Todas están muy cuidadas y llenas de detalles arquitectónicos que les dan un encanto único.
Mientras paseamos por las calles adoquinadas del barrio descubrimos otros rincones preciosos y varios museos que parecen interesantes. Entre ellos están el Museo de Historia de la Música (en un palacio del siglo XVIII) o el Museo de Historia Militar. Precisamente frente a este último se encuentra la Torre de María Magdalena. Aunque de la iglesia de la que formaba parte solo quedan sus ruinas, la torre se reconstruyó después de la guerra y sirve ahora de mirador.
También se pueden admirar los restos del monasterio dominico de San Nicolás, del siglo XIII, rodeados por el espantoso edificio del hotel Hilton, que se construyó justo encima y no hace sino afear todo el conjunto.
Tomando un tentempié en Ruszwurm Cukraszda
Ya sea para desayunar, merendar o porque tenéis ganas de dulce, no dejéis pasar la ocasión de probar cualquiera de las delicias que elaboran en Ruszwurm Cukraszda. Ya os hablamos sobre esta antigua pastelería en este post dedicado a la gastronomía húngara. Os aseguramos que merece la pena. Una vez recuperadas las fuerzas tras tomar un trozo de tarta y un café, toca seguir paseando por el distrito del Castillo de Buda.
Museos y más museos en el distrito del Castillo de Buda
Parece mentira que en un barrio tan pequeñito como este haya tal cantidad de museos. Uno de los más interesantes, aunque también de los más caros, es el Museo Hospital de la Roca (Sziklakorhaz Atombunker Museum). La entrada cuesta la friolera de 20€ por persona, así que optamos por prescindir de la visita a pesar de las ganas de verlo. Echad un vistazo a su página web para saber más sobre este peculiar hospital construido bajo tierra, aprovechando el sistema de cuevas natural que agujerea todo el subsuelo del distrito del Castillo de Buda.
También bajo tierra se encuentra el Laberinto de Buda, al que se accede por el nº9 de la calle Uri utca. Si estáis interesados en visitarlo, tened en cuenta que solo aceptan el pago en efectivo.
Otro museo es el Golden Eagle Pharmacy Museum (Arany Sas Patikamúzeum). Se encuentra en el lugar donde se abrió la primera farmacia de Budapest en el año 1681. Forma parte del museo Semmelweis (Semmelweis Orvostörténeti Múzeum), un museo dedicado a la historia de la medicina. El edificio principal, antiguo hogar del doctor Semmelweis, se encuentra a los pies de la colina del Castillo de Buda, mientras que la antigua farmacia está en la calle Tárnok (a mitad de camino entre el castillo y el Bastión de los Pescadores).
Por último, los amantes de la magia pueden visitar The House of Houdini, en el nº11 de Dísz tér. Se trata de la mayor colección de artefactos de Harry Houdini, el famoso mago y escapista, que nació en Budapest en 1874.
Szentháromság tér: el corazón del distrito del Castillo de Buda
La plaza Szentháromság es de visita obligada, ya que en ella se encuentran dos de los monumentos más importantes de Budapest: la iglesia de Matías y el Bastión de los Pescadores. Incluso a pesar del engendro arquitectónico del hotel Hilton, se trata de una plaza preciosa. Os recomendamos visitarla a primera hora del día si buscáis algo de tranquilidad, ya que el resto del tiempo es un hervidero de turistas. Desde aquí se tienen unas vistas panorámicas de la orilla opuesta de Budapest absolutamente maravillosas. No es de extrañar que sea uno de los puntos más fotografiados de la ciudad.
Bastión de los Pescadores: el mejor mirador de Budapest
Con unas vistas tan increíbles de la ciudad como las que se tienen desde este punto, es lógico que se construyera una terraza panorámica desde la que poder disfrutarlas. Así fue como, entre 1895 y 1902, se construyó el mirador del Bastión de los Pescadores (Halászbástya en húngaro). De estilo neorrománico y con toques neogóticos, se trata de una terraza de 140 metros de largo de deslumbrante piedra blanca. Sus siete torretas representan las siete tribus magiares que se asentaron en esta región y dieron lugar a lo que hoy en día es Hungría a finales del siglo IX. El bastión recibe su nombre porque desde este punto el gremio de pescadores se encargaba de defender la ciudad en caso de ataque.
La verdad es que con sus escalinatas, columnas, estatuas, terrazas, baluartes y parapetos, el Bastión de los Pescadores parece salido de un libro de fantasía. Sus arcos decorativos enmarcan a la perfección el edificio del Parlamento, que queda justo enfrente. Aunque nosotros lo visitamos a primera hora de la mañana, es al atardecer cuando se tienen las mejores vistas.
El acceso a las terrazas inferiores de este monumento declarado Patrimonio de la Humanidad es totalmente gratuito y está abierto las 24 horas del día. Para acceder a las terrazas superiores de las torretas hay que pagar entrada, que se adquiere en unas máquinas de venta automática situadas junto a los puntos de acceso. No estamos seguros de que valga la pena pagar la entrada, ya que desde el nivel inferior las vistas son igual de bonitas.
Iglesia de Matías: la iglesia más bonita de Buda
Frente al Bastión de los Pescadores, y junto a una estatua ecuestre en honor a Esteban I (el primer rey de Hungría), se encuentra la preciosa iglesia de Matías (Mátyás-Templom en húngaro). Aunque fue inicialmente bautizada como iglesia de Nuestra Señora, pasó a denominarse iglesia de Matías después de que el rey Matías Corvino celebrara aquí su boda en 1474.
El origen de la iglesia se remonta al siglo XIII, aunque su aspecto actual en estilo neogótico se debe a la reconstrucción llevada a cabo en 1896 por el mismo arquitecto que diseñó el Bastión de los Pescadores. La construcción original quedó destruida en un incendio y posteriormente fue utilizada temporalmente como mezquita durante la ocupación otomana de Budapest. También sufrió grandes daños durante la 2ª Guerra Mundial, pero actualmente se puede admirar en todo su esplendor.
Para más información sobre precios y horarios, aquí tenéis el enlace a su página web. Para nuestra desgracia, nos quedamos con las ganas de poder ver el interior de la iglesia, ya que el día de nuestra visita coincidió con un horario de apertura más tardío y nos la encontramos cerrada.
El impresionante Castillo de Buda
El Castillo de Buda o Palacio Real (Budavári Palota) es el gran protagonista de cualquier visita al distrito de Budapest que lleva su nombre. Sus grandes dimensiones y la elegancia de su perfil hacen que sea una de las imágenes más representativas de la ciudad.
Su origen se remonta al siglo XIII, cuando el rey Béla IV pensó que su posición elevada en lo alto de la colina sería más conveniente desde un punto de vista defensivo. No tuvo mucho éxito, ya que a lo largo de los siglos ha sufrido daños de todo tipo e incluso llegó a ser destruido durante la época de ocupación otomana. La última reconstrucción se llevó a cabo tras la 2ª Guerra Mundial, que causó graves desperfectos a un buen número de monumentos de Budapest.
El Castillo de Buda es hoy en día una importante institución cultural, ya que alberga la Galería Nacional Húngara y el Museo de Historia de Budapest, además de la Biblioteca Nacional de Hungría. Merece una mención especial el Salón de San Esteban, una auténtica maravilla. Quedó completamente destruido durante la guerra y no reabrió sus puertas al público hasta 2021, cuando terminó de construirse una réplica exacta. El Salón de San Esteban se encuentra dentro del Museo de Historia de Budapest, pero hay que comprar una entrada aparte y reservar la visita con antelación en esta página web. Aunque los museos son de pago, tanto los jardines como los patios del castillo son gratuitos y están abiertos todo el día.
Un paseo junto al río
Desde el castillo se tienen muy buenas vistas del río Danubio y de Pest, con el edificio del Parlamento destacando entre los demás. Vamos bajando desde lo alto de la colina hasta el nivel del río dando un agradable paseo por los jardines. A continuación nos dirigimos hacia el sur, en dirección al Puente de Isabel (Erzsébet híd). Ya es mala suerte que el Puente de las Cadenas esté en obras y no podamos verlo, pero al menos tenemos este otro puente relativamente cercano como alternativa a la hora de cruzar el río.
Junto al Puente de Isabel se encuentra el balneario Rudas, uno de los más conocidos de Budapest. Es un auténtico baño turco, construido en el siglo XVI durante la ocupación otomana de la ciudad. A su lado se alza la colina Gellért, surcada por docenas de caminos y caminitos que la convierte en un importante pulmón verde. Si os apetece subir hasta la cima, que es el punto más alto de Budapest, podéis aprovechar para visitar la Ciudadela.
Esta fortaleza se construyó a mitades del siglo XIX, durante el mandato de los Habsburgo, mientras que la estatua de la Libertad que se alza junto a ella es de 1947 y conmemora la liberación de Hungría por parte de la URSS después de la 2ª Guerra Mundial. En el momento de nuestro viaje la Ciudadela se encontraba cerrada temporalmente, así que no la visitamos.
De vuelta a Pest
Cruzamos el Puente de Isabel dispuestos a seguir explorando la ciudad, en este caso la orilla correspondiente a Pest. Sobre todo lo que allí podéis ver y hacer os contaremos más en el siguiente post.
[…] un mayor número de monumentos y atracciones turísticas. Aunque Buda, de la que ya os hablamos en este otro post, es muy bonita y tiene un ambiente como de cuento de hadas, Pest nos parece más interesante desde […]