En nuestro viaje por Estados Unidos de septiembre de 2012 tuvimos la ocasión de atravesar el Valle de la Muerte en nuestro camino hacia Las Vegas. Procedentes de Yosemite National Park, donde habíamos disfrutado de un par de días de senderismo entre enormes árboles, cascadas y lagos, el cambio de paisaje no podría ser más brusco. Teniendo en cuenta que forma parte del desierto de Mojave, Death Valley es el lugar más caluroso del planeta y pronto tendríamos la oportunidad de comprobarlo.
De camino a Death Valley
En la población de Lone Pine tomamos el desvío hacia la carretera Hwy 136. Esta carretera comunica Lone Pine con la Hwy 190, la carretera que conduce a Death Valley. Unos negros nubarrones presagian una buena tormenta en las inmediaciones de Lone Pine.
A medida que avanzamos por la carretera el paisaje se va volviendo más árido e inhóspito, sin abandonar las impresionantes montañas de Sierra Nevada a nuestra derecha.
El paisaje, hermoso en su desolación, nos va preparando para lo que nos encontraremos más adelante.
En la diminuta y destartalada población de Keeler paramos a hacer unas cuantas fotos a una gasolinera abandonada. No vemos ni un alma por los alrededores y el pueblo ofrece una imagen de lo más deprimente.
El tramo de carretera antes de empezar a subir las primeras montañas previas a Death Valley tiene unas rectas infinitas que se pierden en el horizonte.
Algunos joshua tree salpican el paisaje antes de que desaparezca cualquier rastro de vegetación más allá de algún arbusto solitario.
Y justo al llegar a la entrada del parque, mientras nos hacemos unas fotos junto al cartel de bienvenida a Death Valley, caen cuatro gotas de lluvia que apenas llegan a mojar el suelo.
Cuidado con el calor extremo
El calor abrasador y la extrema sequedad del aire son las señas de identidad de Death Valley. Es importante tomar unas precauciones básicas para evitar un golpe de calor. Por todo el parque hay carteles que hacen hincapié en lo peligroso que puede ser no estar bien preparado. Al fin y al cabo, hay gente que ha muerto allí porque se confió demasiado.
En vuestra visita a Death Valley no os olvidéis de llevar mucha agua, un buen protector solar y un sombrero y gafas de sol. Tampoco está de más llevar manga larga para evitar quemaduras solares.
En la carretera también vemos varios carteles que recomiendan apagar el aire acondicionado para evitar que se sobrecaliente el coche. Hay que tener en cuenta que para acceder al Valle de la Muerte se atraviesan dos cordilleras montañosas. Teniendo en cuenta las altas temperaturas, no es raro que más de un coche se quede tirado por el camino a causa del sobrecalentamiento.
También es importante ser previsores en lo que a la gasolina se refiere. Llevad el depósito siempre lleno y no os confiéis. No seríais los primeros en quedaros sin combustible en mitad de la nada. Dentro del parque hay como mínimo un par de gasolineras, pero las distancias hasta llegar al siguiente lugar donde repostar son muy grandes. Y el aire acondicionado consume mucha gasolina. Así que en el desierto siempre es mejor pecar de precavidos y no arriesgarse.
Temperatura ardiente
Una vez atravesadas las montañas, llegamos finalmente al Valle de la Muerte. En el centro de visitantes hay un termómetro ¡a la sombra! que marca 44ºC. Y eso que estamos casi a mitades de septiembre y a media tarde. ¡En julio o agosto tiene que ser para morirse!.
Cuando nos bajamos del coche es cuando realmente nos damos cuenta del tremendo calor que hace aquí. El aire arde. Quema. Es increíble lo caliente que está. Además hace un viento espantoso, lo que aumenta la sensación de calor. Al bajar del coche te azota ese aire ardiente y empiezas a sudar, pero el sudor se evapora al instante porque no hay ni pizca de humedad en el ambiente. Incluso caminar es toda una odisea porque el calor es aplastante. Es algo que no se entiende de verdad hasta que no se siente en primera persona.
Qué ver en Death Valley
En Death Valley hay muchos rincones por descubrir. Su clima extremo hace que a veces simplemente salir del coche suponga demasiado esfuerzo. Pero la recompensa merece la pena.
Por desgracia nosotros apenas tenemos una tarde entera para dedicarle. Hay muchos rincones que queremos explorar y cosas curiosas que queremos ver. Pero la falta de tiempo nos lo va a impedir. Death Valley es un lugar lo suficientemente interesante como para prestarle algo más de atención. Pero tendrá que ser en otra ocasión, porque tenemos los minutos contados hasta la puesta de sol y no queremos desperdiciar ni uno.
En la página web oficial del parque podéis encontrar mapas y toda la información necesaria para planificar vuestra visita. A continuación os contamos lo que vimos nosotros, por si os sirve de ayuda.
Mesquite Flat Sand Dunes
Las dunas de arena de Mesquite Flat son muy fácilmente accesibles. A pie de carretera, en la Hwy 190, hay una zona de aparcamiento. Nada más bajar del coche ya se ven las dunas, así que apenas se requiere ningún esfuerzo para contemplar las vistas.
Aunque las comparaciones son odiosas, es obvio que la escala de estas dunas no es gran cosa comparadas con las de otros desiertos, como por ejemplo el Sahara. Pero aún así bien merecen una breve parada, especialmente si nunca habéis visto nada parecido antes.
Badwater Basin
Nos dirigimos a Badwater, situado a 85,5 metros bajo el nivel del mar, lo que hace que sea el punto más bajo de toda Norteamérica.
La escasa agua que llega hasta aquí se evapora formando una gruesa capa de sal blanca en la superficie.
Un largo sendero blanquecino conduce hacia la enorme explanada de sal blanca que se extiende un poco más allá.
El reflejo del sol en la superficie blanca es totalmente cegador. Este parece un buen momento para ponerse las gafas de sol. Tampoco está de más hacer caso de las advertencias y evitar este lugar durante las horas centrales del día.
Nuevamente debemos acortar nuestra visita y no nos acercamos hasta el final del camino para explorar un poco más. Nos tenemos que conformar con quedarnos en este tramo más pisoteado donde la sal tiene un tono más bien grisáceo, como la nieve sucia.
Artist’s Palette
El sol está cada vez más bajo y no queremos perdernos la puesta de sol en Artist’s Palette, porque hemos leído y visto fotos sobre el lugar y dicen que allí los atardeceres son espectaculares. Así que con el coche empezamos a recorrer la carretera de sentido único llamada Artist’s Drive, que nos llevará hasta allí.
Hay otro mirador que también ofrece unas vistas impresionantes: Zabriskie Point. Los amaneceres y atardeceres desde allí también tienen fama por su belleza. Sin embargo no podemos ir a los dos, así que elegimos Artist’s Palette, que nos queda más cerca de Badwater.
Y es aquí cuando las prisas nos juegan una mala pasada. El sol ya se está poniendo y corremos el riesgo de quedarnos a medio camino si seguimos circulando. Viendo que es imposible llegar a Artist’s Palette a tiempo nos empezamos a desesperar un poco. ¡No queremos perdernos la puesta de sol!
Entonces vemos varios coches aparcados junto a la carretera y un grupo considerable de gente subiendo a un terraplén desde el que se tienen unas vistas bastante buenas del Valle de la Muerte y las montañas que lo rodean.
Las vistas son bonitas, aunque nada comparable a las que hay en Artist’s Palette. Pero no nos queda más remedio que pararnos aquí. Desde luego la puesta de sol es preciosa, tiñendo las rocas de un color rojo intenso.
Una increíble puesta de sol
Cuando el sol ya se ha escondido tras las montañas decidimos marcharnos porque aún nos queda un buen trecho de carretera hasta llegar a Beatty, la población donde vamos a pasar la noche, y preferimos no conducir de noche por aquí.
Al poco rato nos topamos con Artist’s Palette, que ya está vacío puesto que el sol ya no luce. Aún así, es fácil comprender por qué es tan famoso este lugar, ya que las múltiples tonalidades de colores de las rocas (amarillas, naranjas, rojas e incluso verdes) permiten imaginar lo hermoso que tiene que ser el paisaje con el cálido sol del atardecer reflejándose en ellas.
Por suerte, el cielo sigue siendo hermoso y nos brinda una bonita imagen final, teñido de rosa y púrpura, antes de que oscurezca del todo.
Nuestro alojamiento
Ya es noche cerrada cuando llegamos a Beatty, en el estado de Nevada. Esta pequeña población está a menos de 50 km del centro de Death Valley National Park. Allí nos alojamos en el Exchange Club Motel. Ofrece unas habitaciones muy grandes y limpias por un precio muy razonable. Eso sí, la decoración está bastante anticuada. Aunque en este lugar en mitad de la nada tampoco es de extrañar.
Decidimos alojarnos aquí porque así estamos más cerca de la ciudad de Las Vegas. Dentro del propio parque es posible encontrar alojamiento, pero esta opción nos pareció la más conveniente para nosotros.
A la mañana siguiente vamos a madrugar bastante para llegar temprano a Las Vegas, la siguiente parada en nuestro road trip.
[…] nosotros llegamos a Las Vegas procedentes de Death Valley National Park. La entrada a la ciudad no podría ser más espectacular. Después de kilómetros y kilómetros del […]