Comillas fue el punto de inicio de nuestra ruta de 15 días por Cantabria y Asturias. Cuenta con una bonita playa, un casco antiguo muy bien conservado y joyas arquitectónicas como el famoso Capricho de Gaudí o el Palacio de Sobrellano. En nuestra opinión, Comillas es una de las poblaciones más bonitas de la costa cántabra, como así lo demuestra el hecho de que fuera declarada Conjunto Histórico en 1985. Su relevancia histórica, artística y arquitectónica hacen que sea una visita recomendable al cien por cien.
Nosotros llegamos directamente en coche desde Barcelona y nos alojamos en el Camping Comillas, a la entrada de la población. En Comillas hay una gran oferta de alojamiento entre la que elegir, pero al tratarse de una población muy turística, en verano los precios pueden ser bastante elevados. Este camping resultó ser una gran elección. Su excelente ubicación nos permitió acercarnos a pie al centro histórico de Comillas. Así evitamos los quebraderos de cabeza que a veces puede suponer encontrar aparcamiento. Para los que lleguéis en coche, encontraréis amplias zonas de parking frente a la playa, junto al polideportivo municipal o en las inmediaciones del cementerio, aunque la mayoría son zona azul y os tocará apoquinar.
El legado modernista en Comillas
Uno de los principales atractivos de Comillas es su arquitectura modernista. A pesar de sus orígenes como pueblo de pescadores, en el siglo XIX esta población experimentó una verdadera transformación tanto económica como social, algo que dejó una huella indeleble en su arquitectura. Todo se debe a Antonio López y López, quien, como tantos otros cántabros, emigró a Cuba y regresó a su población natal tras hacer fortuna en las Américas. Gracias a sus negocios, Antonio López trabó amistad con el rey Alfonso XII, quien a su vez lo nombró primer Marqués de Comillas en 1878 como recompensa por la ayuda prestada durante la Guerra de Cuba.
El Marqués de Comillas mandó edificar un magnífico palacio de estilo neogótico digno de su título, del cual os contaremos más cosas un poco más abajo. Para la construcción del palacio, así como de otras joyas arquitectónicas de Comillas, el marqués contó con algunos de los mejores arquitectos y artistas catalanes de la época, tales como Antonio Gaudí, Joan Martorell o Lluís Domènech i Montaner. Estos dejaron su sello modernista en numerosas edificaciones. Tanto Antonio López como algunos de sus familiares se convirtieron en los mecenas que permitieron que esta modesta población se convirtiera en una de las principales maravillas arquitectónicas del país.
El mirador de Santa Lucía
Comenzamos nuestro paseo por Comillas dirigiéndonos al mirador de Santa Lucía. Desde allí tenemos unas vistas excelentes de la playa y del puerto pesquero. Aunque hoy en día la actividad pesquera es escasa, entre los siglos XVI y XVIII Comillas fue el puerto ballenero más importante de Cantabria. Precisamente en el punto en el que se encuentra este mirador se levanta la pequeña ermita de Santa Lucía. A esta virgen se encomendaban los pescadores antes de salir a la mar a la caza de ballenas. A unos metros de la ermita, un pequeño faro señala el lugar donde se alzaba una atalaya desde la que se avistaban las ballenas que se acercaban a la costa.
Junto al mirador vemos el primer ejemplo de arquitectura modernista de nuestro recorrido por Comillas. Se trata de la Puerta de Moro o Puerta de los Pájaros. Esta puerta pertenece a la Casa de Moro, una espectacular vivienda de estilo indiano. La puerta sigue un diseño de Antonio Gaudí, fácilmente reconocible por sus formas redondeadas y el uso de fragmentos de piedra. Se trata de un acceso que cuenta con tres huecos: uno para coches, otro para personas y, por último, uno más pequeño y redondo para los pájaros.
El corazón medieval de Comillas
Continuamos nuestro paseo en dirección al casco histórico de Comillas, en cuyo centro se encuentra la Plaza de la Constitución. Por el camino hacemos una breve parada en otra bonita plaza, la del Corro de San Pedro. Además de la Fuente de la Farola, situada en el centro de la plaza, destaca la Casa Cueto, construida en 1724. Esta es una de las numerosas casonas y mansiones que tendremos ocasión de ver en pleno centro histórico de Comillas.
Callejeando un poco más, llegamos finalmente a la Plaza de la Constitución, de origen medieval. Se encuentra rodeada de viviendas tradicionales con preciosos balcones de madera y miradores acristalados. El edificio del Ayuntamiento Antiguo, que data de 1780, se encuentra al final de la plaza. A su lado se alza la iglesia de San Cristóbal. Su construcción comenzó en 1648 y se alargó hasta 1831. Fueron los mismos vecinos de Comillas los que la financiaron de su propio bolsillo y, además, trabajaron en las obras de edificación, algo que seguramente explica que su finalización se demorara tanto.
Las plazas más bonitas de Comillas
Rodeando la iglesia vamos a parar a Corro Campíos, el principal punto de encuentro de Comillas. Antiguamente, aquí se jugaba a los bolos y se celebraban las fiestas y los bailes populares. Hoy en día es un buen lugar en el que sentarse a tomar algo en la terraza de un bar o descansar un rato a la sombra de unos preciosos castaños centenarios.
De Corro Campíos pasamos a la que quizá sea la plaza más bonita de la ciudad. Se trata de la plaza Joaquín del Piélago, aunque es más conocida por el nombre del monumento situado en su centro: la Fuente de los Tres Caños. La fuente es obra de Lluís Domènech i Montaner y data de 1899. El Ayuntamiento de Comillas encargó su construcción a modo de homenaje a Joaquín del Piélago, que fue yerno del Marqués de Comillas.
Precisamente en esta plaza se encuentra el Ayuntamiento Nuevo. En uno de sus laterales (el del lado opuesto a la Fuente de los Tres Caños) tenéis la Oficina de Turismo, por si necesitáis cualquier tipo de información o un plano de Comillas.
Algunos ejemplos de la arquitectura más bonita de Comillas
Es en los alrededores de la animada plaza de la Fuente de los Tres Caños donde encontramos algunos de los ejemplos más bonitos de la arquitectura tradicional comillana. En la calle de los Arzobispos hay un buen número de edificios históricos perfectamente conservados.
Por otro lado, en una de las esquinas de la plaza tenemos la preciosa Casa Ocejo. Se trata de una casona de estilo indiano que el Marqués de Comillas compró como vivienda para su madre. Fue en esta casa donde se alojó en mismísimo rey Alfonso XII durante su visita a Comillas en 1881, así como en ocasiones posteriores.
Callejeamos un poco más por las calles más céntricas y, a continuación, nos dirigimos a una de las visitas imprescindibles para cualquiera que visite Comillas: El Capricho de Gaudí.
El Capricho de Gaudí
Gaudí es el artífice de esta joya modernista, construida entre 1883 y 1885. Es una de las pocas obras que el arquitecto llevó a cabo fuera de Catalunya (las otras dos son el Palacio Episcopal de Astorga y la Casa Botines en León). Aunque este palacete se conoce popularmente con el nombre de El Capricho, su nombre real es Villa Quijano y fue su propietario, Máximo Díaz de Quijano, el que permitió a Gaudí dar rienda suelta a su creatividad. Díaz de Quijano estaba emparentado con el Marqués de Comillas (eran concuñados), algo que explica que El Capricho se construyera al lado del Palacio de Sobrellano, propiedad de Antonio López.
El exterior de la finca es una verdadera maravilla. Predomina el ladrillo visto, pero intercalado con unos bonitos azulejos decorados con girasoles. Lo más llamativo de la casa es sin duda la torre situada sobre el pórtico de entrada, que se puede admirar más de cerca desde la terraza del piso superior. También destacan el invernadero, las vidrieras de algunas de las ventanas o el precioso artesonado de madera del techo, entre otros muchos detalles. Los jardines tampoco tienen desperdicio, especialmente cuando las hortensias están en flor.
Para organizar vuestra visita al Capricho de Gaudí (que se puede realizar por libre), aquí tenéis el enlace a la web oficial para consultar precios y horarios actualizados.
El Palacio de Sobrellano
Otro edificio de gran relevancia arquitectónica que vale la pena visitar en Comillas es el Palacio de Sobrellano. Antonio López mandó su construcción para que fuera su residencia de verano, aunque terminó muriendo sin llegar a verlo completado. Sus restos reposan en el panteón familiar, situado en la misma finca.
El palacio es de estilo neogótico y se puede realizar una visita guiada del interior. El arquitecto encargado del diseño (tanto del palacio como de la capilla-panteón adyacente) fue Joan Martorell. Sin duda se trata de una obra digna del Marqués de Comillas, que además de veranear en ella también tenía en mente recibir aquí al rey Alfonso XII durante sus visitas. La decoración interior del palacio es magnífica, destacando las pinturas murales, las maderas nobles y las vidrieras.
Durante nuestra visita, la capilla-panteón estaba en obras y fue una lástima que no pudiéramos echarle un vistazo. Para los interesados, aquí tenéis el enlace a la web con toda la información práctica necesaria para organizar vuestra visita.
El Seminario Pontificio
Esta obra del arquitecto Lluís Domènech i Montaner (aunque inicialmente proyectada por Joan Martorell) es otra de las joyas arquitectónicas de Comillas. El enorme edificio del Seminario Mayor de la Universidad Pontificia se encuentra en lo alto de una pequeña colina y desde el Palacio de Sobrellano se tienen unas vistas estupendas de todo el complejo. Como no podía ser de otra forma, el Marqués de Comillas se encuentra detrás de su construcción. Fue él quien tuvo la idea de edificar un Seminario de Pobres (que años más tarde se convertiría en Universidad Pontificia), aunque finalmente fue su hijo (el II Marqués de Comillas) quien se encargó de llevar adelante el proyecto tras su muerte.
El Seminario Mayor se inauguró en 1892. El exterior es de estilo gótico-mudéjar, mientras que el interior cuenta con el toque modernista que le aportó Domènech i Montaner. Se realizan visitas guiadas, sobre las que podéis consultar precios y horarios aquí. Lamentablemente, nos quedamos sin tiempo y tuvimos que prescindir de la visita, pero estamos seguros de que merece totalmente la pena.
Terminando la visita a Comillas
Para completar la visita a Comillas os podéis acercar hasta el cementerio de San Cristóbal. En él destacan los restos de una antigua iglesia gótica y una escultura de Josep Llimona llamada el Ángel Exterminador. Muy cerca de él se encuentra el Parque Güell y Martos, que ofrece unas bonitas vistas al mar y en que se localiza el Monumento al Marqués de Comillas, obra de Domènech i Montaner. Justo enfrente de la entrada del parque podréis contemplar la preciosa Casa del Duque de Almodóvar del Río, de estilo inglés. No se puede visitar, pero sí que podréis echar un vistazo desde la verja de la entrada.
Esperamos que toda la información sobre Comillas que hemos compartido con vosotros os anime a visitar esta preciosa e interesante población cántabra.