Cerdeña cuenta con numerosos vestigios de la época nurágica. Los más representativos son los nuraghi y las tombe dei giganti, algunos de los cuales se encuentran en un estado de conservación excelente. El mejor ejemplo de nuraghe es Su Nuraxi, en la población de Barumini, sobre el cual ya os hablamos en este otro post. No obstante, su localización al sur de la isla hace que muchos viajeros no tengan ocasión de visitarlo. Pero no pasa nada: aquellos que solo vayais a recorrer el norte de Cerdeña estáis de suerte, porque en la población de Arzachena, en plena Costa Esmeralda, hay un conjunto arqueológico de lo más interesante. Aunque se compone de un total de siete monumentos repartidos por la zona, hay dos que destacan especialmente: la tomba dei giganti de Coddu Vecchiu y el nuraghe de La Prisgiona.
El conjunto arqueológico de Arzachena
Los aficionados a la arqueología tienen en Arzachena un total de siete interesantes lugares que visitar. Son el complejo nurágico La Prisgiona, la necrópolis de Li Muri, el nuraghe Albucciu, el templo de Malchittu, la tomba dei giganti Moru, la tomba dei giganti Coddu Vecchiu y la tomba dei giganti Li Lolghi.
Se pueden visitar todos ellos o solo una parte, según los intereses de cada cual. El precio de la entrada si se elige solo un monumento es de 4,00€, mientras que el total de los siete asciende a 20,00€. Cuantos más monumentos, más económico sale. Nosotros elegimos solo dos monumentos y la entrada nos costó 7,00€ por persona. Las entradas las podéis adquirir en cualquiera de las taquillas que hay junto a cada uno de los monumentos. Aquí tenéis toda la información necesaria.
Tomba dei giganti Coddu Vecchiu
La tumba de gigantes de Coddu Vecchiu (también llamada Coddu Ecchju) es una de las mejor conservadas de Cerdeña. Como el resto de construcciones de este tipo, se trata de una tumba colectiva de la época nurágica. Si recibe el nombre de tumba de gigantes se debe a sus grandes dimensiones. Se cree que en este sepulcro colectivo eran enterrados los habitantes del cercano nuraghe de la Prisgiona, que visitaremos luego.
El conjunto se compone de un corredor central cubierto por unas losas de piedra, mientras que la parte frontal está formada por una gran losa central de granito de 4 metros de altura y una serie de losas más pequeñas a ambos lados dispuestas en forma de semicírculo. La losa central tiene una pequeña abertura en la base desde la que se puede ver el interior del sepulcro. Por este orificio era por donde los familiares de los muertos hacían sus ofrendas a los difuntos.
La visita a Coddu Vecchiu es breve pero interesante. Como tiene una estrecha relación con el nuraghe de La Prisgiona, hemos optado por visitarlo también y así tener una mejor visión de conjunto.
Complejo nurágico La Prisgiona
Este nuraghe se encuentra muy cerca de Coddu Vecchiu. Incluso hay un sendero de aproximadamente 1 km que une ambos lugares, para aquellos que tengan ganas de estirar las piernas. En caso contrario, se puede llegar en coche y dejar el vehículo en la zona de aparcamiento.
El complejo arqueológico de La Prisgiona se compone del nuraghe y de las chozas de la aldea que se extiende a su alrededor. El nuraghe consta de una gran torre central y dos torres más pequeñas a ambos lados de esta que forman parte del bastión o muralla. La estructura nos resulta bastante familiar después de haber visitado Su Nuraxi di Barumini, aunque las proporciones de este nuraghe son muy inferiores.
En cuanto al poblado, se compone de varias chozas circulares de piedra. Una de ellas servía de lugar para reuniones, mientras otras eran destinadas a las distintas actividades de los artesanos de la aldea. La Prisgiona estuvo habitado durante un largo periodo de tiempo (del siglo XIV a.C. hasta el siglo VIII a.C.), llegando incluso a revivir durante un breve período de tiempo durante la época romana.
La visita a La Prisgiona, aunque más larga que la de Coddu Vecchiu, tampoco nos lleva demasiado tiempo. Ambas son lo suficientemente interesantes como para merecer que se les dedique algo de tiempo si se está por la zona.