Nuestro viaje de 26 días por Nueva Zelanda nos permitió descubrir rincones poco visitados por el turismo extranjero. A cambio, dejamos de lado otros muy famosos y que se incluyen en todas las rutas por el país. Esto nos sucedió el día que fuimos a visitar el manantial Blue Spring Putaruru. Después de haber estado en Karangahake Gorge, en la península de Coromandel, nos dirigimos hacia Rotorua. En este punto del viaje la mayoría de turistas aprovechan para hacer la visita de rigor a Hobbiton, el set de rodaje de El Señor de los Anillos. Se encuentra a las afueras de la población de Matamata y pilla de paso para ir de Auckland (o la península de Coromandel) a Rotorua, otro destino que tampoco falta en ninguna visita a la isla norte.
A muchos les parecerá un sacrilegio viajar a Nueva Zelanda y no ir a ver Hobbiton, pero no nos arrepentimos de nuestra decisión. Para empezar, no somos superfans de El Señor de los Anillos. Hemos leído los libros y visto las películas, y nos gustaron, pero ya está. Por otro lado, el precio de las entradas a Hobbiton (la más económica cuesta la friolera de 89$ por persona) nos echó rápidamente para atrás. Si el precio no fuera tan elevado seguramente hubiéramos hecho la visita. Al fin y al cabo, hemos visto fotos y videos del lugar y es realmente bonito. Aunque nosotros no lo vistamos, seguramente vosotros sí estéis interesados en hacerlo, así que aquí os dejamos en enlace a la web de Hobbiton con toda la información para reservar vuestras entradas.
Tirau y sus edificios con forma de animal
Tanto Matamata como Tirau, población en la sí paramos brevemente, se encuentran junto a la State Highway 27. En Tirau entramos en el i-SITE a pedir indicaciones para llegar a Blue Spring Putaruru. Esta oficina de información turística no tiene pérdida y la veréis desde lejos Tiene forma de perro y está hecha de metal corrugado, igual que la tienda de regalos que hay justo al lado, esta con forma de oveja y de carnero. En el i-SITE nos dan un folleto con algo de información sobre Blue Springs Putaruru y las instrucciones necesarias para llegar hasta allí.
Cómo llegar a Blue Spring Putaruru
El acceso principal se encuentra en Whites Road (SH28), una carretera que une la SH1 y la SH5 delimitando una especie de triángulo en uno de cuyos vértices está Tirau. El camino que lleva hasta el manatial Blue Spring Putaruru se llama Te Waihou Walkway. Así lo encontraréis señalizado en Google Maps y en los letreros de la carretera. Un sendero mayormente llano os llevará hasta el manantial propiamente dicho. El camino va pegado al río Waihou y buena parte del recorrido lo haréis por unas pasarelas de madera. La distancia total es de 4,7 km y os llevará unas 3 horas entre la ida y la vuelta.
Si vais algo escasos de tiempo podéis optar por hacer una versión reducida de la excursión, que fue lo que hicimos nosotros. Para ello, en vez de dejar el coche en el aparcamiento de Whites Road, dirigíos al punto final de Te Waihou Walkway, en Leslie Road. Allí hay otra zona de aparcamiento habilitada, aunque más pequeña que la principal. El acceso a Leslie Road se encuentra a unos 300 metros del aparcamiento de Whites Road, no tiene pérdida.
Como el manantial propiamente dicho se encuentra más cerca de este extremo del sendero, es la mejor opción si no disponéis de mucho tiempo o no queréis caminar tanto. El sendero pasa por terrenos particulares, así que si encontráis alguna verja cerrada, dejadla tal como la habéis encontrado después de cruzar.
Blue Spring Putaruru: el agua más pura de Nueva Zelanda
Poco después de comenzar a caminar cruzaréis el río por un puente desde el que podréis echar el primer vistazo a las increíbles aguas de Blue Spring Putaruru. Aún no hemos llegado al manantial, pero ya podemos maravillarnos con la pureza del agua. Es la más transparente que hemos visto nunca. Tanto, que a veces cuesta diferenciar si lo que estamos viendo se encuentra sumergido en el agua o en la superficie. El verde de la vegetación acuática contrasta con el azul puro del agua. Es sencillamente maravilloso.
Un poco más adelante encontramos unos árboles que nos llaman enseguida la atención. Se trata de unas hermosas secuoyas, plantadas hace ya algunos años a juzgar por su tamaño. La comunidad de Putaruru se ocupa del mantenimiento del lugar y han ido plantando árboles para restaurar y mantener la belleza de este rincón.
Un paisaje único
Una vez llegamos al manantial, dedicamos un rato a admirar las vistas. Unas escaleras llevan a un mirador elevado, que ofrece una perspectiva general del lugar. Desde aquí se aprecia incluso mejor la pureza del agua. No es de extrañar, ya que tarda entre 50 y 100 años en filtrarse desde las colinas cercanas hasta aquí. Todas las impurezas naturales se filtran mientras avanza a través de los acuíferos subterráneos, de manera que al surgir a la superficie el agua está completamente purificada.
Hay una fuente en la que podéis rellenar vuestras botellas. Casi el 70% del agua embotellada de Nueva Zelanda procede de este manantial, por eso es tan importante mantenerlo limpio y puro. Hace años se permitía el baño en el río, pero debido a la degradación que estaba sufriendo se termino prohibiendo.
Aunque hay más gente visitando el lugar, hay mucho silencio y se oyen muchos pájaros. El paisaje de alrededor también es muy bonito, todo lleno de colinas verdes. Es una lástima que por falta de tiempo no podamos recorrer el sendero por completo, pero lo que hemos visto nos ha encantado. Blue Spring Putaruru, al estar de paso hacia Rotorua, es un buen sitio para hacer una parada rápida y estirar las piernas. ¡El paisaje merece totalmente la pena!
Que sorpresa de blog y de post. Enhorabuena!
Por cierto ¿Cuanto tiempo os llevó la visita reducida?
Saludos
¡Hola Gonzalo! Muchas gracias, nos alegra mucho que te haya gustado. Sobre la visita reducida, calcula aproximadamente unos 20 minutos para la ida y otros tantos para la vuelta. Un saludo.
Muchas gracias por la información. Como decía, se agradece encontrar destinos no habituales (casi siempre parece el mismo contenido reescrito). Me apunto Oamaru. 😉
Por ejemplo, a nosotros que nos gusta mucho el arte contemporáneo, hemos tenido la suerte de conseguir entradas para visitar Gibbs Farm. Solo abren un par de días al mes y las entradas no son baratas. Lo recaudado se dedica a proyectos de mecenazgo.
Esta visita nos hará recorrer más kilómetros de los previstos (ya que nos hace deshacer camino, para luego volver a recorrerlo una tercera vez más), pero estoy seguro de que merecerá la pena.
Saludos!
Cuando es para visitar algo que nos gusta de verdad, ¡no importan los kilómetros extra! Solo se vive una vez y siempre hay que aprovechar las oportunidades que se presentan. Saludos.
Las Blue Springs son preciosas, ¡una bonita parada que no lleva mucho tiempo! Pero atención viajeros, actualmente están cerradas al público (por temas de seguridad en el camino) así que chequead antes de ir 🙂
¡Muchas gracias por aportar este dato tan importante! Esperemos que reabran cuanto antes para que todo el mundo tenga la oportunidad de disfrutar de este rincón tan bonito de Nueva Zelanda. Un saludo.