A tan solo 17 kilómetros de Sassari se encuentra la pequeña basílica de la Santísima Trinidad de Saccargia, una joya del románico y uno de los mejores ejemplos de este estilo arquitectónico que se conservan en Cerdeña. Pertenece a la población de Codrongianos (que también visitaremos) y es muy fácil de localizar, ya que su campanario es bien visible desde la carretera SS597. Aunque la iglesia románica más grande de Cerdeña está en Porto Torres, nos atrevemos a afirmar que la basílica de Saccargia es la más bonita.
Una joya en blanco y negro
La basílica de Saccargia data del siglo XII y fue consagrada en el año 1116. Aunque del monasterio de la Orden de los Camaldulenses del que formaba parte tan solo quedan algunas ruinas, la basílica se conserva en perfectas condiciones tras una minuciosa restauración.
Se construyó alternando capas de piedra caliza y basalto, lo que da lugar a un bonito exterior en blanco y negro. Su aspecto enseguida nos recuerda a algunas de las bonitas iglesias que tuvimos ocasión de ver durante el viaje que hicimos por la Toscana. Es normal, ya que se construyó en estilo románico pisano, una de cuyas principales características es precisamente la bicromía, es decir, ir alternando franjas de color claro con otras más oscuras.
La parte que más nos gusta es el bonito pórtico de la entrada, con los capiteles de las columnas decorados con pequeñas figuras de animales.
El interior de la basílica de Saccargia
Para acceder al interior de la basílica hay que pagar 3,00€ por persona (niños menores de 6 años gratis). El precio de la entrada incluye también la visita a la casa de la Beata Elisabetta Sanna y al museo de Codrongianos.
El interior destaca por esa sobriedad tan típica del románico. Las paredes son de piedra vista, sin decoraciones de ningún tipo, y las ventanas son pequeñas, alargadas y estrechas. La basílica de Saccargia está compuesta por una única nave y tres ábsides.
El ábside central está decorado con un bonito fresco de estilo bizantino. Las imágenes representadas en él se dividen en tres franjas: en la superior está Cristo dando la bendición; en la central aparecen los apóstoles y la Virgen; en la inferior hay escenas como la Última Cena o la Crucifixión. Una estatua de una Virgen de madera, protegida dentro de una urna de cristal en el centro del presbiterio, es venerada como Nuestra Señora de la Santísima Trinidad.
Una breve visita a Codrongianos
Tras la visita a la basílica de Saccargia decidimos acercarnos hasta la pequeña población de Codrongianos, a tan solo un par de kilómetros de allí. El cielo está muy nublado y ha empezado a lloviznar, pero nos apetece dar un paseo por las tranquilas calles del pueblo.
Aparcamos junto a la bonita iglesia de San Paolo, en uno de los extremos del pueblo. Está cerrada, así que nos limitamos a echar un vistazo a su exterior. Su aspecto actual se debe a la reforma realizada en el siglo XVIII, aunque su origen es muy anterior.
En Codrongianos se encuentran el museo Ce.Do.C y la casa de la Beata Elisabetta Sanna. Ambas visitas se incluyen con la entrada a la basílica, pero la verdad es que prescindimos de ambas. No nos interesa ver la casa donde nació Elisabetta Sanna en 1788, ya que ni siquiera habíamos oído hablar de ella hasta ahora. El museo, que incluye una pinacoteca y dos secciones dedicadas a la arqueología y la historia locales, sí que parece más interesante. Sin embargo, no llegamos a localizarlo porque apenas hemos dado unos pasos comienza a llover de verdad y corremos a refugiarnos en el coche.
Hemos podido comprobar que el casco antiguo de Codrongianos es muy tranquilo. No hemos visto ni a un alma por la calle y todo está en silencio. No es un lugar turístico, sino un ejemplo perfecto de lo que es la vida en la campiña sarda, en la que el tiempo parece ir más despacio y no se han perdido tradiciones tan bonitas como la de sentarse a la fresca en la puerta de casa.
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