Avilés

Avilés

Las tres ciudades más importantes de Asturias, en cuanto a población y actividad económica, son Oviedo, Gijón y Avilés. Sobre Gijón ya os hablamos en este otro post. Aunque nos gustó, no nos pareció tan interesante como Oviedo y Avilés. En cambio, estas dos últimas nos gustaron mucho y los cascos históricos de ambas nos parecieron preciosos. A Oviedo le dedicaremos un post en exclusiva, como no podía ser menos. En este nos vamos a centrar en Avilés y todos los bonitos rincones que esconde, que no son pocos.

Avilés
Ayuntamiento de Avilés
Plaza Domingo Álvarez Acebal
Avilés

Un poco de historia antes de empezar

Avilés se sitúa junto a la ría del mismo nombre, un hecho que contribuyó al desarrollo industrial de la ciudad gracias a su puerto, el segundo más importante de Asturias después del de Gijón. Pero fue en la Edad Media, mucho antes de este auge industrial (especialmente relevante durante el siglo XX), cuando Avilés se convirtió en un importante centro de comercio para toda la región atlántica, en parte gracias a su almacén de sal.

Iglesia vieja de Sabugo
Calle San Francisco

Fue en el siglo XVI cuando comenzaron los intercambios comerciales con América, que hasta entonces habían estado monopolizados por la ciudad de Sevilla. Como dato curioso, cabe señalar que fue precisamente un ciudadano de Avilés, Pedro Menéndez, quien fundó en 1565 la primera ciudad de lo que hoy en día son los Estados Unidos, San Agustín de la Florida, más conocida por su nombre actual: St. Augustine.

Iglesia de San Nicolás de Bari
Calle Galiana

A medida que la ciudad crecía y aumentaba su riqueza, fue desarrollándose urbanísticamente. Ya en el siglo XIII se construyeron las murallas. Dentro del recinto amurallado destacaban tres calles principales: Sol, Ferrería y Fruta. Era la zona de los comerciantes y artesanos. En cambio, fuera de las murallas se originaron los barrios de Rivero y de Sabugo, donde vivían los pescadores y marineros.

Calle Rui Pérez
Plaza del Carbayedo
Calle Estación

El auge y el declive de Avilés

En los siglos XVIII y XIX la situación de Avilés había empeorado notablemente. Hubo una época de mucha hambruna, y la pobreza generalizada hizo que muchos jóvenes optaran por marcharse a América en busca de fortuna. Cuba fue el destino elegido por la mayoría de ellos. Estos indianos, muchos de los cuales regresaron a casa convertidos en hombres ricos, invirtieron sus ganancias en el desarrollo industrial de la ciudad, que vivió su mejor época a finales del siglo XIX y principios del XX.

Calle Galiana
Palacio de Balsera
Calle Carreño Miranda

Durante la década de 1950, el crecimiento de la industria de Avilés parecía imparable. La población creció mucho, pero también lo hizo la contaminación, que en los años 80 le otorgó el dudoso mérito de ser la ciudad más contaminada de Europa. Fue también es esta época cuando comenzó el declive industrial y una grave crisis económica. Por suerte, el patrimonio histórico y arquitectónico del casco antiguo de Avilés ha llegado hasta nuestros días y es hoy, gracias al turismo, una nueva fuente de riqueza.

Plaza de los Hermanos Orbón o Les Aceñes
Casa de Arias de la Noceda

La villa medieval de Avilés

Confinada dentro de las murallas de la ciudad, Avilés comenzó a crecer en torno a las calles de la Ferrería y de la Fruta. Muchos de los edificios originales de la Edad Media quedaron destruidos por un gran incendio en 1478, aunque afortunadamente los que eran de piedra pudieron sobrevivir. Entre los edificios más monumentales de esta zona de Avilés destacan dos palacios: el de Camposagrado, del siglo XVII, y el de Valdecarzana, del siglo XIV, que también es conocido como Casa de las Baragañas. En la plaza de Carlos Lobo se encuentra la bonita iglesia de los Padres Franciscanos, cuyo origen se remonta al siglo XIII.

Calle Bances Candamo
Iglesia de los Padres Franciscanos

El ensanche de Avilés

Cuando en el siglo XVI la ciudad se estaba quedando sin espacio en el interior de las murallas, no quedó más remedio que expandirse fuera de sus muros. Así nacieron la Plaza Mayor y los barrios de Rivero, Galiana y Carbayedo, donde más tarde se desarrollaría el urbanismo barroco de Avilés.

Calle Rivero
Avilés
Calle Galiana

Comenzamos nuestro paseo por esta parte de Avilés por el barrio del Rivero. Lo componen las calles Rivero, Palacio Valdés y Llano Ponte. En la calle Palacio Valdés destaca el Teatro Palacio Valdés, obra del arquitecto Manuel del Busto e inaugurado en 1920. Tanto el teatro como la calle se bautizaron en honor a Armando Palacio Valdés, escritor que vivió en Avilés y una de cuyas obras más importantes, Marta y María, está ambientada en esta ciudad, de ahí el reconocimiento a la figura de su autor.

Teatro Palacio Valdés
Teatro Palacio Valdés

Por su parte, en la calle Rivero destacan los edificios con soportales de los siglos XVII y XVIII. Uno de los más significativos es el Palacio de los Llano Ponte, también conocido como Casa de García Pumarino.

Casa de García Pumarino o Palacio de los Llano Ponte
Calle Galiana

Por la calle Rivero vamos a parar a la Plaza Mayor de Avilés, también llamada Plaza de España. Como se nos ha hecho la hora de comer, aprovechamos para sentarnos en la terraza de uno de los restaurantes que ocupan los soportales de la plaza. No pensábamos comer con vistas al palacio del Ayuntamiento, pero no dejamos pasar la oportunidad.

Plaza Mayor
Plaza Mayor

La Plaza Mayor data del siglo XVIII. Su trazado se diseñó en torno a tres palacios de estilo barroco: el del Ayuntamiento, el de Llano Ponte y el del Marqués de Ferrera, que en la actualidad es un hotel de 5 estrellas. Una buena parte de los edificios de la plaza cuentan con soportales, un estilo que gustó mucho y terminó adoptándose en otras partes de la ciudad.

Calle San Francisco
Palacio de Balsera

Desde la Plaza Mayor tomamos la calle San Francisco. Nos parece una de las más bonitas de Avilés gracias a los elegantes edificios que la bordean. La iglesia de San Nicolás de Bari se encuentra al final de la calle, en la agradable plaza Domingo Álvarez Acebal. También destaca, en una de las esquinas de la plaza, el Palacio de Balsera. Si tenéis ocasión de visitar la iglesia, no os perdáis su precioso claustro.

Iglesia de San Nicolás de Bari
Iglesia de San Nicolás de Bari
Iglesia de San Nicolás de Bari

La calle Galiana, quizá la más conocida de Avilés, es la arteria principal del barrio del mismo nombre. La encontraréis a continuación de la plaza Domingo Álvarez Acebal y es una verdadera joya. La calle es famosa por sus soportales, bajo los cuales se concentran un buen número de bares y restaurantes. También destaca la Casa de Arias de la Noceda, de estilo indiano. Llegando ya al final de la calle podéis visitar la Capilla del Ecce Homo, popularmente conocida como Jesusín de Galiana.

Calle Galiana
Avilés
Calle Galiana
Avilés
Calle Galiana

De allí pasamos a la Plaza del Carbayedo, que recibe este nombre por sus árboles más representativos, los carbayos o robles. Un tradicional hórreo asturiano es el centro de atención de la plaza.

Plaza del Carbayedo
Plaza del Carbayedo

El barrio de Sabugo

El antiguo barrio de pescadores de Avilés había permanecido fuera de las murallas de la ciudad y se comunicaba con ella a través de un par de puentes que sorteaban las marismas de los alrededores. En el siglo XIX se llevó a cabo una nueva expansión de la ciudad gracias a la Ley de Ensanche de 1864. Se procedió a la desecación de las marismas y las zonas pantanosas de esa zona, lo que proporcionó nuevos terrenos sobre los que edificar. El nacimiento de este nuevo barrio de Avilés, que creció alrededor del viejo núcleo original de Sabugo, tenía un carácter claramente burgués, algo que se puede apreciar todavía en los numerosos edificios que se conservan de esa época.

Calle de la Cámara
Calle Rui Pérez
Calle de la Cámara

Un buen ejemplo del ambiente burgués del nuevo barrio de Sabugo lo encontramos en el Parque del Muelle. Elegantemente diseñado como espacio de ocio para la alta burguesía de Avilés, no podía faltar el clásico quiosco de música en el que se celebraban conciertos y bailes para amenizar las veladas.

Parque del Muelle
Calle Galiana

Uno de los rincones más bonitos del barrio de Sabugo es la Plaza de los Hermanos Orbón o Les Aceñes, en cuyo interior se encuentra el mercado de Avilés. Todo el perímetro de la plaza está rodeado de edificios con galerías acristaladas y soportales levantados sobre columnas de hierro forjado.

Plaza de los Hermanos Orbón o Les Aceñes
Plaza de los Hermanos Orbón o Les Aceñes

Nos dirigimos a continuación hacia la iglesia de Santo Tomás de Canterbury, que ciertamente llama la atención gracias a sus dos torres. Su estilo supone un gran contraste con el de la iglesia vieja de Sabugo. Esta pequeña iglesia, situada en la Plaza del Carbayo, es del siglo XIII y de estilo románico. Cuando el aumento de la población hizo que se quedara sin espacio suficiente, se optó por construir la iglesia nueva bajo en mismo nombre.

Iglesia de Santo Tomás de Canterbury
Iglesia vieja de Sabugo

Mientras paseamos por el barrio de Sabugo nos topamos con una curiosa escultura en la calle Carreño Miranda. Se trata de Doña Eugenia Martínez Vallejo, apodada “La Monstrua”, que formó parte de la corte del rey Carlos II.

La Monstrua
La Monstrua

El Avilés más contemporáneo

Para terminar nuestra visita a Avilés nos acercamos a la ría para contemplar el famoso Centro Niemeyer, que se alza en la orilla opuesta. Es obra del arquitecto brasileño Oscar Niemeyer y se inauguró en el año 2011. Este centro cultural, que acoge exposiciones temporales, una colección permanente y todo tipo de actividades artísticas, cuenta con un auditorio, un edificio con forma de cúpula y una torre con un mirador con vistas a la ciudad. Para más información sobre horarios y precios, aquí tenéis el enlace a su página web.

Centro Niemeyer
Avilés
Centro Niemeyer

Podéis acceder al Centro Niemeyer a través de una pasarela peatonal conocida como La Grapa, que conecta con el Puente de San Sebastián y permite cruzar la ría de Avilés. La encontraréis en la Plaza de Santiago López, la antigua Plaza del Pescado. El edifico de la antigua Pescadería de Avilés, que databa de 1918, se cortó por la mitad para dar cabida a la pasarela.

Plaza de Santiago López

Nosotros no nos acercamos hasta el Centro Niemeyer, pero sí que subimos a la pasarela porque desde allí se tienen muy buenas vistas tanto de la ría como de esta bonita plaza. Aquí ponemos punto final a nuestra visita a Avilés, que nos ha parecido una ciudad preciosa y realmente interesante.

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