Comenzamos nuestra andadura por la Isla Sur de Nueva Zelanda. En anteriores posts os hemos ido contando todo lo que vimos e hicimos en la Isla Norte. Ahora llega el turno de su vecina del sur. Vamos a recorrerla en el sentido inverso a las agujas del reloj. El punto de inicio y final del recorrido será Picton, ya que en esta población es donde se encuentra la terminal de ferry de las distintas compañías que unen ambas islas. Tenemos un post dedicado al tema del ferry que podéis consultar aquí. Nuestro primer objetivo es visitar uno de los muchos parques nacionales repartidos a lo largo y ancho de la isla sur: Abel Tasman National Park.
Este parque nacional, situado en el extremo norte de la Isla Sur, destaca por sus playas de fina arena dorada y aguas de color turquesa. Un denso bosque se extiende más allá de la línea de costa, lo que contribuye aún más a la imagen de paraíso tropical asociada a este lugar.
Marahau: la puerta de entrada a Abel Tasman National Park
Como en todos los parques nacionales de Nueva Zelanda, el Department of Conservation es el encargado de su gestión y mantenimiento. Al ser un entorno protegido, el alojamiento dentro del propio parque es muy limitado (hay algunos campings y refugios) y es obligatorio reservar con antelación. A no ser que tengáis pensado dedicar varios días a recorrer el parque, lo más habitual es que os alojéis en alguna de las poblaciones que hay en los alrededores.
La que está más cerca de la entrada sur a Abel Tasman National Park es Marahau. Hay una gran oferta de alojamiento, para todos los gustos y todos los presupuestos. Aquí fue donde nos alojamos nosotros y os lo recomendamos totalmente por la gran proximidad al punto de inicio del Abel Tasman Coast Track, el principal sendero que recorre toda la costa del parque. Otra población cercana en la que también es frecuente alojarse es Kaiteriteri, al sur de Marahau.
Abel Tasman Coast Track
El principal aliciente de Abel Tasman National Park son sus playas. Para visitarlas hay que llegar a pie o por mar, una opción de la que os hablaremos en breve. En el caso de que exploréis el parque a pie, lo haréis recorriendo el sendero llamado Abel Tasman Coast Track. La distancia total del sendero (de Marahau, al sur, a Wainui, al norte) es de 51 km. Para recorrerlo en su totalidad se necesitan de 3 a 5 días. Si queréis hacerlo será necesario alojarse en algún camping o refugio de los varios que hay a lo largo del camino. Una opción bastante popular es hacer el recorrido entre Marahau y Totaranui, con un total de 38 km.
Si solo vais a dedicar un día o unas horas a recorrer el sendero, entonces lo mejor es elegir el tramo que más os interesa y centraros en él. Aquí tenéis un mapa y toda la información sobre los distintos tramos, con las distancias y el tiempo de recorrido entre unos y otros.
En nuestro caso, disponiendo solo de medio día que dedicar a Abel Tasman National Park, optamos por hacer una excursión corta. Recorrimos el tramo inicial del sendero desde Marahau hasta Apple Tree Bay. Fueron aproximadamente unos 10 km en total (5 km a la ida y otros tantos a la vuelta). El hecho de que hiciera mal tiempo y no luciera el sol hizo que no tuviéramos la mejor experiencia posible, pero aún así fue una excursión bonita que disfrutamos bastante.
A pie, en kayak o en water taxi: todas las opciones para recorrer Abel Tasman National Park
Para desplazaros por Abel Tasman National Park disponéis de varias opciones. La principal, evidentemente, es a pie. Pero al tratarse de un parque costero, el mar es otra opción muy habitual y recomendable. Varias empresas ofrecen un servicio de taxi acuático, con paradas en las principales playas del parque. No es barato, pero si tenéis poco tiempo es la mejor forma de llegar a puntos más alejados que de otra forma no daría tiempo de ver.
Es bastante habitual combinar el taxi acuático con una excursión a pie. Podéis hacer la ida a pie y volver en taxi, o a la inversa. Os dejamos aquí el enlace de una de las empresas que ofrecen este servicio y que estuvimos valorando a la hora de planificar nuestra visita a Abel Tasman National Park, aunque hay muchas más. La mayoría salen desde Marahau o Kaiteriteri, en internet hay mucha información al respecto.
También existe la posibilidad de alquilar un kayak. Con él se puede ir fácilmente de una playa a otra y se puede combinar con excursiones a pie. Encontraréis muchas empresas de alquiler, la mayoría en Marahau y Kaiteriteri. Podéis alquilar un kayak para ir por libre o hacer una ruta con guía, lo que vosotros queráis.
Excursión a Apple Tree Bay
Como ya hemos comentado, nosotros nos limitamos a realizar una excursión corta hasta Apple Tree Bay. Dejamos el coche en el amplio aparcamiento gratuito que hay al inicio del sendero y, tras atravesar el arco de bienvenida, echamos a andar.
El sendero es prácticamente llano, muy cómodo y fácil de recorrer. Atravesamos un bosque subtropical muy bonito. Todo está muy húmedo y verde y nos tomamos nuestro tiempo porque nos vamos fijando en todos los helechos, musgos y palmeras que encontramos a nuestro paso. Incluso tenemos la gran suerte de poder ver a varios wekas a pocos pasos de nosotros. Parecen estar bastante acostumbrados a los humanos, ya que no se asustan ante nuestra presencia.
Antes de llegar a Apple Tree Bay pasamos junto a otras dos playas: Tinline Bay y Coquille Bay. Aunque buena parte del sendero es a través del bosque, de vez en cuando hay tramos más despejados que ofrecen unas buenas vistas. Incluso hay bancos en los que sentarse un rato a descansar y a disfrutar del paisaje.
Después de estar un rato en Apple Tree Bay emprendemos el camino de vuelta. Hasta ahora ha hecho un tiempo desapacible, pero parece que el sol por fin despunta entre las nubes y hace acto de presencia. Parece mentira lo mucho que cambia Abel Tasman National Park cuando luce el sol, sin duda es mucho más bonito y se parece más a las fotos paradisíacas que hemos visto en las guías de viaje.
Mucho más que ver de camino a Abel Tasman National Park
De camino a Abel Tasman National Park hemos aprovechado para hacer varias visitas. Nuestro punto de partida es Picton, donde hemos desembarcado del ferry. Tenemos por delante unos 180 km de recorrido, así que vamos a intentar hacer la ruta lo más amena posible.
Picton: ciudad de paso obligado para los viajeros en ferry
En la ciudad de Picton tendremos ocasión de pernoctar antes de tomar el ferry de vuelta a la Isla Norte. Es una población bastante pequeña y un tanto anodina, pero cuenta con una ubicación privilegiada a orillas del Queen Charlotte Sound. Este estrecho brazo de mar forma parte de los llamados Marlborough Sounds, junto con los de Pelorus, Kenepuru y Mahau. Una de las grandes ventajas de llegar a la Isla Sur en ferry son las magníficas vistas a esta maravilla de la naturaleza.
En Picton podéis dar un paseo por High Street. Es la calle principal, con restaurantes, cafeterías y tiendas. Para descansar un rato podéis acercaros hasta el agradable Picton Memorial Park, con unas vistas preciosas. Allí se encuentra el i-SITE, donde os darán un mapa de la región. Si os interesa saber más sobre el pasado de Picton podéis visitar el Picton Heritage and Whaling Museum. También podéis acercaros hasta el Edwin Fox Museum, un museo en un antiguo barco de 1853.
Queen Charlotte Drive: una carretera con vistas
Para ir de Picton a Havelock, donde tenemos previsto parar a comer, optamos por tomar una bonita carretera escénica llamada Queen Charlotte Drive. Este antiguo camino de herradura, que no fue asfaltado hasta finales de la década de 1960, ofrece unas vistas panorámicas estupendas del Queen Charlotte Sound. Es una carretera con muchas curvas y puede hacerse un poco pesada, pero las vistas lo compensan. Incluso en un día lluvioso y con algo de niebla como el que nos hizo a nosotros merece la pena. Si preferís una ruta más rápida por una carretera principal podéis dar un rodeo por Blenheim, la capital de la región de Marlborough.
A lo largo de los 35 km de recorrido hacemos varias paradas para hacer fotos, incluso bajo la lluvia inclemente. En Okiwa Bay descubrimos unas casetas de pescadores de lo más fotogénicas. Sirven para guardar las embarcaciones y desde ellas hay unas bonitas vistas de la bahía.
Una parada en Havelock y Cullen Point Lookout
Poco antes de llegar a Havelock hacemos una parada en un mirador con vistas a Pelorus Sound y a esta pequeña población. Se trata de Cullen Point Lookout. Un sendero bastante embarrado repleto de arbustos de manuka floridos conduce hasta el mirador. Seguro que en un día despejado las vistas son de infarto. Incluso bajo la lluvia se aprecia la belleza del paisaje.
A quienes no parece importar estar mojándose es a las codornices californianas que nos encontramos en mitad del camino. Estas aves, fácilmente reconocibles por el gracioso plumero que lucen en su cabeza, no son nativas de Nueva Zelanda, pero a juzgar por lo tranquilas que están en nuestra presencia parece que se han adaptado de maravilla a este lugar.
Dejamos atrás el mirador y nos acercamos hasta Havelock. Esta pequeña población es la capital mundial del mejillón de labio verde, o por lo menos así lo proclama orgullosamente un letrero que da la bienvenida a los recién llegados. Nos parece una idea excelente aprovechar que estamos aquí para probar estos famosos mejillones, pero no va a poder ser porque hemos llegado demasiado tarde para la hora de la comida. No pasa nada, ya que tendremos ocasión de probarlos más adelante.
Desde Havelock ponemos rumbo a Marahau y Abel Tasman National Park, donde daremos por terminada esta primera etapa de nuestra ruta por la isla sur. Nuestro próximo destino es otro parque nacional, Nelson Lakes, sobre el que os contamos más en el siguiente post.
[…] decidimos darle una oportunidad. Como por la mañana optamos por acortar nuestra visita a Abel Tasman National Park a causa del mal tiempo, decidimos compensarlo con una visita a Nelson Lakes. Este parque nacional […]