¿Quién no ha visto alguna vez el Gran Cañón del Colorado en alguna foto o por televisión? Es una de las imágenes más conocidas del mundo. Uno de los lugares a los que mucha gente sueña con poder ir en alguna ocasión. Seguro que Grand Canyon National Park figura en la lista de «cosas que quiero ver antes de morir» de más de uno.
Y claro, cuando nos hemos creado unas expectativas tan grandes sobre un lugar en concreto, al verlo por fin con nuestros propios ojos nos podemos llevar una pequeña (o gran) decepción. Pero no creemos que eso sea posible cuando se trata del Gran Cañón.
Es tan imponente, tan magnífico e inabarcable, que te deja sin palabras cuando al fin lo contemplas de cerca. La grandeza de este lugar es indiscutible. A pesar de no ser ni el más extenso ni el más profundo del mundo, este cañón excavado durante milenios por el río Colorado no defrauda a nadie. Eso sí, no está de más seguir algunas recomendaciones para disfrutar al máximo de la experiencia.
Una visión global del Gran Cañón
Con una antigüedad de unos 2.000 millones de años, el Gran Cañón del Colorado se abre como una inmensa grieta en la superficie de la Tierra. Durante todo ese tiempo el río Colorado ha ido erosionando su lecho, separando cada vez más sus dos bordes.
El cañón mide más de 400 kilómetros de longitud y llega a alcanzar una profundidad de 1.600 metros. Con estas cifras no es difícil comprender la fascinación que ha despertado desde que los primeros exploradores europeos (españoles, por cierto) lo contemplaron por primera vez.
Los errores que cometimos durante nuestra visita a Grand Canyon
Después de nuestra visita a Grand Canyon National Park, hemos identificado los tres principales errores que nos impidieron disfrutar más y mejor de un lugar tan excepcional como este. Seguro que hay más, pero estos son de los que más nos arrepentimos.
Primer error: No dedicarle el tiempo suficiente
Grand Canyon National Park merece su tiempo para poder admirarlo en toda su enorme magnitud. Nosotros le dedicamos apenas media mañana. Y solo nos asomamos a ver las vistas desde los distintos miradores que se encuentran repartidos a lo largo de todo el borde del cañón.
Creemos que es muy recomendable hacer noche en la zona, para contemplar el Gran Cañón al amanecer y durante la puesta de sol. En estos dos momentos del día es cuando luce más espectacular, con las luces y sombras que forma el sol al salir y ocultarse por el horizonte.
Segundo error: No alejarse de los miradores llenos de turistas
Una cosa que tienen en común todos los lugares turísticos es que la mayoría de la gente se queda en un mismo lugar, todos como borregos observando lo mismo desde el mismo sitio. Evitadlo a toda costa. Está demostrado que con apenas alejarse quinientos metros de cualquiera de esos miradores, se puede encontrar un rincón desde donde contemplar el paisaje en soledad y silencio. No tengáis miedo a andar un poco, la recompensa no tiene precio.
Tercer error: No visitar los dos bordes para tener una visión completa y más amplia del cañón
Grand Canyon National Park tiene dos zonas bien diferenciadas: el North Rim y el South Rim. Las vistas son estupendas desde cualquiera de los dos bordes, pero tener la doble perspectiva siempre mejorará vuestra experiencia. En nuestro caso, y por la falta de tiempo, solamente visitamos el South Rim.
Recorriendo Desert View Drive
Una vez expuestos los errores que nosotros cometimos, os vamos a contar con más detalle cómo fue nuestra visita. En nuestro caso, llegamos aquí procedentes de Monument Valley. Poco después de pasar por la población de Cameron, en la Hwy 89, se encuentra el desvío hacia la Hwy 64, también conocida como Desert View Drive, que conduce directamente hasta Grand Canyon National Park.
Little Colorado River
Un poco antes de entrar en Grand Canyon National Park, estando todavía en tierras de los Navajo, es posible visitar el Little Colorado River Navajo Tribal Park. El Little Colorado, uno de los afluentes del río Colorado, ha formado también su propio cañón.
Aunque a una escala mucho menor que el Gran Cañón, las vistas a lo lejos bien merecen una breve parada junto a la carretera. Si queréis echarle un vistazo de cerca, hay que pagar entrada. Aquí no sirve el pase anual para los parques nacionales, ya que se trata de un parque situado en la reserva de los Navajo y no pertenece al Servicio Nacional de Parques de Estados Unidos.
Nosotros nos paramos en la cuneta de la carretera a echar un vistazo desde la distancia. Si os apetece podéis aprovechar para comprar algún recuerdo. Encontraréis muchos puestos de venta a lo largo de la carretera, donde los Navajo venden objetos de artesanía y bonitas joyas para los turistas.
Planificando la visita a Grand Canyon
En la página web oficial del parque podéis encontrar información muy útil a la hora de planificar vuestra visita, además de mapas con todos los miradores en los que parar a contemplar las vistas.
De mirador en mirador
El primer mirador que permite asomarse al vacío y contemplar la inmensidad del cañón es el Desert View Point. Allí se alza la Watchtower, una torre de piedra de cuatro plantas que data de los años treinta. Unas pinturas decoran su interior, pero lo mejor son las vistas que ofrece desde el mirador que hay arriba del todo.
Tras disfrutar de las espectaculares vistas unos minutos, cogemos de nuevo el coche. Vamos parando en todos y cada uno de los miradores y lugares de interés que hay a lo largo de la carretera hasta que ésta termina al llegar a Grand Canyon Village. Todos ellos están muy bien señalizados y cuentan con amplias zonas de aparcamiento.
En Grand Canyon Village se concentran la mayoría de alojamientos, restaurantes, tiendas y otros servicios del parque. También es interesante hacer una breve parada en Tusayan Ruin, las ruinas de un antiguo poblado.
Evidentemente, en todos estos lugares os encontraréis con montones de gente que hace exactamente lo mismo: bajar del coche, hacer unas cuantas fotos y volver al coche para llegar hasta el siguiente mirador. Aunque puede resultar bastante agobiante, ni siquiera eso hace que uno pierda de vista ni un momento la grandiosidad del Gran Cañón.
Explorar el cañón en profundidad
A lo largo del South Rim existen varios senderos que permiten bajar hasta el fondo del cañón. Se pueden hacer excursiones de varios días por la zona acampando junto al río Colorado. Incluso es posible cruzar el río a través de un puente colgante y llegar al North Rim.
Nosotros nos quedamos con las ganas de hacer precisamente eso. En cuanto tengamos ocasión volveremos con una tienda de campaña para recorrer el Bright Angel Trail durante varios días. Así podremos conocer a fondo y de una manera mucho más íntima y pausada esta maravilla de la naturaleza.
Existen múltiples formas de conocer Grand Canyon National Park. Se pueden hacer excursiones a pie o en mula, se puede sobrevolar en avioneta o helicóptero, se puede navegar por el río… Hay opciones para todos los gustos. Seguro que hay una que se adapta perfectamente a vosotros y a vuestro bolsillo.
Disfrutando de unos minutos de reflexión
Pero sea cual sea la opción que elijáis, no os olvidéis de reservar unos minutos para vosotros solos. Encontrad un rincón solitario en el que poder sentaros a reflexionar en silencio mientras os dejáis contagiar por la sensación de serenidad que transmite este impresionante paisaje.
Grand Canyon merece ser contemplado en soledad para recrearse al máximo con su inmensidad. Viajar sin prisas siempre es recomendable, pero aquí se vuelve totalmente necesario.
Sin duda Grand Canyon es un lugar mágico. A pesar de todo lo malo asociado al turismo de masas, fascina igualmente al visitante. Nosotros nos fuimos encantados y deseando volver con más tiempo. ¡Grand Canyon os encantará, seguro!
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