Consejos a la hora de conducir por Estados Unidos
Cuando se hace un road trip por Estados Unidos, es evidente que el único elemento indispensable es el coche. Si tenéis dudas a la hora de conducir por Estados Unidos, os ayudamos a resolverlas.
En nuestros dos viajes por carretera americanos, por la costa oeste y el norte de Estados Unidos, tuvimos que alquilar un vehículo para poder movernos cómodamente de un lado a otro del país. Aunque técnicamente sea posible viajar en transporte público entre distintas ciudades (como en tren o en autobús), en un país con unas distancias tan enormes como Estados Unidos no resulta quizá lo más práctico, especialmente si uno pretende alejarse de las grandes urbes y moverse por zonas un poco más aisladas. El coche ofrece la gran ventaja de la libertad de horarios y movimientos. Y en un viaje donde el tiempo es limitado, no deja de ser importantísimo. Así que, sin duda, el coche es para nosotros una herramienta absolutamente necesaria en cualquier viaje de larga distancia por Estados Unidos.
Con un total de 10.862 km a nuestras espaldas tras nuestros dos viajes, esperamos poderos servir de ayuda si no habéis conducido nunca por Estados Unidos. Por un lado os hablaremos sobre como funciona el alquiler de un coche. Por otro lado también os explicaremos los trucos para conducir un coche con cambio automático (allí casi todos lo son). Y también os hablaremos de las diferencias en las normas de conducir (algunas hay). Pero en general, debéis saber que conducir por Estados Unidos es facilísimo. ¡Os animamos a que lo probéis en vuestro próximo viaje!.
Alquilar un coche
En nuestros dos viajes por carretera nos hemos visto obligados a alquilar un coche ya que no contamos con la posibilidad de que alguien nos prestara uno una vez en suelo americano (evidentemente, si tenéis esa opción gracias a algún amigo o familiar, pues mucho mejor porque os ahorraréis un buen dinerito).
Tampoco hemos querido explorar esa otra opción que consiste en comprar un coche de segunda mano y revenderlo otra vez antes de salir del país. Por lo que hemos leído en algunos foros de internet, no es tan sencillo como parece e implica mucho papeleo. Además, al no ser ciudadanos americanos, el tema del seguro puede ser bastante peliagudo (además de muy caro). A no ser que se quiera hacer un viaje realmente largo (de varios meses como mínimo), lo más sencillo y económico es alquilar un vehículo a través de cualquier agencia de alquiler.
Nosotros siempre hemos hecho las reservas desde España a través de la web de rentalcars. Una vez hecha la reserva, te indican cuál es la agencia de alquiler con la que vas a trabajar. En nuestro primer viaje fue con Dollar, mientras que en el segundo fue con Thrifty. En ambos casos todo fue a la perfección y no hubo ningún problema.
Recoger el coche en el aeropuerto
Para la recogida del coche de alquiler el funcionamiento es siempre el mismo. Lo más habitual es recogerlo directamente en el aeropuerto. Cuando el avión aterriza, y tras recoger el equipaje, tan solo hay que seguir los carteles hacia la zona donde unos autobuses gratuitos te recogen y te llevan hasta la oficina de alquiler, que no suele estar demasiado lejos. Cada compañía tiene su propio autobús, solo hay que esperar a que llegue el que te corresponda.
Después solo hay que hacer cola (a veces se tardan horas, así que mucha paciencia) en el mostrador y, con los papeles en mano, ir a recoger el coche de la categoría que has pagado. Lo mejor es que de todos los coches de tu categoría que hay aparcados, tu eliges el que prefieres. A veces solo hay un modelo disponible, pero nosotros siempre hemos podido elegir. Incluso una vez, como no les quedaban de la categoría más económica que nosotros habíamos reservado, nos dieron un coche mejor sin ningún cargo extra. Las llaves siempre están puestas en el contacto y el coche te lo dan con el depósito lleno, así que solo hay que arrancar, pasar por la garita de salida con los papeles, ¡y empezar a conducir!.
Permiso de conducir internacional
Antes de hablaros de la conducción de los coches automáticos, os queremos hablar del tema de la documentación necesaria para conducir en Estados Unidos.
Con el carnet de conducir español no tendría por qué haber ningún problema. De hecho, conocemos gente que ha alquilado coches allí y no les han puesto ninguna pega. Sin embargo, para más seguridad, nosotros (bueno, César, que es el que conduce) hemos ido con el carnet de conducir internacional, además del español.
Es un pequeño librillo de cartulina en el que hay toda la información sobre el conductor y su permiso de conducir en varios idiomas. Tan solo hay que solicitarlo en la Dirección General de Tráfico, es muy sencillo. Tenéis toda la información necesaria en la web de la DGT.
A nosotros nos vino muy bien el día en que nos pararon por exceso de velocidad mientras visitábamos el Mt. Rainier National Park, en Washington. De ese incidente y cómo comportarse ante la policía, os hablaremos con más detalle en otro post.
Merece la pena tomarse la molestia de sacaros este carnet porque en caso de apuro os puede ayudar. Y si un policía se pone quisquilloso os puede amargar el viaje por no llevar este simple papel.
Conducir un coche automático
En cuanto al funcionamiento de un coche automático, solo os podemos decir una cosa: más fácil imposible. En serio, no tiene ningún misterio. Lo único que hay que tener en cuenta son un par de conceptos y ya está.
Atención a los pedales
Lo más importante hace referencia al tema de los pedales. En los coches automáticos solo hay dos, ya que obviamente no existe el pedal del embrague. Esto se traduce en que, por costumbre, la tentación va a ser usar ambos pies para conducir. Pues es muy importante que os olvidéis de eso. Los coches automáticos solo se conducen con el pie derecho, tanto para frenar como para acelerar. Si no os acordáis y, sin pensarlo, usáis el pie izquierdo para pisar el freno, lo que va a pasar es que el coche va a pegar un frenazo tremendo que os va a dejar clavados en el sitio, cosa que puede ser realmente peligrosa y puede ocasionar un accidente. Simplemente se trata de acostumbrarse a dejar el pie izquierdo quietecito en el reposapiés, y todo irá como la seda.
La palanca de cambio
En cuanto a la palanca de cambio, es bastante sencilla de usar. Tiene varias posiciones, señaladas con una letra.
P: Parking. Esta posición solo se debe usar cuando el coche ya está completamente detenido.
R: Reverse. Es la marcha atrás.
N: Neutral. Es el punto muerto.
D: Drive. Es la posición para conducir.
Para arrancar el coche, la palanca tiene que estar en la posición P. Una vez encendido el motor, hay que pisar el freno y poner la palanca en la posición D. A la que se suelta suavemente el freno, el coche empieza a avanzar.
En caso de tener que parar en un semáforo o ante una señal de tráfico como un stop, basta con dejar el coche en la posición D con el freno pisado. Si la parada va a ser un poco más larga (pero no vamos a apagar el motor), entonces usaremos la posición N. Tened en cuenta que en la posición D, el coche siempre va a avanzar a no ser que pisemos el freno.
La P la usaremos cuando queramos dejar el coche aparcado. Solo se debe usar cuando el coche ya se ha detenido por completo.
Otras opciones más específicas
Además de estas posiciones básicas, algunas palancas de cambios cuentan también con otras opciones, como S (Sport) o 1 y 2. Las posiciones 1 y 2 permiten un mejor control en según qué circunstancias, como por ejemplo si estamos circulando por una pendiente muy pronunciada, ya que permiten usar marchas más cortas. La opción S es adecuada cuando se necesita un extra de aceleración. Estas opciones adicionales varían según el modelo y fabricante de coche, pero las únicas que vais a necesitar en todo momento son las básicas: P, R, N y D.
Diferencias en las normas de conducir
La primera norma de conducir que debéis seguir a rajatabla son los límites de velocidad. Estos límites varían en función del estado por el que circuléis y del tipo de carretera. Incluso por la noche pueden ser distintos que por el día. Los encontraréis muy bien señalizados, así que ojo con sobrepasarlos porque de la multa no os va a librar nadie.
Curiosidades sobre los semáforos
En cuanto a los semáforos, hay que tener en cuenta que están colocados al otro lado de los cruces. Si te paras justo debajo (como hacemos en España), en realidad te habrás detenido en mitad del cruce. Siempre tienes que pararte antes del cruce.
Una cosa muy curiosa es que en un semáforo en rojo puedes girar a la derecha si no viene ningún coche. Solo hay que fijarse en que no haya ninguna señal de tráfico que lo prohíba expresamente. Esto no es aplicable a todo el país, así que no está de más buscar información sobre las normas específicas de los estados por donde vayamos a conducir.
Cruces y cambios de sentido
Es bastante raro encontrarse una rotonda en Estados Unidos. Al llegar a un cruce que no esté regulado por semáforos, siempre hay que cumplir con las señales de stop. Hay que detenerse por completo, no vale eso de aminorar la marcha. En estos casos la prioridad de paso se establece por el orden de llegada. El primero en llegar al cruce es el primero que pasa. Si se llega al mismo tiempo, tiene preferencia el que circula por la derecha.
Para los cambios de sentido, a no ser que haya algún cartel que lo prohiba, se puede realizar esta maniobra sin problema. Y en las autopistas se puede adelantar por la derecha, así que tampoco os debéis sorprender si veis que algún vehículo lento circula por el carril izquierdo.
En general, los americanos conducen muy bien. Respetan las normas de tráfico y los límites de velocidad. No os va a costar nada haceros enseguida a la conducción por Estados Unidos. Las señales de tráfico abundan y son muy sencillas de comprender. El estado de las carreteras difiere mucho de un lugar a otro y os encontraréis de todo. Evidentemente no es lo mismo circular por una carretera interestatal que por una carreterilla secundaria. Pero el estado del firme a veces deja mucho que desear y no está de más ir siempre atentos para evitar disgustos.
Por último, aunque en Estados Unidos también hay autopistas de peaje (turnpike o toll road), la inmensa mayoría de la red de carreteras es totalmente gratis, así que es posible no pagar ni un centavo para viajar por todo el país.
Como veis, conducir por Estados Unidos no es tan difícil como podría parecer. Con tener estos cuatro conceptos presentes, todo irá de maravilla. En serio, no dejéis que el miedo a lo desconocido os impida disfrutar de una de las mejores experiencias que se pueden vivir en Estados Unidos: un viaje en coche atravesando esos magníficos paisajes. ¡Os va a encantar!.